A pesar de que pudiéramos tener un problema de recursos o un conflicto medioambiental, la verdad es que la Tierra está casi vacía de humanos: todos cabríamos holgadamente en la Península Ibérica con una densidad demográfica similar a la de Madrid.
Pero incluso si se calcula la influencia de la humanidad en el planeta y excluimos la tierra no cubiera de hielo, apenas hemos incidido en la mitad, según un estudio liderado por la National Geographic Society y la UC Davis.
Impacto humano
La mitad más afectada de las tierras de la Tierra incluye ciudades, tierras de cultivo y lugares intensamente explotados o minados. El estudio, publicado en la revista Global Change Biology, comparó cuatro mapas globales recientes de la conversión de tierras naturales a usos antropogénicos de la tierra para llegar a sus conclusiones.
Según explica el autor principal Jason Riggio, un investigador postdoctoral en el UC Davis Museum of Wildlife and Fish Biology:
La conclusión alentadora de este estudio es que si actuamos rápida y decisivamente, hay una ventana delgada en la que aún podemos conservar aproximadamente la mitad de la tierra de la Tierra en un estado relativamente intacto.
Las tierras naturales intactas en todo el mundo pueden ayudar a purificar el aire y el agua, reciclar nutrientes, mejorar la fertilidad y retención del suelo, polinizar plantas y descomponer los productos de desecho. Entre las áreas más grandes de bajo impacto, se encuentran amplias extensiones de bosques boreales y tundra en el norte de Asia y América del Norte y vastos desiertos como el Sahara en África y el Outback australiano.
Aproximadamente, el 15 % de la superficie terrestre de la Tierra y el 10 % de los océanos están actualmente protegidos de alguna forma.
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