El incumplimiento de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en contaminación atmosférica, ruido, calor y acceso a espacios verdes se asocia con 1.037 muertes prematuras anuales en la ciudad de Barcelona y con 902 en Madrid, el 7 % y el 3 % del total de mortalidad, respectivamente.
Así lo concluye un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, el primero en estimar la mortalidad prematura y la distribución por niveles socioeconómicos de múltiples exposiciones ambientales relacionadas con la planificación urbana y el transporte en ambas ciudades.
Según el estudio de ISGlobal, Madrid y Barcelona son dos de las urbes más pobladas de Europa y de las que presentan más desigualdades socioeconómicas entre sus habitantes.
Residentes de más de 20 años de Barcelona y Madrid
El nuevo estudio, que publica la revista ‘Environmental Research’, ha estimado el impacto de la contaminación atmosférica –partículas finas (PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2)–, calor, ruido de tráfico y falta de espacios verdes en los residentes de más de 20 años de Barcelona y Madrid, ciudades con planificaciones urbanas diferentes.
Mientras que Madrid se estructura en torno a un núcleo central que concentra la mayor parte de la actividad económica, Barcelona es una ciudad compacta y con el peso económico dividido en barrios.
Los investigadores se propusieron “identificar los grupos de población que están más expuestos y son más vulnerables a los efectos de la mala planificación urbana y de transporte”, según Tamara Iungman, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
“Comparamos los niveles actuales de exposición con las recomendaciones internacionales y estimamos la fracción de muertes prematuras evitables que se podrían impedir si lográramos alcanzar dichas recomendaciones”, ha concretado Iungman.
La conclusión es que el exceso de contaminación atmosférica, ruido y calor se relaciona con 1.037 muertes prematuras al año en Barcelona.
Contaminación atmosférica
La contaminación atmosférica por partículas finas es la exposición que se asocia con una mayor mortalidad prematura, que supone 524 muertes al año, seguida de la falta de espacios verdes (227 muertes), la exposición al ruido de tráfico (124), el calor (112) y la exposición a NO2 (12).
En Madrid, el total de muertes atribuibles al incumplimiento de las recomendaciones internacionales es de 902, de las que 337 serían por falta de espacios verdes, 224 por exceso de calor, 207 por contaminación por NO2 (207 muertes), 173 por PM2,5, y 148 por el ruido.
Según el estudio, con una mejor planificación urbana y del transporte, Barcelona evitaría casi el doble de muertes que Madrid: 72 frente 33 muertes por 100.000 habitantes.
“Esta diferencia es porque se asocia una mayor mortalidad a la exposición a PM2,5, que es más elevada en Barcelona, que además tiene mayor densidad de tráfico y población, dado que su superficie representa una sexta parte de la de Madrid”, ha detallado Natalie Mueller, coordinadora del estudio.
Las conclusiones muestran mayores niveles de partículas finas en Barcelona y de NO2 en Madrid, y una distribución espacial diferente –altos niveles de PM2,5 en toda Barcelona y niveles más altos de dióxido de nitrógeno en el centro de la capital española-.
“Mientras que la principal fuente de emisión de NO2 es el tráfico, las partículas finas tienen mayor capacidad de dispersión y están asociadas con otras fuentes de combustión, como las grandes áreas industriales cercanas o el puerto, que podrían influir en los niveles altos de partículas en Barcelona”, ha subrayado Mueller.
Espacios verdes
En cuanto a los espacios verdes, la mayoría de la población de Madrid y Barcelona –un 84 % y un 95 %, respectivamente– no tiene acceso a estos entornos naturales, cuando la recomendación de la OMS es vivir a una distancia de 300 metros de un espacio verde de más de media hectárea.
Con respecto al ruido, el 97 % de los madrileños y el 96 % de los barceloneses están expuestos a niveles de ruido del tráfico motorizado superiores a la recomendación de la OMS.
Aunque no hay recomendaciones específicas para el calor excesivo, en Barcelona, se calculó la mínima mortalidad en 22,5°C y, en Madrid, en 21,5°C.
Aunque la contaminación atmosférica, la falta de espacios verdes y el exceso de calor son un problema generalizado en Barcelona, la mortalidad atribuible fue más elevada en las áreas más desfavorecidas, con una tasa de mortalidad 1,26 veces mayor, en comparación con los grupos menos desfavorecidos.
En Madrid, los vecindarios más desfavorecidos tendían a tener una mayor exposición a PM2,5 y calor que los barrios menos desfavorecidos, mientras que el NO2 y el ruido presentaron la asociación inversa. EFEverde
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