Una de las mayores debilidades del bosque de hayas centenarias situado más al Sur de Europa es su reducido tamaño: apenas 125 hectáreas que jalonan un tramo del alto Jarama, en el municipio madrileño de Montejo, dentro de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, en el límite con Guadalajara.
“Aquí viene una tormenta estival en un año seco, cae un rayo y El Hayedo se quema antes de que nos demos cuenta”, explica Luis Gil, catedrático de la Escuela de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Un laboratorio vivo
A través de un convenio suscrito con la Comunidad de Madrid en 1992, y con el apoyo de la Fundación Montemadrid, los investigadores de la Escuela de Montes de la UPM han convertido El Hayedo en un laboratorio vivo donde descifrar su genética, ecofisiología, dispersión o adaptación climática. O dicho de otro modo: qué especies tiene, cómo se regenera, y hacia dónde va este valioso bosque centenario.
Casi tres décadas de estudio y seguimiento han ayudado a entender dinámicas y procesos fundamentales en el bosque, y curiosidades como la labor de una especie de ratón que esparce subterráneamente las semillas de las que brotan nuevos especímenes, o que El Hayedo alberga más del 13% de los árboles singulares de toda la Comunidad de Madrid, el 60% de las especies de mariposa de la región y el 40% de España.
La estación meteorológica situada a 23 metros, en la torre de observación científica de la UPM, ha permitido certificar las variaciones climáticas ocurridas en los últimos 30 años, y comprobar, entre otros, cómo las precipitaciones en El Hayedo se han reducido un 20% en los últimos 15 años (respecto a los 15 primeros de medición) y la temperatura media ha pasado de 9,5 a 9,8 grados.
“Que un bosque en el que caen unos 1.000 litros de agua de lluvia al año se quede en 800 litros es un dato significativo especialmente en el caso del haya, que está en su límite meridional”, explica Guillermo González, investigador de la Escuela de Montes.
¿Cómo ampliarlo?
En esa línea, los científicos de la UPM que mejor conocen este bosque consideran que su mayor desafío es expandirse para incrementar su capacidad de supervivencia ante un incendio, plaga o impactos climáticos.
Planean ampliarlo monte arriba hacia el pinar de repoblación de La Solana, en la ladera izquierda del río en la que está situado, y por otro, extendiendo el bosque de ribera varios kilómetros, en dirección hacia el nacimiento del río Jarama.
En el caso de la expansión monte arriba, los científicos han visto que aunque los pinares, como el de La Solana, son hábitats idóneos para las frondosas, la entrada natural de nuevos ejemplares de hayas, robles o acebos es muy lenta por la escasa dispersión de frutos desde El Hayedo y por el ambiente excesivamente umbrío.
Por eso plantean hacer “claras” en el pinar –reducir el número de pinos para que haya más luz, agua y nutrientes-, y crear varios núcleos de dispersión de semillas que faciliten los procesos de avance de las hayas, roble rebollo y albar, y acebo, las especies más comunes.
“Se trataría de claras controladas en tamaño, control de predadores y densidad de especies, que, de funcionar bien, no sólo extenderían El Hayedo sino que mejorarían el vigor de los pinos que queden”, detalla Gil.
En la parte de abajo, el objetivo es expandir el bosque hacia el nacimiento del Jarama -deteriorado por el uso para leña que hizo el pueblo de Montejo hasta los años 60-, repoblando con especies de ribera como abedules, alisos o fresnos que se aclimatan bien a la zonas más cercanas al río.
Un bosque excepcional
José Guirao, presidente de la Fundación Montemadrid –que apoya este proyecto de investigación en el marco de su colaboración continuada con la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón– ha participado esta semana en el inicio de los trabajos de preparación para la ampliación de El Hayedo y en la plantación de ejemplares de ribera, que se está haciendo “en zonas acotadas para protegerles y que puedan crecer sin interacción”, señala a EFE.
“La idea es seguir apoyando la recuperación, el mantenimiento, y la regeneración de este bosque, que es excepcional, y necesita cuidados y ayuda para extenderse y aseguremos que esta maravilla natural perdura en el tiempo”, detalla.
El Hayedo de Montejo está considerado uno de los bosques más singulares de Europa: posee más de 120.000 árboles, casi mil de ellos hayas y robles centenarios y realmente especiales, como el haya de La Roca que parece haber fundido sus raíces con la piedra que la sustenta, o la de la Pata de Elefante, por la singular forma de su tronco.EFE
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