El Centro de Recuperación de Rapaces Nocturnas Brinzal ha puesto en marcha un proyecto para frenar el declive de los invertebrados polinizadores en las zonas donde se alimentan aves como el autillo europeo, especie afectada en Madrid por una enfermedad mortal ante la falta de presas naturales.
“Si no empezamos por cuidar lo diminuto, la conservación de las demás especies no tiene sentido”, ha explicado en entrevista a Efe la bióloga y técnica de campo de Brinzal, Raquel Sánchez, quien ha insistido en la “clara pérdida de hábitat” que han sufrido los polinizadores, unos seres “pequeños” pero “cruciales para la economía y los ecosistemas”.
Así, el abandono de la agricultura tradicional, “ha acelerado la desaparición de los linderos de vegetación silvestre junto a los cultivos”, una suerte de refugios para invertebrados que hasta ahora “solían respetarse y mantenerse”, y cuya ausencia “ha puesto en riesgo el sustento de aves como los mochuelos y los chotacabras”, rapaces nocturnas cuya evolución estudiará Brinzal en sus salidas de campo.
Además, el pavimento de las ciudades ha ido confinando a estos invertebrados, como “grillos, saltamontes y escarabajos” en zonas verdes “muy acotadas y controladas con sustancias químicas que eliminan a estos animales”, por lo que “a la destrucción de su hábitat, se añade la pérdida de calidad del mismo”, ha denunciado Sánchez.
EL IMPACTO DEL DECLIVE DE POLINIZADORES EN LAS AVES
La consecuencia de la pérdida de estas especies, que constituyen la base alimenticia del autillo europeo, provoca que “al no encontrar sus presas naturales en el entorno, estas rapaces cacen cucarachas de manera sistemática“.
Estos insectos pasan a constituir el “principal aporte nutricional” de los pollos de autillo durante su periodo de cría, pero, al poseer estos un “sistema inmunológico aún inmaduro”, su alimento les transmite al tiempo que lo digieren una dolencia mortal: “la “enfermedad necrótica orofaríngea (NOD por sus siglas en inglés)“, que aparece “exclusivamente” en los ejemplares madrileños.
Dado que las cucarachas “son los únicos invertebrados comunes portadores del parásito responsable del problema”, su venganza al ser convertidas en presas de estas aves es traspasar esta enfermedad que “bloquea la garganta de las rapaces y que les impide alimentarse”.
ZONAS VERDES COMO REDUCTO DE BIODIVERSIDAD
Para paliar este problema, la bióloga cree necesario impulsar un modelo de gestión de áreas verdes en el que los parques y jardines urbanos se contemplen como “reductos de biodiversidad”, como se hizo con la renaturalización de Madrid Río.
Entre las medidas a poner en práctica para recuperar un hábitat saludable para la reproducción, alimentación y cobijo de polinizadores en medios agrícolas de secano, Sánchez indica “la siembra de linderos con semillas de plantas autóctonas seleccionadas por su valor ecológico”.
Las actuaciones en entornos urbanos también deben incluir la construcción de pequeñas áreas en las que se recreará diferentes hábitats para polinizadores y otros invertebrados, como composteras de hojas, maderas en descomposición, hoteles de insectos y vegetación autóctona, entre otros.
El proyecto de Brinzal medirá el efecto positivo de este tipo de acciones a través de “censos de invertebrados polinizadores”, así como de las aves que se alimentan de ellos.
Esta especialista ha subrayado la necesidad de “naturalizar más nuestros parques y jardines” para que la fauna silvestre tenga un hábitat y unas condiciones de vida “idóneas”.
MISIÓN: POLINIZADORES
El proyecto ‘Restauración de hábitat para polinizadores y estudio del efecto de su declive en consumidores secundarios‘, también llamado ‘Misión: Polinizadores’, se desarrollará durante 2020 y 2021 en las ciudades de Madrid y Barcelona, así como en áreas rurales de la capital y de Castilla-La Mancha, con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) y la Fundación Biodiversidad. EFE
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