Unos investigadores afirman que la cría selectiva puede ayudar a que las ovejas y las cabras respondan mejor a las diversas condiciones meteorológicas que genera el cambio climático
Los efectos adversos del cambio climático cada vez se notan más en todo el mundo y la variabilidad meteorológica supone una gran amenaza tanto para los cultivos como para la producción ganadera. Al reconocer la necesidad urgente de abordar estos desafíos, el proyecto financiado con fondos europeos iSAGE sigue desarrollando estrategias para mejorar la adaptabilidad y la resiliencia animal.
Un equipo de investigadores, respaldados principalmente por iSAGE, ha estudiado distintas maneras de realizar una mejora genética en ovejas y cabras para afrontar el cambio climático. El estudio se publicó en la revista «BMC Genetics». Los investigadores evaluaron estadísticas sobre rendimiento animal, como la producción diaria de leche, y mediciones meteorológicas, como la temperatura media diaria y las mediciones de humedad. Descubrieron importantes variaciones en las respuestas individuales de los animales a las fluctuantes condiciones meteorológicas. «Cada animal difería en su respuesta a la cambiante temperatura atmosférica y al índice de humedad-temperatura».
Una noticia publicada en el sitio web del socio del proyecto Scotland’s Rural College (SRUC) afirma: «Teniendo en cuenta que una parte importante de la variación observada es genética y hereditaria, los investigadores concluyeron que la resiliencia animal a los cambios meteorológicos podría mejorarse mediante la cría selectiva». El artículo de la revista señala la variación hereditaria «entre las cabras lecheras en su respuesta productiva a las fluctuantes variables meteorológicas». A lo que se añade: «Los resultados pueden suministrar información sobre futuros programas de mejora genética que tengan como objetivo garantizar el rendimiento animal eficiente bajo condiciones climáticas cambiantes».
Mecanismos genéticos y resiliencia
En una declaración extraída de la noticia del SRUC, el profesor Georgios Banos, coautor del estudio, explica: «Investigamos los mecanismos genéticos que hacen que un animal sea resiliente a las condiciones meteorológicas, a fin de permitirle mantener su rendimiento cuando se enfrente a la inestabilidad meteorológica. Ello nos permitirá seguir con la cría selectiva para obtener un mayor rendimiento, como una mejor salud y producción, a la vez que seguimos criando para estabilizar el rendimiento cuando cambien las condiciones ambientales externas».
El proyecto en curso iSAGE (Innovation for Sustainable Sheep and Goat Production in Europe) se creó para mejorar la sostenibilidad, la competitividad y la resiliencia de los sectores ovino y caprino europeos. Granjeros, cooperativas, empresas y académicos aunaron fuerzas en el marco del proyecto para abordar cuestiones socioeconómicas, demográficas y ecológicas, así como los retos del mercado. La investigación colaborativa también abarcó cuestiones de la genética animal y el cambio climático.
El proyecto iSAGE, que está previsto que finalice a principios de 2020, ha evaluado la sostenibilidad de las explotaciones ovinas y caprinas en toda Europa. También llevó a cabo encuestas cuantitativas y cualitativas al respecto en explotaciones de Finlandia, Francia, Grecia, Italia, España, Turquía y el Reino Unido, centradas en el futuro del rendimiento del sector de los pequeños rumiantes. Un boletín informativo del proyecto resume los principales resultados: «En general, todos los ganaderos de pequeños rumiantes que participaron en la encuesta parecían optimistas en cuanto al futuro aumento del rendimiento y a la sostenibilidad. Sin embargo, parece que otorgan escasa prioridad a esos factores (inversiones/innovaciones) que en realidad son los principales impulsores del crecimiento futuro».
Los socios de iSAGE esperan que su enfoque y resultados, que estarán disponibles y se difundirán a otras industrias ganaderas de la Unión Europea, sirvan como plan en toda Europa.