13 de agosto de 2014

La mujer que quiere devolver la hierba a África

La investigadora africana Segenet Kelemu tiene un sueño: reintroducir en África la hierba Brachiaria y conseguir las mismas mejoras que ya se ha registrado en Sudamérica usándolo como forraje para el ganado. Sus trabajos para hacer esta hierba resistente a enfermedades y plagas le han valido la distinción como laureada de los premios L’Oreal-UNESCO 2014 a las mujeres más destacadas en la ciencia.

Segenet Kelemu trabajando en su laboratorio en KeniaAmpliar
FOTO:JULIAN DUFORT
Segenet Kelemu trabajando en su laboratorio en Kenia

Segenet Kelemu nació en una pequeña aldea de Etiopía donde las mujeres deben encargarse de los trabajos del campo. Cuando tenía 15 años, una plaga de langostas arrasó las cosechas de su aldea y eso le dejó marcada de por vida. Gracias a las ayudas públicas y a su brillante carrera, Segenet viajó a EEUU, estudió en la Universidad de Cornell y dedicó su vida a las plantas. Su investigación le llevó a descubrir la relación simbiótica de un hongo con la hierba Brachiaria y a mejorar las variedades para el forraje del ganado: pastos más resistentes y más productivos. Tras varios años trabajando  en Brasil y Colombia, en 2007 decidió regresar a África y trabajar para la reintroducción de esta hierba en el continente del que esta especie salió hace muchos años. Su sueño es conseguir que los agricultores africanos tengan hierbas más productivas que resistan las sequías. Charlamos con ella en París, unas horas antes de que reciba el premio L’Oreal-Unesco “Women in Science”, como una de las mujeres científicas del año.
¿Cómo resumiría su sueño?
Estoy tratando de mejorar las variedades de hierba, de modo que produzcan más alimento para los animales y que estos den más leche y carne. Mi idea es crear una planta muy saludable que no se vea afectada por enfermedades o plagas y pueda crecer todo el año, producir mucho más para que los campesinos puedan alimentar a sus familia y tener un medioambiente saludable.
¿Cómo empezó su relación con la ciencia?
Crecí en una pequeña aldea de Etiopía, donde la agricultura era muy importante y yo estaba muy familiarizada con ella. Muchos de estos trabajos estaban reservados para mujeres y niños, tenemos que recoger las cosechas, llevarlas al mercado... Yo estudiaba y mis padres querían que fuera médica pero me daba miedo la sangre, así que no me podía dedicar a eso.
¿Hubo algún momento que le marcara?
La experiencia más impactante para mí sucedió cuando tenía entre 14 y 15 años. Llegó una plaga de langostas a la aldea y destruyó completamente las cosechas. Eso realmente me impactó, pensé '¡oh dios mío, esto es increíble!'. Aquello fue un ejemplo de lo que pueden hacer las plagas a las cosechas, así que empecé a estudiar sobre la ciencia de la agricultura.

Mi padre no estaba muy contento y me dijo "Pero, ¿qué pasa contigo? No necesitas un título universitario para ser agricultora, ¿para qué quieres estudiar eso?" (Risas). Luego estudié las plantas y me fui a EEUU a hacer el doctorado y decidí estudiar sus  enfermedades, porque las plantas se ponen enfermas, como nosotros.¿
Y tuvo dificultades para dedicarse a eso?
¿Ya estaba interesada ya en la hierba Brachiaria?
Por entonces no conocía esa hierba en particular, la conocí cuando me fui a Colombia y era parte de mi responsabilidad trabajar en ese tipo de hierba que se utiliza como forraje. La hierba procede de África y la trajeron hace muchas generaciones. En Latinoamérica hay ahora millones de hectáreas de esta planta, sobre todo en Brasil y Colombia, donde se cultiva porque es un alimento de muy alta calidad para los animales. Y no solo eso: tiene un sistema de raíces muy extensivo que enriquece el suelo, previene la erosión, puede crecer en zonas húmedas o secas, y ahora sabemos que también tiene la habilidad de reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Tiene un montón de ventajas.
¿Cuál fue su descubrimiento?
El descubrimiento que hicimos es que algunos hongos viven de forma simbiótica con esta hierba y la ayudan a resistir enfermedades, plagas.... y eso es parte del secreto por el que esta planta puede vivir en una variedad tan grande de zonas ecológicas. Eso es un hallazgo fantástico para nosotros, conocer por qué esta planta es tan diferente de las otras. Puedes modificar las bacterias y hongos que viven con la planta, puedes conseguir que hagan cosas diferentes y también se puede introducir en otros cultivos, como el arroz. No lo hemos hecho aún, pero sería posible. O buscar organismos similares.
¿Pero se trata de una técnica de modificación de genes? Porque el tema de los transgénicos despierta muchos recelos...
No, no estamos modificando genes, estamos haciendo que la naturaleza haga el trabajo. No hay nada a lo que oponerse, porque estos microbios están asociados permanentemente con esta hierba, podemos quitarlos, multiplicarlos, reintroducirlos, pero son parte del sistema de la planta. Lo que hemos hecho con el hongo es transformarlo genéticamente solo para observar dónde reside en la planta, qué hace exactamente y cómo se transmite. Pero no para nada más, solo para conocer esta información que necesitamos.
¿Cuál es el papel de esta hierba a nivel global?
Es un cultivo que se utiliza en grandes extensiones del mundo. Hay unos 65 millones de hectáreas de cultivo en Brasil para forraje de animales. También el sur de EEUU, en China y otras partes de Asia, en Kenia, en Uganda... Es una hierba que  tiene un gran impacto en la producción de leche y carne. Esto es importante porque el aumento de la población en Asia y Sudamérica hace que aumente la demanda de estos alimentos. Hay algunas compañías privadas que producen las semillas de esta hierba, en Brasil, por ejemplo, hay muchas porque crece la demanda. Pero es un modelo innovador en el que enseñan a los agricultores y luego recompran toda la producción en un mercado garantizado. Producir semillas es muy difícil y complicado y la cantidad producida es muy pequeña, pero no se obliga a recomprar las semillas. Es una tecnología muy neutral para los agricultores y un sistema muy práctico.
Y usted decidió llevarla de vuelta a casa...
Sí, después de ver cómo esta hierba transformaba la producción en Latinoamérica me puse a pensar en cómo llevar todas estas mejoras de vuelta a África. Y regresé después de 25 años. Hace dos años obtuve la ayuda de seis millones de euros de la Swedish International Development Cooperation Agency para traer estas hierbas de alta calidad de vuelta. Seleccionamos alrededor de 12 hierbas mejoradas y las cultivamos. Ahora hay cultivos en Kenia, Uganda y Ruanda con la ayuda también del Centro Internacional de Agricultura Tropical y un centro privado de Nueva Zelanda, las autoridades de Kenia... En Etiopía el gobierno quiere ahora esta hierba también y lo incluiremos en el programa los próximos meses.
¿Qué impacto puede tener en África?
Si conseguimos que se extienda su uso yo sería muy feliz, porque el problema de la alimentación es un problema muy grande, las sequías son muy grandes en África y el primer problema es el ganado. El ganado tiene una importancia extraordinaria en África, por su valor social para nómadas, especialmente en Etiopía. El problema es que la productividad es muy baja por el forraje que comen, es realmente difícil encontrar alimento para los animales y esta hierba traería la solución. Más hierba, más calidad, más productividad, más leche... Además, esto me da la oportunidad de devolver a la sociedad lo que me dio.
Si viviera, ¿qué le diría su padre sobre aquel título?
¡Jajaja! Estoy segura de que mi padre estaría muy orgulloso. Me diría: ¡al final no está mal ese título universitario tuyo para ser agricultora
http://vozpopuli.com/

La Acidez afecta a los mares del mundo


Peces en el mar
Frente al extremo oriental de Papúa Nueva Guinea, un fenómeno natural ofrece una alarmante mirada al futuro de los océanos, ya que las crecientes concentraciones de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera hacen que el agua de mar sea más ácida.
Corrientes de burbujas volcánicas de CO₂ emergen aquí desde las profundidades del lecho marino, como un gigantesco jacuzzi.

El sitio apunta al posible destino de los mares del mundo, mientras 24 millones de toneladas de CO₂ de la sociedad industrial son absorbidos diariamente por el mar.Conforme las burbujas de CO₂ se disuelven en el agua, se forma ácido carbónico.
Los seres humanos están convirtiendo océanos enteros en ambientes más ácidos.
Estamos cambiando la química oceánica más rápidamente de lo que ha cambiado durante decenas -quizás cientos- de millones de años.
Nuestro equipo se integró a una embarcación de investigación internacional en una expedición a Papúa Nueva Guinea.

Bajo el agua

Me pongo mi traje acuático, de 3 milímetros de grueso, para ver con mis propios ojos los efectos del CO₂. Dicen que sólo necesito un traje de buceo -uno completo de nylon con capucha- para protegerme de las mortales medusas. Pero siento el frío.
Me zambullo en el agua tibia desde la plataforma en la parte trasera del bote y aleteo lentamente hacia las ventiladeros volcánicos de CO₂.
El lecho marino es un espectáculo maravilloso. El sol de la tarde ilumina las burbujas conforme fluyen hacia la superficie, encerrándolas en glóbulos de luz radiante.
Es como nadar en un mar de limonada.
Pongo una mano a través de una columna de burbujas que se dispara de la arena, esperando que me duela. Por supuesto que no me hace daño, las burbujas sólo son CO₂. Pero su acidez sin duda está dañando la vida marina local.
Sólo los viejos corales pétreos, más duros, pueden sobrevivir aquí. Los hermosos corales ramificados que adornan un arrecife cercano no contaminado no podrían.
Es una enorme pérdida, porque los corales ramificados juegan un papel vital en el ecosistema del arrecife, protegiendo a los jóvenes peces, necesarios para ayudar a alimentar a una población mundial hambrienta.
La investigación en los ventiladeros volcánicos muestra que entre 30% y 50% de las especies de coral no podrán resistir los niveles de CO₂ que se esperan en los océanos este siglo.

Ganadores y perdedores

Peces en el mar
El informe de la ONU advierte de la amenaza de una extinción masiva de especies marinas.
La destacada científica Katharina Fabricius, del Instituto Australiano de Ciencia Marina, me comenta: "Habrá ganadores y perdedores al aumentar la acidez de los océanos. Las algas y hierbas marinas prosperan bajo niveles más altos de CO₂. Pero muchas otras especies no".
"Estamos muy preocupados porque los corales jóvenes les resulta tremendamente difícil sobrevivir con niveles altos de CO₂, así que los arrecifes no podrán repararse a sí mismos. Es muy, muy grave".
Nuestras cámaras capturan un experimento que revela una alarmante disparidad en el número de especies entre el área con un nivel normal de CO₂ y los ventiladeros con un nivel más alto.
No hay otro lugar comparable para evaluar cómo afecta a las criaturas del arrecife el creciente nivel de CO₂, así que hay una gran competencia por encontrar lugares en la embarcacion de investigación, el Chertan. Tiene sólo 18 metros de eslora y, aunque lleva a nueve científicos a bordo, sólo tiene siete camas. Los voluntarios duermen en el piso.
Es un área científica de rápida expansión y Fabricius es una entre varios investigadores que trabajan en laboratorios para ver cómo las criaturas lidian con el CO₂ y las elevadas temperaturas que se pronostica que lo acompañarán.


Cayo de Vlassof en la Gran barrera de coral en Australia
La doctora Katharina Fabricius estudia los efectos
de los océanos ácidos en el coral.

Terry Hughes, director del Centro para Estudios del Arrecife en la Universidad James Cook de Australia, afirma que la acidificación es la más reciente amenaza a los arrecifes.
"Ya hemos perdido un tercio de los arrecifes de coral por culpa principalmente de la contaminación y la pesca excesiva, dos tendencias en aumento. Ahora tenemos el efecto agregado del calentamiento global y, en el futuro, la acidificación de los océanos.
"Me preocupa sobremanera la acidificación. Algunas especies de coral sustituirán a otras, pero si perdemos los corales Acropora y los corales ramificados altos, desaparecerán la mayoría de recovecos, escondites de los peces jóvenes. Y afectará directamente a los seres humanos porque se reducirán las existencias de pescado".
La investigación sobre la acidificación se está ampliando de los corales a los peces. Un grupo de científicos en la universidad está estudiando a peces en un barril para ver si su capacidad atlética se ve comprometida por el agua que podría ser 170% más ácida que en la era preindustrial de aquí a fines de siglo.
Las pruebas ya muestran que la acidificación hace que algunos peces pierdan su sentido del olfato y se comporten imprudentemente ante la presencia de los depredadores.

Burbujas de CO2
Un informe de la ONU muestra que las emisiones de CO2 
están haciendo más ácido el mar.

Un informe de Naciones Unidas también advierte que en el pasado ha habido extinciones masivas, cuando los niveles de CO₂ cambiaban con mayor lentitud que hoy en día.
"Los cambios que estamos provocando son irreversibles durante decenas de miles de años", me dice Fabricius al ponerse el sol detrás de las canoas que vuelven a casa después de un día de pesca.

"Podemos proteger los arrecifes de la pesca excesiva y la contaminación local si es que hay voluntad. Pero con la atmósfera y los océanos es completamente diferente: no hay nada que retire los efectos del CO₂ del sistema. Es terrible".

BBC Mundo

Obligaciones de la Comunidad de Vecinos en el reciclaje de Basuras

Los españoles reciclamos aún bastante poco, pese a ser un país que genera mucha basura. Un reciente informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente señala que España “mantiene tasas muy altas de residuos que acaban en el vertedero, sobrepasando el 50% del total de residuos sólidos urbanos generados en 2010″. El nuestro es, según datos de Eurostat, uno de los países que más basura genera, con una media de 575 kilos por habitante y año. En cualquier caso, los contenedores ya son parte del paisaje urbano. Los de color azul (papel y cartón), los amarillos (latas y material plástico), los contenedores verdes para el vidrio, los naranjas para el material orgánico y los de color gris (residuos no clasificables). Algunos de estos elementos tienen que estar presentes de forma obligatoria. Las sanciones por responsabilidad en la falta de los cubos adecuados para tirar la basura reciclada también dependen de cada autonomía. Madrid castiga con multas de entre 750 y 3.000 euros a la comunidad que no cumpla la normativaEn Anida ponen como ejemplo la Comunidad de Madrid, donde la responsabilidad en el cumplimiento de las normas de reciclaje es colectiva, es decir, de la comunidad de propietarios. Las denuncias podrán ir contra ésta, o en su defecto, contra el presidente de la misma, pudiendo llegar a infracciones sancionadas por importes de entorno a 90 euros por infracción, según su gravedad. Un fallo del Tribunal Supremo, estimando un recurso del Ayuntamiento de Madrid, ha facultado a los inspectores municipales a acceder a las instalaciones para inspeccionar el contenido de los contenedores o de las bolsas de basura, castigando con multas de entre 750 y 3.000 euros a la comunidad que no cumpla con la normativa. Pero además de multas puede haber premios que incentiven el reciclaje. El Ayuntamiento de Oviedo premia las buenas prácticas, bonificando a las comunidades de vecinos que reciclan sus basuras.   Aunque hay quienes “sufren” el reciclaje. En Zarautz, gran parte de los vecinos están en contra del sistema de recogida de la basura “puerta a puerta”, que obliga a separar los residuos en cinco recipientes y a separar de una forma excesivamente pormenorizada
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Docusign busca desterrar el papel

Se adelantaron a su tiempo, pero fueron capaces de resistir hasta la explosión de su idea. No suele darse. Docusign nació en 2003. Su actual consejero delegado, Keith Krach, llegó en 2011, justo con la explosión de móviles y tabletas para adaptar la compañía. Estos soportes ya son el 90% de su negocio. El hecho de que Google los apoyase con una inversión a través de Venture, su firma de capital riesgo que acaba de anunciar su aterrizaje en Europa, atrajo a más fondos. Desde entonces han conseguido 210 millones de dólares para financiar su idea, dejar de lado los papeles.
Siguen la máxima de que si uno no cree en lo que hace, tampoco lo harán los demás. Para entrar en la oficina es necesario firmar un contrato, pero en un iPad. De inmediato se recibe una copia en el correo electrónico. Después ya se permite el acceso al despacho con vistas. El directivo está feliz, acaba de cerrar un acuerdo con Visa y Fedex. Ya cuentan con 40 millones de usuarios registrados y 100.000 compañías usando su servicio. En San Francisco se han convertido en el estándar a la hora de firmar un contrato de alquiler.
Cuando se le pregunta, no duda, cree que los negocios dejarán de lado los contratos físicos más pronto que tarde. "Nuestros socios, como Xerox, hace tiempo que se han dado cuenta de ello. Con todos los directivos que hablo tengo la misma conversación. Lo saben hasta en HP, y eso que la impresión sigue siendo gran parte de su negocio", subraya. Entre las ventajas destaca la seguridad, algo que puede sonar a contradicción, ¿por qué es más seguro si se carece de prueba física? "A diferencia de cuando se entrega un papel sin haberlo firmado delante, cuya grafía podría pertenecer a cualquiera, con la tecnología podemos saber si firma la misma persona que lo hizo la vez anterior en ese aparato o si una firma está usando un aparato que no es el habitual", explica. Así hasta sumar ocho niveles de seguridad, según la exigencia del cliente: desde datos biométricos, usando la cámara frontal del móvil o tabletas, o la huella dactilar, a comprobación a través de SMS o por voz. La firma se puede guardar durante dos semanas, tres años, de manera perpetua, según lo estimen las dos partes del contrato.
Krach considera que el secreto de su éxito radica en dos pilares: tecnología y precio. No hay barrera de entrada, empezar a usarlo es gratis, después se cobran 33 dólares por documento, se basan en un modelo de software como servicio (SAAS en el argot) con suscripciones, anuales, mensuales o cobrando un porcentaje de los ingresos.
Hasta hace tres años pagaba el que firmaba el contrato. Se dieron cuenta de que penalizaban al consumidor final, que no iba a usarlo con frecuencia si era un particular. "La estrategia es seguir como freemium", explica para referirse a este modelo gratuito con pago solo para profesionales.
Aunque ya funcionan en 43 países, México, Brasil y, en general, América Latina centran su interés para el próximo curso. En Europa cuentan con oficinas en Reino Unido y Francia
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