22 de junio de 2020

Cambiar los hábitos de lavado de la ropa puede evitar toneladas de residuos en las aguas

Casi 13 000 toneladas de microfibras se vierten cada año a los ríos, mares y océanoseuropeos. Esto sería equivalente a arrojar dos camiones de basura al día a las aguas. Recordemos que la mayor parte de las prendas de vestir que usamos está fabricada con fibras sintéticas, fuente de microplásticos que pueden acabar en el mar. Esto es así porque cada vez que lavamos la ropa, partes diminutas de los tejidos, conocidas como microfibras, se desprenden y van a parar a ríos, mares y océanos, contaminándolos.
Hace unos años se prohibieron las microesferas de plástico presentes, por ejemplo, en los productos exfoliantes debido al daño que suponía su liberación al medio acuático. Pues bien, hay científicos que apuntan a que las microfibras de la ropa pueden ser más peligrosas para el medio ambiente que las propias microesferas.
Un estudio realizado por la Universidad de Northumbria (Newcastle) con la colaboración de Procter & Gamble, fabricante de detergentes como Ariel, Tide, Downy y Lenor y que ha sido publicado recientemente en PLOS ONE, ha revelado que, de media, se libera 114 mg de microfibras por kilogramo de tela en cada carga de lavado durante un ciclo de lavado estándar.
En 2103, un informe de la Asociación Internacional de Jabones, Detergentes y productos de mantenimiento (AISE, en sus siglas en inglés) sugería que cada año en 23 países europeos se completaban 35 600 millones de cargas de lavado. Los investigadores apuntan a que se liberan masivamente 12 709 toneladas de microfibras de las lavadoras a los ríos, el mar y el océano cada año solo en Europa.
Lavadora
iStock
Sin embargo, con unos pequeños cambios en nuestros hábitos de lavado de la ropa, podríamos reducir la cantidad de residuos hasta en un 30%. Los investigadores lo han logrado cambiando un ciclo de lavado de 85 minutos a 40 grados (el considerado típico lavado doméstico) por otro de 30 minutos a 15 grados. En conclusión, optando por ciclos de lavados más fríos y rápidos, se podrían ahorrar potencialmente 3 813 toneladas de microfibras que se liberan en los ecosistemas marinos de Europa.
Y hay más medidas que pueden ayudar a reducir la contaminación de las aguas por microfibras. Una de ellas es el uso de lavadoras de alta eficiencia, que usan hasta un 50% menos de agua y energía por carga. En el estudio se vio que estas máquinas liberaron menos microfibras que las lavadoras tradicionales de carga superior, con ejemplos notables que incluyen una reducción del 70% de microfibras de los tejidos de vellón de poliéster y una reducción del 37% de las camisetas de poliéster.
Otra medida para minimizar el daño medio ambiental sería poner la lavadora llena y es que con cargas de lavado más grandes se liberaron menos microfibras, debido a una menor proporción de agua en la tela. Cuando hablamos de llenar la lavadora, nos referimos a que la ropa debe ocupar tres cuartas partes de la máquina, no menos. Tampoco se recomienda cargarla más.
Los investigadores también han descubierto que la ropa nueva libera más microfibras que la vieja, sobre todo en los primeros ocho lavados. En cuanto al uso de suavizante, se ha visto que no tiene un impacto directo en la liberación de microfibras cuando se probaron en condiciones de lavado europeas y norteamericanas.
El estudio, que ha contado con la participación de la doctora Kelly Sheridan, experta en fibras textiles forenses y que ha trabajado en varios casos de asesinato de alto perfil, ha hallado que el 96% de las fibras liberadas eran naturales, procedentes de algodón, lana y viscosa, mientras que las fibras sintéticas, como el nylon, el poliéster y el acrílico representaban solo el 4%.
Lo bueno de estos resultados es que las fibras naturales de origen vegetal y animal se biodegradan mucho más rápidamente que las fibras sintéticas. Un estudio anterior descubrió que las fibras de algodón se degradan en un 76% después de casi ocho meses en las aguas residuales, en comparación con sólo un 4% de deterioro en las fibras de poliéster. Esto significa que las fibras naturales continuarán degradándose con el tiempo, mientras que las microfibras a base de petróleo, se estancan y pueden permanecer en los medios acuáticos durante un periodo de tiempo mucho más largo.
John R. Dean, profesor de Ciencias Analíticas y Ambientales de la Universidad de Northumbria y que ha dirigido el estudio, dijo: "Este es el primer gran estudio que examina las cargas reales de lavado de los hogares y la realidad de la liberación de fibras. Nos sorprendió no solo la gran cantidad de fibras que salen de estas cargas de lavado doméstico, sino también ver que la composición de las microfibras que salen de la lavadora no coincide con la composición de la ropa que entra en la máquina, debido a la forma en que se construyen las telas”.
Por su parte, Neil Lant, investigador de Procter & Gamble, afirmó que "este estudio ha demostrado que las elecciones de los consumidores en la forma en que lavan su ropa pueden tener un impacto significativo e inmediato en la contaminación por microfibras. Esto no eliminará el problema, pero podría lograr una reducción significativa a corto plazo mientras se desarrollan y comercializan otras soluciones como filtros para lavadoras y ropa de bajo desprendimiento".
Los investigadores animan a los fabricantes textiles a que hagan un prelavado filtrado de la ropa para así eliminar las fibras que se desprenden más fácilmente y que pueden acabar, por tanto, en el agua.

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