25 de noviembre de 2019

La extraordinaria importancia de los espacios verdes para la salud de los ‘urbanitas’

  • El mayor estudio realizado hasta la fecha confirma que un aumento en áreas verdes alrededor de la vivienda se asocia de manera significativa con una reducción en la mortalidad prematura.
Las áreas verdes residenciales pueden proteger contra la mortalidad prematura por todas las causas, según una revisión sistemática y un meta-análisis realizados por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por ”la Caixa”, en colaboración con la Universidad de Colorado y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y publicado en la revista TheLancet Planetary Health.
El análisis, que incluyó nueve estudios longitudinales en siete países (Canadá, Estados Unidos, España, Italia, Australia, Suiza y China) y más de ocho millones de personas, proporciona evidencia científica robusta sobre el impacto que tiene el incremento de las áreas verdes en las ciudades sobre la mortalidad prematura.
La extraordinaria importancia de los espacios verdes para la salud de los ‘urbanitas’
La mitad de la población mundial vive en ciudades, donde suele haber pocos espacios verdes.
Muchos estudios indican que las áreas verdes en ciudades tienen un efecto positivo sobre la salud, como menos estrés, mejor salud mental, y menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y muerte prematura, entre otros.
Sin embargo, muchos de estos estudios se fijan solo en un momento específico en el tiempo y usan diferentes maneras de medir la exposición a áreas verdes.
Por estas razones, el equipo investigador decidió centrarse en estudios longitudinales –es decir, con una cohorte de personas a lo largo de varios años– que, además, cumplían otros dos requisitos: usar una manera sencilla de medir la exposición a áreas verdes  basada en imágenes de satélite –el índice normalizado de diferencia en vegetación o NDVI– y considerar la mortalidad como desenlace.
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El metaanálisis de los estudios confirma que un incremento en áreas verdes alrededor de la vivienda se asocia de manera significativa con una reducción en la mortalidad prematura.
Específicamente, el estudio proporciona una estimación del efecto protector: una reducción del 4 % en la mortalidad por cada incremento de 0,1 en el índice de vegetación a 500 metros o menos de la residencia.
“Es la síntesis más grande y completa hasta la fecha sobre espacios verdes y mortalidad prematura y los resultados apoyan intervenciones y políticas que incrementen los espacios verdes como estrategia para mejorar la salud pública”, comenta David Rojas, investigador de ISGlobal y de la Universidad de Colorado y primer autor del trabajo.
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Además, el estudio proporciona “valiosa información que se podrá usar en estudios de evaluación de impacto en salud”, explica el investigador.

Muertes prevenibles en el mundo

Rojas y su equipo están aplicando los resultados de este metaanálisis para estimar el número de muertes prematuras que se podría evitar en ciudadesde todo el mundo si se consiguiera la ambiciosa meta de aumentar la infraestructura verde.
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“Los programas de incremento del verde urbano no solo son clave para promover la salud pública, sino que también aumentan la biodiversidad y mitigan los impactos del cambio climático, haciendo que nuestras ciudades sean más sostenibles y habitables”, concluye Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal.

Referencia bibliográfica

Rojas-Rueda D, Nieuwenhuijsen M, Gascon M, Perez-Leon D, Mudu P. Green spaces and mortality: a systematic review and meta-analysis of cohort studiesTheLancet Planetary Health, November 2019; 3: 69–77.

¿Qué es el Wwoofing?

Si lo tuyo es la vida en el campo o la naturaleza, te gusta lo orgánico y lo sustentable, y además quieres viajar, el Wwoofing es la oportunidad que estás buscando para recorrer el mundo mientras colaboras con el medio ambiente y todo a un bajo costo.
Wwoofing son las siglas de  World Wide Opportunities on Organic Farms, en español, “oportunidades globales en granjas orgánicas“. El nombre devela en buena medida la actividad que se realiza, es una red organizada para trabajar en granjas orgánicas en todo el mundo.

Como funciona.

Este movimiento consiste en un intercambio, es un acuerdo ganar-ganar en el que los productores reciben a los voluntarios y éstos en lugar de recibir dinero como pago, obtienen comida y hospedaje gratuito. Esta práctica puede incluso darte beneficios como aprender de una cultura de tu interés o un nuevo idioma.
La asociación, que originalmente se llamaba Working Weekends on Organic Farms, comenzó cuando la británica Sue Coppard empezó a mostrarles a compañeros de trabajo cómo era la vida fuera de la ciudad, específicamente en las granjas y a enseñarles de qué se trataba la agricultura ecológica.
Nació con la finalidad de capacitar personal para trabajar en el cultivo y darles la oportunidad de ejercer esa labor tanto en áreas rurales de Gran Bretaña como en otros países.

Aunque en la actualidad puede decirse que la organización aún es un poco informal, pues no tiene una especie de membresía, sí existe un organismo que juega el papel de rector de las actividades que se realizan bajo este nombre y esta modalidad. Miembros de Wwoofing se encargan de ejercer de puente entre los voluntarios y el lugar de alojamiento, de resolver inconvenientes y sirven de guía en caso de tener dudas o problemas en el proceso.

Cómo ser un WWOOFer.

Para pertenecer a este movimiento el único requisito que debes tener en responsabilidad, compromiso y entusiasmo. Del resto solo te queda localizar a anfitriones de todo el mundo en la página web WWOOF que estén solicitando voluntarios y ofrecer tu trabajo cuando encuentres el sitio al que quieras viajar.
Los trabajos en los que te puedes involucrar dependen en gran medida del tipo de granja al que llegas. Puedes ser sembrar, cosechar, alimentar animales, limpiar la maleza, entre otras actividades relacionadas a la agricultura.
Si de entrada estás pensando en viajar al otro lado del mundo, te decimos que lo pienses. Debes evaluar cuánta experiencia tienes porque es recomendable dar tus primeros pasos en granjas locales, para que luego te lances a aventuras más grandes con la destreza suficiente para que todo resulte de forma óptima. Consulta la experiencia de personas que los han probado y han compartido sus viajes en reddit, te ayudará ver la experiencia de los demás a la hora de elegir un destino adecuado.
La actividad está ganando cada vez más adeptos, de los que no necesariamente todos son amantes de la agricultura, sino que muchos lo ven como una opción para financiar su viaje por muchos países, y de pasada, le dan una mano al planeta con prácticas ecológicas. Esta oportunidad puede dejarte mucha experiencia que luego, quien sabe si te animas, puedes aplicar a tu propia granja.
Wwoofing Internacional: wwoofinternational.org – wwoof.net

¿Qué es la Agenda 2030?

Hablamos a menudo sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de lo que suponen para nuestra civilización. Sin embargo algunos de vosotros nos habéis preguntado sobre la Agenda 2030 y si es lo mismo que los ODS.
Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
Fue el 25 de septiembre de 2015 cuando la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó lo que se conoce como Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que consiste en una hoja de ruta con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los 169 hitos a lograr en el horizonte del año 2030.
Titulada como Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenibleresponde a la necesidad internacional de disponer de un marco consensuado para abordar los retos globales de la humanidad. La complejidad, la globalidad y la complementariedad de esta agenda va más allá de las herramientas que se han aprobado los últimos 50 años.
La Agenda 2030 aborda 5 grandes áreas claves, conocidas como las 5 P (en inglés):

Personas (persons)

Poner fin a la pobreza y el hambre en todas sus formas y dimensiones, y velar por que todos los seres humanos puedan realizar su potencial con dignidad e igualdad y en un medio ambiente saludable.

Planeta (Planet)

Proteger el planeta contra la degradación, incluso mediante el consumo y la producción sostenibles, la gestión sostenible de sus recursos naturales y medidas urgentes para hacer frente al cambio climático, de manera que pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras.

Prosperidad (properity)

Velar por que todos los seres humanos puedan disfrutar de una vida próspera y plena, y por que el progreso económico, social y tecnológico se produzca en armonía con la naturaleza.

Paz (peace)

Propiciar sociedades pacíficas, justas e inclusivas que estén libres del temor y la violencia. No puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible.

Alianzas (partners)

Movilizar los medios necesarios para implementar esta Agenda mediante una Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible revitalizada, que se base en un espíritu de mayor solidaridad mundial y se centre particularmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables, con la colaboración de todos los países, todas las partes interesadas y todas las personas.
Como hemos visto en ocasiones anteriores, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) cubren ámbitos como la pobreza, la desigualdad, la seguridad alimentaria, la salud, el consumo y la producción sostenibles, el crecimiento, la ocupación, las infraestructuras, la gestión sostenible de los recursos naturales, los océanos, el cambio climático, y también la igualdad de género, la paz, la inclusión social, el acceso a la justicia y las instituciones responsables.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible
En este sentido, Naciones Unidas ha hecho un llamamiento directo a todos los estados miembros a formular cuanto antes mejor unas respuestas nacionales ambiciosas para la implementación general de la Agenda, que faciliten la transición hacia los ODS.
Esta estrategia rige los programas de desarrollo mundiales hasta 2030, y al adoptarla, los estados miembros de la ONU se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación mediante alianzas centradas especialmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables.

¿Y cómo se ha puesto en marcha esta Agenda?

La implementación de esta ambiciosa nueva Agenda requiere una Alianza Mundial revitalizada y un compromiso de todos los involucrados.
La Alianza trabaja con espíritu de solidaridad mundial, en particular con los más pobres y con las personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
Mucho del trabajo desarrollado hasta la fecha ha ido en la línea de asegurar una intensa participación mundial para respaldar el cumplimiento de todos los Objetivos y metas, aglutinando a los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, el sistema de las Naciones Unidas y otras instanciasmovilizando todos los recursos disponibles.
Es importante señalar que cada país es el principal responsable de su propio desarrollo económico y social, por lo que tendrán que identificar los medios necesarios para implementar los Objetivos y las metas.
Entre estos medios se incluyen los recursos financieros. También es importante la transferencia de tecnologías a los países en desarrollo, respetuosas con el entorno y que estén disponibles en condiciones preferentes y asequibles.
Así, la financiación publica, tanto a nivel nacional como internacional, se torna vital para proporcionar servicios esenciales y bienes públicos y catalizar otras fuentes de financiación.
Es relevante el papel que desempeñan en la implementación de la Agenda 2030 los diversos integrantes del sector privado, desde las microempresas y las cooperativas hasta las multinacionales, y la función de las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones filantrópicas.

¿Y cómo se realiza el seguimiento de esta Agenda?

Son precisamente los gobiernos los principales responsables de realizar, en el plano nacional, regional y mundial, el seguimiento y examen de los progresos conseguidos en el cumplimiento de los Objetivos y las metas hasta 2030.
Para fomentar la rendición de cuentas a los ciudadanos, se ha establecido un proceso sistemático de seguimiento y examen en los distintos niveles.
Un foro político de alto nivelbajo los auspicios de la Asamblea General y el Consejo Económico y Social de Naciones Unidasdesempeña un papel central en la supervisión de ese proceso de seguimiento y examen a nivel mundial.
Para finalizar únicamente recordar que en la proclama de la Agenda 2030 los países mostraron su firme resolución para poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del Planeta y sus recursos naturales.

Esta Agenda 2030 surge de trabajos de se elaboraron durante más de 2 años de consultas públicas, interacción con la sociedad civil y negociaciones entre los países y vienen a sustituir a los llamados Objetivos del Milenio, implementados lamentablemente sólo en parte.

El reciclaje no es economía circular.

Cadena rota por el eslabón más débil.
Vivimos un modelo de producción y consumo basado en fabricar, comprar, usar y tirar. Un modelo lineal que lleva al agotamiento de los recursos naturales y a un fuerte impacto por la cantidad de residuos que generamos. El reciclaje se nos ha presentado como una receta mágica, la panacea, que resuelve todos los problemas. Pero no es así.
Una vez convertidos en basura, los productos que tiramos requieren de procesos de recuperación y costosos tratamientos que permitan, parcialmente, recuperar algunos materiales y convertirlos nuevamente en materias primas. Es más, esas materias primas procedentes de nuestros residuos compiten con las extraídas directamente de la naturaleza, que suelen venir de fuentes más baratas en términos monetarios.
Ahora es el Foro Económico Mundial quien nos alerta de que para construir una economía circular debemos descartar el reciclaje. El reciclaje tiene sentido en una economía lineal de usar y tirar, donde los fabricantes se desentienden de las externalidades de los productos que ponen en el mercado.
Pero si queremos reducir los impactos económicos, ambientales y sociales de ese modelo y pasar a una economía circular, debemos superar esta solución de final de tubería que sólo afecta a las basuras una vez generadas.
Uno de los principales retos de la economía circular es conseguir gestionar los recursos limitados de nuestro planeta para evitar el colapso al que nos lleva el despilfarro en el que se sustenta el modelo de usar y tirar. Las prioridades deberían pasar, precisamente, por la prevención. El coste (social, económico y ambiental) de recuperar un producto y repararlo es mucho menor que el de fabricarlo nuevo desde sus residuos. En caso de que esto fuese posible: el reciclaje no siempre es económica o energéticamente viable.
El reciclaje es necesario para reducir el impacto de los residuos, pero no mantiene ni aumenta el valor de los productos fabricados y, para la buena parte de los materiales residuales, no consigue cerrar el ciclo. Necesitamos reciclar más y mejor, pero sólo como una etapa de transición a una verdadera economía circular, basada en la prevención y en la reutilización.
La economía circular no se basa en el reciclaje porque su producción se diseña para que los productos puedan reutilizarse varias veces, no para que se conviertan en residuos. La esperanza de vida de los productos se alarga con mantenimiento, reparación, redistribución, reacondicionamiento o ciclos de remanufactura, evitando su entrada en el ciclo de reducción de valor y alto consumo de energía que supone el reciclaje.
Reparar aparatos electrónicos es una forma de evitar que se conviertan en residuos.
Igualmente, el reciclaje ocurre con grandes desplazamientos de materiales a lo largo de todo el planeta que podrían prevenirse cerrando los ciclos de producción y consumo cerca de los usuarios de los productos.
Por otro lado, las políticas de producto basadas en estrategias de reutilización, redistribución o remanufactura implican incluir una variable clave en la reducción del impacto del modelo de producción: la durabilidad, reduciendo los costes y los riesgos de producir para usar y tirar frente a planificar productos duraderos, donde el valor se consigue en su mantenimiento a largo plazo.
La economía circular, mediante el análisis de las cadenas de suministro- se debería apartar de las actividades que devalúan los productos y los materiales, como el reciclaje, y enfocarse a la reutilización y la remanufactura que ayudan a mantener o incrementan su valor. Este enfoque aporta al mercado de trabajo empleos más sostenibles, para cuya creación no se requiere un mayor consumo de recursos, en tanto que se basan en el mantenimiento -dentro de la economía circular- de los productos que ya se han fabricado.
Así pues, cuando pensamos en economía circular debemos evitar relacionarla con el reciclaje y buscar modelos que permitan aumentar el ciclo de vida de los productos, evitando que se conviertan en residuos mediante un diseño enfocado a extraer valor alargando su vida útil. Esto permitiría reducir el consumo de recursos y energía necesario para fabricar productos nuevos, desplazando mano de obra desde la extracción y el reciclaje a la reutilización y el mantenimiento de productos, en una economía circular bien entendida con oportunidades para todos.

Un sello que desenmascara a todos los envases que dicen ser 100% reciclables

Tetrabrik de agua 100% reciclable. Botella de plástico para agua 100% reciclable. Envase de plástico para sándwiches 100% reciclable. Resulta llamativo la falta de control para poner este reclamo ecológico en los productos en España. Sin embargo, según la empresa madrileña Dríade SM, que acaba de presentar una novedosa metodología para medir con rigor cuánto se puede reciclar de un envase, hoy en día no hay ninguno que puede considerarse realmente 100% reciclable. “Para nosotros lo máximo es un envase cinco estrellas, que se pone a partir de un 85% de reciclabilidad, eso ya es mucho, pues hay que descontar el tapón, la etiqueta, las tintas…”, detalla Raquel Iglesias, directora general de Dríade SM, que especifica que ellos no solo miden la cantidad real que se recicla de un envase, sino también la calidad del material resultante y su capacidad para sustituir materia prima virgen “en casi idénticas condiciones”.
Cuando se analiza cuánto se pueden reciclar realmente los distintos envases del mercado con una metodología como esta, que cuenta con el apoyo científico de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF, nos encontramos con muchas sorpresas.

Envases con 0 estrellas

La metodología de Dríade SM diferencia primero aquellos envases que, aunque estén fabricados con materiales reciclables, ellos mismos no pueden reciclarse. Es el caso de productos de reducido tamaño, como los envoltorios de pequeñas porciones de mantequilla, por ejemplo. Al ser tan pequeños no pueden ser recuperados en las plantas de selección de residuos. “Aunque estén hechos con materiales reciclables, para nosotros son 0% reciclables”, comenta Iglesias.

Envases con 1 o 2 estrellas

En esta categoría entraría un tetrabrik. Estos envases son complicados de reciclar porque están formados por distintas capas de cartón, plástico y aluminio. Teóricamente, se suele considerar que estos envases se reciclan en un 75%, la parte correspondiente al cartón. Sin embargo, con la metodología de Dríade SM el porcentaje estimado resulta bastante más bajo. “Parte de las fibras de papel de un tetrabrik se quedan con el aluminio y además las fibras se acortan en el proceso de reciclado, toda esa pérdida de material la cuantificamos, por eso sale muy bajo”, señala la directora.

Envases con 3 o 4 estrellas

Por lo general, los envases de un solo material son más fáciles de reciclar que los multimateriales o multicapas, aunque luego es muy importante el diseño. Hay muchas variables que pueden hacer que un buen envase de un solo material no se recicle tanto como se espera por cuestiones como las etiquetas, las tintas, el color del material… Como se ve con esta nueva metodología, una botella de plástico de color rojo, azul o rosa para agua, por ejemplo, va a reciclarse peor que otra transparente. También se reducirá la proporción de material reciclado si los tintes van en el propio plástico en lugar de en una etiqueta o si el adhesivo utilizado no permite que la etiqueta se separe con facilidad en el proceso de reciclado. “Es importante que las tintas no destiñan en el proceso, pues pueden contaminar las balsas de lavado”, especifica Iglesias.

Envases con 5 estrellas

Aunque habría que ver caso por caso, la directora de Dríade SM explica que un envase certificado como 5 estrellas en reciclabilidad podría ser una lata de aluminio, una botella de vidrio, un envoltorio de cartón o una botella de plástico PET transparente en la que no se mezclen otros materiales, se puedan separar bien las tintas y la materia obtenida del reciclado pueda aprovecharse para fabricar otros envases.
Hay casos que pueden llegar a un porcentaje muy cercano al 100%. Pero, como incide Iglesias, hasta ahora siempre han encontrado algo que descontar del total reciclado. Incluso en una botella de vidrio que no lleva etiqueta todavía hay que quitar el pequeño plástico del interior de la chapa, que no se recicla. Y en una lata de aluminio hay que descontar un porcentaje mínimo de las tintas. "Hay envases que llegan a un 99,9%, pero no a un 100%", destaca.
“Otra de las cuestiones que mide nuestra metodología es si los envases se pueden vaciar bien del todo, algo importante en productos como dentífricos”, comenta. “Cuando las etiquetas de los envases plásticos son muy grandes (ocupan más de 2/3 de la botella) y de distinto material al del envase, podrían ser mal clasificados en las plantas de selección, por lo que su reciclabilidad es muy baja”.
Como cuenta la responsable de esta metodología, que ha sido presentada de forma reciente en Barcelona en el foro ‘Sustainability in Packaging Europe 2019’, ya llevan un tiempo certificando la reciclabilidad de envases de distintas empresas siguiendo estas pautas.
“Nos hemos encontrado con empresas que quieren mejorar y otras que solo buscan que digamos que reciclan el 100%, si no es 100% no les interesa”, recalca Iglesias. “También nos ha pasado que alguna compañía que lo hace realmente bien nos ha dicho: cómo vamos a poner un sello con un 90% de reciclabilidad si nuestro vecino de al lado pone el 100% y sabemos que no tiene ni un 30%”.

Los peces escapan al fondo del océano por el cambio climático

Un grupo de peces en un arrecife de coral.
Un grupo de peces en un arrecife de coral. PIXABAY
Los peces se están yendo al fondo del mar espoleados por el cambio climático. El calentamiento, aún más acusado en el agua, llevaba décadas empujando a la vida marina hacia el norte. Ahora, un trabajo con observaciones de 30 años confirma esa traslación de las especies más sensibles al calor hacia aguas más frías, mientras las más cálidas se estarían despoblando. El impacto de tanto cambio, ya sea ecológico o pesquero, en las comunidades marinas aún está por determinar.
Un equipo internacional de científicos ha analizado más de tres millones de registros de miles de especies de peces demersales (los que viven en la parte inferior de la columna de agua) y plancton marino (animales y algas microscópicas) para determinar cómo está afectando el cambio climático a la composición de las comunidades marinas del hemisferio norte. Los datos, que se remontan a 1985, proceden de tres misiones de rastreo de los fondos marinos del Atlántico y el Pacífico y una específicamente diseñada para capturar plancton del Atlántico norte y el mar del Norte desde 1931.
El trabajo, publicado en Nature Climate Change, confirma que la distribución de las especies y la composición de las distintas comunidades están cambiando empujadas por los cambios en las temperaturas del mar. En general, los ecosistemas de aguas tradicionalmente frías están siendo testigos de un aumento de las especies propias de las regiones del océano más cálidas.
En el Atlántico norte o el mar del Norte la temperatura ha aumentado 0,5º por década desde 1980 mientras el noreste del Pacífico se enfría
"No es que los peces se vayan nadando al norte", dice el principal autor del estudio, el investigador de la Asociación Escocesa para la Ciencia Marina Michael Burrows. "Es más que las poblaciones del norte están aumentando mientras que las del sur están declinando en respuesta al calentamiento", especifica. "Cada vez más áreas del norte que eran demasiado frías se están volviendo habitables y regiones del sur anteriormente ideales ahora son demasiado cálidas", explica.
El proceso no está siendo universal. Según han comprobado, la abundancia de las especies más cálidas ha aumentado en la costa este del América del norte y en el mar del Norte. Sin embargo, en el golfo de México o el Pacífico norte, apenas ha habido cambios. En cuanto al plancton, las mayores alteraciones también se han producido en la costa este estadounidense y la plataforma continental del oeste europeo.
Las diferencias correlacionan muy bien con los cambios observados en la temperatura media de la superficie del mar. Mientras en el Atlántico norte, esta ha aumentado al ritmo de 0,5º por década desde los años 80, en el norte del Pacífico se ha mantenido estable y hasta se ha enfriado.
"Aunque la tendencia global del cambio climático es al calentamiento, también hay matices regionales de enfriamiento", explica el investigador del Centro de Investigación Ártica de la Universidad de Hokkaido, en el norte de Japón, el español Jorge García Molinos. En este caso, "mientras el Atlántico norte y la costa este americana están gobernados por la corriente [cálida] del golfo, en el norte del Pacífico domina la corriente fría de California", detalla el científico, coautor del estudio.
Las especies de aguas frías que dependen de la fotosíntesis no pueden escapar yendo hacia las profundidades
Pero hay áreas, como el noreste de Canadá, donde el calentamiento no parece estar provocando cambios en la latitud de las comunidades sino un desplazamiento vertical, hacia abajo. "A diferencia del resto, donde con el calentamiento observamos cambios en la composición de la comunidad en favor de las especies de aguas cálidas, no vimos tales en cambios en áreas con aguas superficiales más cálidas y aguas profundas más frías. Creemos que aquí los peces y otras especies pueden evitar el calentamiento [...] si se mueven más profundo hacia aguas más frías", sostiene Burrows.
En tierra, un número creciente de especies vegetales y animales están avanzando hacia el norte o subiendo montaña arriba. En el mar entra en juego el desplazamiento en vertical. Pero bajar hacia mayores profundidades no es siempre posible. Para las especies que dependen de la fotosíntesis, como el fitoplancton, los corales o las algas, la ausencia de luz es un límite insuperable. Además, como recuerda García Molinos, "los cambios de distribución en profundidad traen consigo una compresión del hábitat para las especies", un estrechamiento del espacio vital cuyas consecuencias son aún desconocidas

10 prácticas empresariales poco sostenibles

Tras un largo recorrido divulgando y discutiendo sobre la sostenibilidad en la empresa, es el momento de compartir tanto lo peor que nos podemos encontraren este aspecto en el entorno empresarial, como lo mejor.
Para saber lo que tenemos que evitar, vamos a comenzar con las prácticas empresariales poco sostenibles:

1. Tomar decisiones pensando en un único impacto

En muchas ocasiones y bajo presión, las empresas toman decisiones fijándose en un único aspecto de la sostenibilidad.
Por ejemplo, el bienestar animal. Sin duda un asunto importante, pero que no debe dejar de lado otras cuestiones como los impactos al medio ambiente o para la salud de las personas.
Es importante asegurarnos que comprendemos el alcance de nuestras decisiones a largo plazo.

2. No disponer de compromisos fiables, transparentes, medibles y acotados en el tiempo

¡Trabajar con generalidades ya no funciona!
¿Conoces los 7 Pecados del Greenwashing? Pues todavía se practican en la actualidad por muchas empresas.

3. No asignar un valor monetario a la sostenibilidad

Como ha estudiado la consultora AT Kearney en relación a la gestión sostenible de la cadena de suministro, si las empresas no pueden cuantificar el valor de la sostenibilidad, no pueden justificar las inversiones.
De esta manera, los productores y los proveedores no están incentivados en emprender prácticas sostenibles.
Toda empresa necesita conocer y hacer suyo por qué está desarrollando una estrategia sostenible, y también confiar en el logro de resultados positivos.

4. Estar paralizados por la aversión al riesgo

En ocasiones, la dirección de las empresas difunde tanto la necesidad del liderazgo como de evitar el riesgo.
Agregue a esta ecuación los servicios jurídicos de la empresa y a los detractores, y obtendremos la situación típica en una organización.
No se puede ser líder evitando todos los riesgosEl riesgo inteligente es necesario y mantiene vivas las organizaciones.

5. Dejar que otros definan tu marca

Es frecuente que las empresas solo se preocupen de su marca cuando es atacada o difamada. Esperamos que nos sorprendan siempre haciendo las cosas bien.
También algunas empresas tienen la costumbre de contar otra historia más, como si inundando los medios con montañas de información ayudara a conectar con la gente.
Contar cosas no es lo que se necesita. Compartir es la claveEs bidireccional, necesitamos escuchar y estar abiertos.

6. Ver a las ONG como el enemigo

No prestar atención a los que nos critican es una oportunidad que no se debe dejar pasar para aprender y mejorar, o al menos para conocer mejor otros puntos de vista.
Localizar y colaborar con Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que trabajan en campos afines con soluciones y desarrollo científicos es una buena línea de trabajo a tener presente.

7. Fijarse únicamente en lo que sale bien

No se preocupe por los errores y fallos que pueda cometer y escríbalos.
Después de todo, en la empresa se emprenden muchos viajes. Los errores nos ayudan a superar los obstáculos de ese camino y motiva a las personas a intentar superarlos.
La mayoría de las partes interesadas aprecian un esfuerzo sincero y reconocen el trabajo incluso aunque no se logren los objetivos.

8. Tener un enfoque de talla única

Céntrate en los resultados, no en el camino para conseguirlos.
Por ejemplo, el uso de tecnologías innovadoras no debe ser aceptado o rechazado automáticamente. Más bien, la medida del éxito debería ser si brinda un resultado mejor, más seguro y más sostenible.
Además, no existe un enfoque simple para lograr un progreso mejor y sostenible. Pongamos un ejemplo: La cría de ganado puede ser muy diferente en Argentina y en Australia. Por lo tanto, si nos empeñamos en definir requisitos específicos para un proceso global puede ser contraproducente. Y además , ¡atenta contra los principios de la reingeniería!

9. Escuchar sin el compromiso de entender a los demás

Los que apostamos de manera activa y decidida por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, defendemos nuestro punto de vista, valores y estilo de vida de manera apasionada, lo que en ocasiones, nos lleva a no practicar la escucha activa.
Estamos tan inmersos en la solución y la tenemos tan clara que no escuchamos lo suficiente a la otra parte, que por ejemplo puede ser un cliente o un proveedor de la cadena de suministro. Terminamos en desacuerdo con ellos, en lugar de comprender su punto de vista e intentar satisfacer sus necesidades.

10. Jugar la defensiva

Algunos ven la sostenibilidad como algo complicado, lleno de concesiones y difícil de entender por los consumidores y otras partes interesadas.
Por lo tanto, su postura es a la defensivaevitando meterse en problemas haciendo algo distinto.
Los clientes y los equipos de trabajo del futuro (y del presente) demandan organizaciones que diseñen y desarrollen estrategias positivas, proactivas y sostenibles¡Las empresas que no lo hagan, quedarán fuera de juego!
En un próximo artículo nos centraremos en buenas prácticas que nos podemos encontrar en la empresa en relación con la sostenibilidad.
Este artículo es una traducción libre y adaptada del original publicado por Bob Langert en GreenBiz y titulado The 10 worst sustainable business practices.