¿Cuánto puede permanecer una bolsa o un vaso de plástico en el medioambiente antes de descomponerse? Probablemente hayas leído o escuchado distintas cifras para responder a esta pregunta. Mientras que algunos afirman que se trata de uno o unos pocos años, otros hablan de cientos de años o incluso una eternidad. Pero, ¿cuál es el número correcto?
En un reciente estudio de la Institución Oceanográfica Woods Hole,un equipo de científicos ha analizado decenas de documentos de diferentes fuentes, desde libros de textos a agencias gubernamentales, para averiguar si los datos que aportan sobre el tiempo de persistencia de los plásticos en el medioambiente son fiables.
Los expertos observaron que, incluso para el mismo objeto, las cifras de subsistencia podrían variar enormemente. Para otros artículos, sin embargo, eran sospechosamente iguales. Es el caso de los sedales de pesca, que, según las 37 infografías consideradas, tardan 600 años en degradarse.
Según el químico Collin Ward, coautor del trabajo e investigador en la Woods Hole, “es más probable que nos toque la lotería a que 37 estudios científicos lleguen a la misma conclusión de que los sedales necesitan 600 años para descomponerse”.
¿De dónde proceden las cifras?
Ward y sus colegas comprobaron, además, que los datos no procedían de estudios científicos realizados por las instituciones que los divulgaban. Así, aunque su difusión respondía a una buena causa, la falta de respaldo científico es una señal de que este tipo de información no es siempre fiable y puede llevar a sacar conclusiones o tomar decisiones equivocadas.
“Los riesgos para el medioambiente y la salud humana asociados a algo que permanece un día en la naturaleza, frente a lo mismo que dura 500 años, son completamente diferentes”, explica Ward.
En un anterior estudio, el científico y su equipo descubrieron que el poliestireno, uno de los plásticos más comunes —se usa, por ejemplo, en vasos o envases de comida para llevar— tarda décadas en descomponerse si está expuesto a luz solar. Un periodo de tiempo inferior a los miles de años que se le asignan en algunos documentos.
Una idea extendida en cuanto a la degradación de los plásticos es que estos se transforman en fragmentos muy pequeños (microplásticos) que permanecen en el medioambiente para siempre. Sin embargo, no es del todo cierta.
Al analizar el ciclo de vida completo de estos materiales, estos expertos han comprobado que también se degradan parcialmente hasta formar diferentes compuestos químicos y se descomponen completamente dando lugar a dióxido de carbono. Los productos resultantes de esta transformación no se parecen ya a los plásticos y, por tanto, pueden ser pasados por alto por los científicos que estudian sus impactos.
Entender las diferentes vías y resultados de la degradación de estos polímeros ayudaría a resolver otro misterio: el 99% de los plásticos que deberían encontrarse en el océano no se detectan. Debido a la complejidad de los procesos que sufren, algunos científicos hablan ya de un ciclo global de los plásticos.
Averiguar el tiempo que estos polímeros artificiales subsisten en el medioambiente no es una tarea sencilla, pero es una información crucial para los consumidores, para los científicos que estudian su descomposición y riesgos y para los políticos encargados de diseñar leyes para reducir su uso y disminuir su impacto en el medioambiente.
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