24 de junio de 2020

El restablecimento de la capa de ozono tiene efectos en el clima

Las emisiones de clorofluorocarburos (CFC) y de otras especies químicas que destruyen el trioxígeno (u ozono, O3) adelgazaron la capa de ozono, situada en la estratosfera, hasta el punto de que a principios de la década de 1980 se descubrió en ella un agujero, sobre la Antártida. En 1987, un acuerdo multilateral, el protocolo de Montreal, prohibió el uso de los compuestos que destruyen el trioxígeno. Poco a poco fueron apareciendo señales de un restablecimiento de la capa de ozono.
En cualquier caso, el agujero que se abrió sobre las Antártida tiene otras consecuencias: ha modificado la circulación atmosférica entera del hemisferio sur al ir haciendo que la corriente en chorro de las latitudes medias, una gran corriente circumpolar de la troposfera, llamada también corriente en chorro polar, que constriñe a los masas de aire del vórtice polar, se vaya desplazando en dirección al polo. Esa tendencia ha alterado las precipitaciones subtropicales.
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Sin embargo, Antara Banerjee, de la Universidad de Ontario, y sus colaboradores acaban de extraer de los datos una información alentadora, tal y como explican en Nature: desde el año 2000, ha habido una pausa en las modificaciones de la circulación atmosférica del hemisferio sur, entre ellas el desplazamiento de la corriente en chorro hacia el polo, y ello sería una consecuencia de las decisiones del protocolo de Montreal.
Sorprende que un cambio en la estratosfera perturbe los vientos troposféricos. La troposfera está debajo de la estratosfera, que no representa más que un 15 % de la masa atmosférica y cuyos movimientos tienen una capacidad de arrastre menor que los de la troposfera. Sin embargo, tanto los modelos como las observaciones confirman que el estratosférico enrarecimiento del ozono afecta a la troposférica corriente de aire en chorro.
Para estudiar las tendencias que siguen estos fenómenos, los investigadores han recopilado las mediciones de tres magnitudes desde 1980, relacionadas con el desplazamiento hacia el polo de la corriente en chorro: el desplazamiento mismo, una oscilación recurrente de la corriente (la oscilación antártica) y la latitud del borde sur de la célula climática tropical. Mediante la determinación de las medias de estas magnitudes muy variables han extraído sus tendencias y puesto de manifiesto la pausa que se experimenta desde el año 2000.
En cualquier caso, son múltiples los factores que actúan simultáneamente sobre la circulación atmosférica. Para desentrañar esas superposiciones de efectos efectuaron numerosas simulaciones informáticas en las que emplearon programas muy potentes: por una parte, CanESM2 (Canadian Earth System Model Version 2), un modelo climático basado en la física; por la otra, modelos del tipo CCM (Chemistry Climate Models), que conjuntan la química y la física de la atmósfera. Simularon primero el cambio climático observado tomando en cuenta todos los factores conocidos: el aumento de las concentraciones de los gases de invernadero, el cambio de los niveles atmosféricos del ozono y de los compuestos que lo destruyen, las erupciones volcánicas, etc.
Según las simulaciones, si su restablecimiento prosigue al ritmo actua, la capa de ozono recuperará sobre la Antártida hacia 2075 el aspecto que tenía en 1971. Pero los efectos en el clima del restablecimiento ya son perceptibles [NASA].
Según las simulaciones, si su restablecimiento prosigue al ritmo actua, la capa de ozono recuperará sobre la Antártida hacia 2075 el aspecto que tenía en 1971. Pero los efectos en el clima del restablecimiento ya son perceptibles [NASA].

Esas simulaciones reprodujeron fielmente las variaciones climáticas observadas, entre ellas el desplazamiento de la corriente en chorro hacia el polo y la posterior pausa en la tendencia. A continuación, repitieron las simulaciones pero introduciendo solo uno o algunos de los factores que deben tenerse en cuenta. Las únicas simulaciones que reprodujeron correctamente la evolución de la circulación atmosférica fueron las que introducían la evolución de las concentraciones de los gases perjudiciales para el ozono.
Estos resultados muestran que en el curso de los últimos veinte años la reconstitución del ozono ha afectado a la circulación troposférica en grado suficiente como para contrarrestar el efecto que en ella tienen los gases de invernadero, que contribuyen también al desplazamiento circulatorio hacia el polo. Nada garantiza, eso sí, que vaya a seguir siendo así, puesto que a medida que se restablezcan los niveles de ozono su influencia en el clima llegará a ser más débil que la de los gases de efecto de invernadero, que serán más y más dominantes en los cambios futuros de la troposfera. 
François Savatier
Referencia: «A pause in Southern Hemisphere circulation trends due to the Montreal Protocol», de Antara Banerjee et al., en Nature 579págs. 544-548 (2020).

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