Es acción de bárbaros incendiar el bosque
donde tantas clases de animales viven,
donde tantas aves construyen sus nidos
y son los hogares más bellos del mundo.
Es acción de bárbaros destruir el bosque
donde brotan y crecen multitud de árboles,
belleza y ornato de la madre tierra.
Sin ellos, decidme: ¿que fueran los campos
sino pavoroso desiertos mugientes,
estampas malditas de angustia y de lástima?.
Los bosques siguen quemando y quemando
sin que nadie ponga remedio a tal salvajismo;
los hombres del campo viven la tragedia,
la tierra quemada llora lágrimas de fuego
y los animales, las aves, las plantas...
¡Ay si pudieran vengarse algún día...!
Pero no, que siguen amándonos tanto
cuanto odio algunos vierten sobre ellos.
Y ¡Oh cielos! Muchas de estas piezas un día
serán los manjares para alimentarnos;
los árboles rudos, recios, vigorosos
darán su madrea para que podamos
hacer nuestras casas para que podamos
hacer nuestras casas para cobijarnos;
las mesas, las sillas, las camas
y hasta la mortaja (que no recordamos
porque nos asusta), sin embargo espera
para recogernos a sitio seguro
cuando ya dormidos no despertaremos.
Criminal el hombre que bárbaramente
atenta, destruye, aniquila y arrasa
la obra, por bien hecha, hermosa.... el bosque,
Mariano Sedano
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