La autora de ‘El sonido de un caracol salvaje al comer’ relata su experiencia de confinamiento obligatorio debido a una enfermedad que la tuvo postrada en la cama durante un año
Laia Mataix Gómez.- La reclusión en el propio hogar es "lo mejor que le ha pasado al medioambiente y al planeta en muchos años" según la escritora estadounidense Elisabeth Tova Bailey, quien augura que la supervivencia de la especie humana dependerá de “cuánto podamos aprender de esta crisis sanitaria global", ya que “indudablemente vendrán más pandemias” en el futuro.
Así lo ha asegurado a Efeverde la autora de ‘El sonido de un caracol salvaje al comer’ (Editorial Capitán Swing), donde relata su experiencia de confinamiento obligatorio debido a una enfermedad que la tuvo postrada en la cama durante un año en el que un caracol se convirtió en su mejor compañía.
Sus observaciones de este molusco le ayudaron ayudaron a “superar ese momento difícil de soledad” porque el pequeño gasterópodo “vivía conmigo las veinticuatro horas del día los siete días de la semana, estaba vivo y tenía una vida muy interesante, con habilidades increíbles que los humanos no tenemos”.
Situaciones similares
La actual coyuntura debida a la alarma creada por la COVID-19 le recuerda a su situación entonces ya que en ambas “te acostumbras a estar confinado en tu casa y a hacer lo que se pueda en una situación más limitada”, aunque no es exactamente igual pues “este distanciamiento físico al que nos enfrentamos es muy diferente” al ser “muy poco natural”.
Tova Bailey explica que “aunque necesario, el distanciamiento físico es algo totalmente incómodo para nuestra especie”, ya que las conexiones sociales son muy importantes para los seres humanos y “no queremos perder familiares y amigos”.
Por ello considera necesario “tomar una decisión intelectual, aunque emocionalmente querríamos estar cerca de otras personas, comprendiendo que algo tan inusual a la larga ayudará a protegerlas”.
Además, desde el punto de vista ecológico, este confinamiento ha tenido consecuencias “muy interesantes” como por ejemplo la disminución de la contaminación del aire, la reducción del uso de gas y petróleo o el hecho de que los animales salvajes “que solían huir de los humanos ahora se están acercando”, por lo que considera “maravilloso ver cómo el medioambiente puede comenzar a sanar”.
Resiliencia
La autora norteamericana se plantea si ahora “podremos ser capaces de planificar a largo plazo una estrategia para lidiar con las pandemias mientras aprendemos de la vida silvestre” ya que ambos son factores “críticos para que nuestra especie sobreviva” y recuerda que la resiliencia se basa en “poder adaptarse”.
De hecho, ésa es una de las principales características del caracol que vivió junto a la cama de la autora, que tuvo que adaptarse tras cambiar su entorno natural en el bosque por una maceta en su cuarto.
“Si no podemos adaptarnos como especie a un entorno cambiado, nos extinguiremos” sentencia Tova Bailey, quien para ello aconseja desarrollar la paciencia.
Para facilitar la adaptación “en un momento de estrés e incertidumbre” como el actual, la escritora también ha recomendado a Efe “conectarse de alguna manera con algo que te importe en tu vida”, que pueda motivar y ayudar a concentrarse a la persona.
Así, durante su enfermedad, no sólo observaba al caracol pues “incluso el sol que entraba por la ventana y calentaba las sábanas de mi cama era una conexión con la Naturaleza”.
Por lo demás, éste es “un buen momento para reexaminar nuestros objetivos en la vida y lo que más nos importa”, organizando las prioridades de la propia existencia.
La edición española llega diez años después de la original en inglés, que le permitió ganar varios galardones en 2010: la Medalla John Burroughs, el Premio Internacional William Saroyan de Escritura en categoría de no ficción y el Premio Nacional de Libros al aire libre en la categoría de Literatura de Historia Natural. EFEverde
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