27 de abril de 2020

La contaminación acústica “prácticamente desaparece” con el encierro

La actualización de los mapas estratégicos de ruido con los datos disponibles a raíz del encierro forzoso en el hogar decretado por el actual estado de alarma certificaría un descenso de unos 10 decibelios de media en las ciudades españolas, lo que supone que la contaminación acústica urbana "prácticamente" habría desaparecido.
Así lo asegura la empresa Audiotec, especializada en ingeniería acústica y control del ruido, en un comunicado que reconoce la importante disminución de las molestias sonoras debido a la reducción del tráfico en ciudades.
Los mapas de ruido, herramientas utilizadas para cuantificar los niveles acústicos urbanos, indican que “los grandes municipios con su actividad habitual tienen porcentajes de población sometida a niveles excesivos” que “en muchos casos” afectan a más del 30 % de los vecinos.
Sin embargo, el descenso del tráfico durante los días de reclusión, que “se cuantifica en torno al 80 %”, ha hecho disminuir la contaminación acústica hasta hacerla “prácticamente” desaparecer. 
De esta manera, en este momento se puede escuchar “con nitidez sonidos anteriormente enmascarados” en las ciudades “como el ruido del viento en las hojas, el canto de los pájaros” o incluso “los pasos del vecino de arriba”, explica esta compañía.

El ruido no se ha ido

Ahora bien, “el ruido no se ha ido, sino que se ha trasladado de la calle a las casas“, por lo que donde “donde antes experimentábamos sonidos que entraban por las ventanas, como bocinas, sirenas, obras y coches” en este momento el sonido es el “generado por nosotros mismos o por nuestros vecinos”.
Así, ruidos que hasta ahora pasaban inadvertidos “pueden llegar a volverse una obsesión en un tiempo tan susceptible y monótono como el que estamos viviendo”, ha alertado la presidente de Audiotec, Ana Esther Espinel.
Entre ellos, las rutinas deportivas acompañadas de saltos y zancadas, televisiones a todo volumen, correteos infantiles e incluso las iniciativas de aplausos y música en los balcones. 
Por ese motivo, es conveniente diferenciar qué se entiende como ruido, que el comunicado define como “un sonido molesto que perturba y altera nuestra salud y bienestar” y que “puede afectar de manera fisiológica a nuestro organismo” al incrementar el nivel de estrés, disminuir la capacidad de concentración, provocar trastornos auditivos y en general empeorar la calidad de vida de las personas.

Para hacer frente a esta situación, el comunicado defiende el diseño, aplicación y certificación de soluciones de acústica aplicada en los sectores de edificación, industria y medioambiente. EFEverde

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