31 de julio de 2015

Las 3R contra los Envases

Los residuos constituyen un problema de primer orden en nuestra sociedad, se calcula de media que un catalán produce 1,26 kg basura/dia. Abrir nuevas instalaciones  de tipo vertedero o incineradora para los residuos producidos no parece ser la solución más adecuada porque conllevan riesgos de contaminación de suelos y emanación de gases y olores. Pero ni la basura desaparece ni sus componentes se vuelven inocuos.
El problema del crecimiento de los residuos municipales se centra en la proliferación de los envases de un sólo uso. Los envoltorios de usar y tirar no mejoran las funciones básicas de todo envase -conservar, proteger e informar del contenido- y también ha aumentado la toxicidad de los desperdicios domésticos debido a su composición química y al material con que se fabrican los envases.
La solución pasa por las 3R: reducción, reutilización y reciclaje. La reducción pretende que los fabricantes disminuyan el uso de materiales y procesos productivos que generan residuos excesivos o peligrosos. La reutilización se refiere a la comercialización de envases que puedan ser utilizados con el mismo fin y el reciclaje transforma el residuo en una mercancía que, como tal, entra de nuevo en el circuito comercial. Pero para que ello sea efectivo, es necesario la firma de convenios y acuerdos que aseguren que lo recogido vuelve a la industria.
En definitiva, devolver a la naturaleza el máximo de elementos que hemos extraído de ella, y hacerlo en las mejores condiciones posibles sería el argumento de fondo de las 3R.
Para ello una herramienta muy útil es la recogida selectiva mediante contenedores específicos ubicados en las aceras, y la construcción de "deixalleries" para los residuos municipales. En términos generales, la composición de la basura doméstica se divide al 50% en materia inorgánica y orgánica (restos de comida, bolsas de infusiones, corchos y vegetales que después de la fermentación se transforman en abono). La mitad de la materia orgánica sirve para crear un compost de calidad para la agricultura, la revegetación de taludes y la regeneración suelos quemados.
De ahí la importancia de la acción ciudadana que puede aportar su influencia con acciones tan sencillas como no comprando envases de usar/tirar, evitar los productos que contenidos en envases de un sólo uso (plásticos, latas de aluminio) o materiales mixtos (tetrabricks), así como ir a la compra con un cesto o un carro y rechazar las bolsas de plástico, que representan un 5% del peso de los residuos, razionalizar el uso de productos de limpieza específicos o adquirir aparatos y juguetes que no necesiten pilas.



Nacho Padró

10 de julio de 2015

Reciclar Bien el Aceite

El barómetro del CIS constata que las mayores preocupaciones de los españoles están muy próximas a los titulares con los que desayunan cada mañana. La corrupción, el paro, la sanidad, las pensiones o los asuntos relacionados con la juventud son los más mencionados por los encuestados, quedando las cuestiones medioambientales al final. Quizá por ello, dos de cada tres litros de aceite de freír siguen terminando en el fregadero. Aunque muchos lo ignoren, es un atentado ecológico.
España es el mayor productor mundial de aceite de oliva, y de esa producción, 443 millones de litros se consumen en los hogares. Cuando pierde sus propiedades, el aceite se transforma en un residuo incómodo del que hay que deshacerse como de un vecino cargante; y, como con este, la vía más rápida es la puerta de atrás, o lo que es lo mismo: el desagüe del fregadero, el inodoro o la basura, por donde se desvanece. Sin embargo, no ver no significa que no pase nada, y todo ese aceite doméstico inservible despachado por los fregaderos daña los conductos de la red de alcantarillado y el funcionamiento de las estaciones depuradoras, o va a parar a los ríos y acuíferos, en los que forma una película sobre el agua, dificulta el paso del oxígeno y ocasiona graves problemas ambientales. Se estima que un litro de aceite usado puede llegar a contaminar hasta 10.000 litros de agua. Paradójicamente, este residuo, bien tratado, puede ser reutilizado en la producción de lubricantes, jabones, cremas, velas, ceras, barnices, pinturas y, sobre todo, para la elaboración de combustibles ecológicos, lo que convierte la acción del reciclado en un gesto doblemente limpio, porque estos carburantes biológicos aminoran hasta en un 50% las emisiones contaminantes en relación con el combustible normal.
Quizá el punto de inflexión en el reciclado de aceite usado, además de en la conciencia de los ciudadanos, se juegue en la facilidad de acceder a un punto limpio donde dejarlo. Por eso, además de planes de comunicación y concienciación, sería conveniente ampliar la red de recogida. Será algo que agradezcan nuestro sistema de desagües, tuberías y depuradoras, pero sobre todo un medio ambiente con el que debemos convivir en armonía. Cada agresión a la naturaleza es un acto de violencia contra nosotros mismos. Las consecuencias de verter por el sumidero nuestra responsabilidad para con el medio natural a la larga sale caro. Por eso tiene tanta importancia la cultura medioambiental. Si cree que la educación es cara, sentenció la escritora sueca Derek Curtis, pruebe con la ignorancia.
Diario EL País

9 de julio de 2015

Como afecta la Crisis del Agua sobre los alimentos


Los impactos sobre las fuentes de pro- ducción de alimentos en el mundo, provocados por la crisis de insostenibilidad de ríos, lagos y humedales, son tan demoledores como desconocidos.

2.1. La pesca: proteína de los pobres
Aunque el pescado no suele ser la prin- cipal fuente de proteínas en la dieta de
los países más desarrollados (el 10% en Europa y EEUU), su importancia en países empobrecidos o en desarrollo es mayor. En África representa más del 20% de las proteínas animales y en Asia el 30%5. No en balde suele decirse que la pesca es la proteína de los pobres. A lo largo del siglo XX, la construc- ción de grandes presas ha arruinado la pesca fluvial, provocando la extinción de muchas especies. Entre los casos mejor documentados cabe citar los del río Urrá, en Colombia, Singkarak en Sumatra, Lingjintan en China, Theun Hiboun en Laos o Pak Mun en Tailandia. En estos casos, y en otros muchos, los problemas alimentarios generados han afectado y afectan a cientos de miles de familias pobres en comunidades ribereñas.

– En la enorme cuenca del Mekong, el lago Tonle Sap o Gran Lago de Camboya, no sólo es una pieza cla- ve de regulación de caudales, sino un verdadero pulmón de vida. Con una superficie que oscila entre 3.000 km2, en los meses secos, y 13.000 km2, cuando recibe los masivos cau- dales monzónicos, el lago genera una de las pesquerías más fértiles del mundo, con unas 100.000 toneladas de pescado anuales. De hecho, ésta ha sido tradicionalmente la principal fuente de proteínas para 9,5 millones de camboyanos. En el lago existen en torno a 400 especies de peces. La periódica inundación de esos más de 10.000 km2 de campos y bosques ali- menta un ciclo ecológico de trascendental importancia. Por un lado, fertiliza los campos que inunda, en un ciclo natural que permite cultivar cerca del 50% del arroz producido en Camboya; pero, por otro lado, los peces desovan y se alimentan en las áreas de bosque inundado, aprove- chando la gran riqueza de nutrientes que allí se genera.

– Ciclos similares se producen a lo largo de miles de kilómetros, en las zonas de inundación ribereñas del Mekong y sus afluentes, hasta llegar al delta, uno de los más productivos del mundo. Se estima que 52 millones de personas dependen del río en su alimentación básica.

– En la actualidad, el acelerado crecimiento industrial de Tailandia está motivando la construcción de gran- des presas y trasvases desde el Mekong, que amenazan con desencade- nar graves quiebras ecológicas en la cuenca y sobre todo en el Delta
.

– En el Amazonas, donde viven más de 3.000 especies de peces, se obtienen 200.000 toneladas anuales de pescado, en su mayoría destinadas al autoconsumo y a los mercados locales. Sin embargo, la irrupción de la pesca industrial, la deforestación, los vertidos mineros, la construcción de presas y la desecación de hume- dales están quebrando esta fuente de alimentos proteicos, provocando que especies tan emblemáticas co- mo el tambaquí estén, de hecho, en vías de extinción. A lo largo de la última década se han producido quiebras ecológicas en gran- des sistemas lagunares que han deriva- do en verdaderas catástrofes humanitarias, en la medida que se ha arruinado la pesca.

– En el Lago Chad, el debilitamien- to del monzón y la irrupción de largas sequías, como consecuencia del cambio climático en curso, han provocado la reducción en un 80% de la lámina de agua, transformando el cuarto mayor lago de África en un humedal que puede prácticamente atravesarse a pie.

– En el caso del Mar de Aral, la de- rivación del 90% de los caudales delos ríos Amu Daria y Syr Daria para regar algodón ha reducido la lámina de agua a menos de la mitad (pasan- do de 64.500 km2 a 30.000 km2), al tiempo que la salinidad se ha triplicado. A consecuencia de ello, han desaparecido las pesquerías que producían 44.000 toneladas anuales de pescado y generaban 60.000 puestos de trabajo.

– En el lago Victoria, la introducción de especies exóticas (como la perca del Nilo) y el desarrollo de la pesca industrial para la exportación han acabado en catástrofe humanitaria, al provocar la ruina de la pesca tradicional como fuente alimentaria de las comunidades ribereñas.

– En Bangladesh, en tan sólo dos dé- cadas, la pesca industrial y su co- mercialización internacional, han multiplicado el volumen de captu- ras, produciendo problemas de sobreexplotación. Paradójicamente, la ración per cápita de pescado en la zona se ha reducido a la tercera parte.

El desarrollo de grandes infraestructuras hidráulicas no sólo ha afectado a la pesca en ríos y lagos, sino también en los mares.

– En el caso del Nilo, la gran Presa de Asuán, más allá de afectar grave- mente a la pesca fluvial –de las 47 especies que se pescaban desapare- cieron 30–, hizo desaparecer el 90% de las capturas de sardina y boque- rón en todo el Mediterráneo Oriental, arruinando a miles de familias pescadoras. Hoy se sabe que estas especies, como otras, desovanen la desembocadura de los grandes ríos, donde aprovechan la riqueza en nutrientes continentales que aportan las crecidas periódicas. Este fenómeno de fertilización de las plata- formas costeras es más relevante en mares cerrados o cuasi-cerrados, como el Mediterráneo, pobres en plancton.

– Un impacto similar se produjo en el Mar de Cortés (California Mexicana), como consecuencia del trasvase del Río Colorado para abas- tecer los regadíos de Imperial Valley y alimentar el desarrollo urbanístico de Los Ángeles-San Diego en Estados Unidos.

2.2. Afectaciones agro-ganaderas
Por último, cabe añadir que la profunda alteración de los caudales fluviales, en cantidad y calidad, en muchos de los grandes ríos del mundo, está haciendo entrar en crisis formas tradicionales de producción agraria ligadas a los ciclos fluviales de crecida.

– En Nigeria, la construcción de la Presa de Bakalori supuso la pérdida del 53% de los cultivos tradicionales, ligados a los ciclos de inunda- ción en las llanuras aluviales; al tiempo que arruinó los pastos que servían de base a la ganadería y afec- tó seriamente a los acuíferos, como reservas vitales en sequía.

– Casos similares se han dado, tal y como refleja el informe final de la World Commission on Dams, en el Río Senegal, con cerca de 800.000 damnificados en sus cultivos tradicionales; en el Embalse de Sobradinho (Brasil), con cerca de 11.000 familias campesinas grave- mente afectadas; en las Presas de Tarbela y Kotri, en Pakistán.

En todos estos casos, como en tan- tos otros, la pretendida transición a for- mas de producción más eficientes (transformación en regadíos modernos, en lugar de aprovechar los ciclos perió- dicos de inundación fluvial) ha desem- bocado, paradójicamente, en graves problemas alimentarios, al no ponerse los medios y el tiempo necesarios para que tales procesos de transición maduren y sean asumidos, en su caso, por las propias comunidades.

2.3. Del productivismo a la eficiencia eco-social
A pesar de su gravedad, estos impactos no suelen reflejarse en las estadísticas económicas oficiales, en la medida en que buena parte de esos alimentos se di- rige a mercados locales y al autoconsu- mo, sin entrar en los grandes circuitos comerciales.
Se suele argumentar, por otro lado, que estos modelos de producción, vinculados a los ciclos fluviales y a técnicas artesanales de pesca, son ineficien- tes. No obstante, si se contabilizan los valores ambientales y sociales en juego y se asumen objetivos de sostenibilidad, distribución equitativa y acceso efectivo a los alimentos por parte de los más pobres y vulnerables, esa pretendida ineficiencia se torna en altos niveles de eficiencia eco-social.
Sin duda, es necesario cambiar el enfoque tradicional de los organismos in- ternacionales relacionados con la ali- mentación en lo que se refiere a la gestión de aguas. La mitificación pro- ductivista del regadío ha llevado, por un lado, a ignorar los impactos de las políticas hidráulicas sobre las pesquerías, al tiempo que, por otro lado, se ha tendido a centrar la solución del hambre en el crecimiento del regadío. Todavía se en- fatizan los diagnósticos que centran la pretendida solución en incrementar la producción de alimentos, olvidando que, a menudo, el problema es de acce- so de los más pobres a los alimentos que de hecho existen... Afortunadamente, cada vez se abre más espacio a otros en- foques. Como los que desde hace años viene haciendo Vía Campesina, enfati- zando la denuncia de la pobreza y la necesidad de proteger las formas de vida tradicionales que vertebran el medio rural, particularmente en los países em- pobrecidos y en desarrollo, frente a la agresividad del neoliberalismo impe- rante en el modelo de globalización vigente. O como aquellos que identifi- can la quiebra de los ciclos naturales que regeneran la fertilidad de la tierra, de los mares y de los ecosistemas acuáti- cos continentales, como clave del problema. 

LA Crisis del Agua
Pedro Arrojo Agudo
Cuadernos de Cristianismo y Justicia

6 de julio de 2015

Agua y Contaminación


El Romanticismo, suavizó el paradigma de dominaciónpara poner de relieve la hermosura de esa naturaleza que nos apasiona y enamora”, evolucionando hacia una nueva mitificación, de nuevo en clave de género femenino, pero esta vez desde el perfil de la “amante”, co-mo objeto de deseo del hombre. Llegados a este punto, el carácter «irra- cional, inestable, voluble e impredeci- ble de esa naturaleza....» –rasgos atribuidos al género femenino– acaban motivando la necesaria acción racional
de la ciencia y de la técnica, esta vez sí, bajo claros perfiles de género masculino, con el fin de dominarla y ponerla al servicio del hombre.

1.1. La quiebra del medio natural
Bajo esta lógica, y desde una confianza ciega en el desarrollo científico-técnico, se han conseguido importantes conquis- tas, que nadie cuestiona. Sin embargo, también se han provocado quiebras en el orden natural que han derivado en costosas facturas, especialmente para los más pobres y para las generaciones futuras.

El hecho de que más de 1.200 millones de personas no tengan acceso ga- rantizado al agua potable conlleva más de 10.000 muertes diarias, en su mayo- ría niños. La falta de saneamiento y el vertido directo de retornos urbanos e in- dustriales al medio natural están detrás de esta tragedia. En muchos casos, la contaminación por metales pesados y otros tóxicos (por ejemplo, los produci- dos por la minería a cielo abierto) desencadenan procesos progresivos de intoxicación, enfermedad e incluso muerte que no se registran en las esti- maciones estadísticas antes citadas so- bre los impactos sobre la salud y los fallecimientos por ingesta de aguas contaminadas.
La crisis global del agua en el mun- do no radica tanto en problemas propia- mente de escasez, sino de calidad de las aguas disponibles. De hecho, todas las comunidades se han asentado en las proximidades de un río, de una fuente natural o de un lago, o bien en lugares donde las aguas subterráneas son accesibles a través de pozos. El problema es que, desde nuestra insaciable e irres- ponsable ambición desarrollista, hemos degradado esos ecosistemas y acuíferos, produciendo graves problemas de salud en la población.
Desgraciadamente, la falta de demo- cracia y la irresponsabilidad de muchos gobiernos, junto con la lógica de desre- gulación, impuesta por la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), bajo el argumento de promover la libre competencia”, vienen posibilitando e incluso favore- ciendo procesos de contaminación y sobreexplotación de ríos y acuíferos, sin control alguno, en los países empobrecidos o en desarrollo. Se viene induciendo así lo que se conoce como “dum- ping2 ambiental” (más allá del “dumping social”), como una práctica habitual, amparada en nombre del libre mercado”, aunque implique para- dójicamente una práctica de competen- cia desleal, además de injusta e inmoral.
Las causas de esta quiebra ecológica son múltiples:

  • – Detracción masiva de caudales.
  • – Drástica alteración de los regíme- nes naturales y ruptura de la conti- nuidad de los hábitats fluviales por grandes presas.
  • – Colapso de sedimentos en esas presas y alteración de los flujos só- lidos que alimentan deltas y playas en los litorales.
  • – Drenaje y desecación de humeda- les, con la quiebra de sus funciones depuradoras y de regulación de cau- dales.
  • – Deforestación masiva, con los co- rrespondientes procesos erosivos y sus impactos sobre el ciclo hidroló- gico, mayor escorrentía, menor in- filtración a los acuíferos y colmata- ción.
  • – Obras de encauzamiento, drenaje y ocupación de amplios espacios de inundación en los dominios fluvia- les, con sus consecuencias sobre la biodiversidad, los flujos de nutrien- tes y el incremento de riesgos deri- vados de las crecidas

1.2. La contaminación, problema clave
Aunque, sin duda, una de las claves esenciales de esta quiebra ecológica es- tá en la sistemática y masiva contami- nación de los ríos, lagos y acuíferos. Se trata de una contaminación orgánica y biológica, procedente, fundamental- mente, de vertidos urbanos y agrogana- deros; y de carácter tóxico, procedente de actividades industriales, agrarias y mineras.
El vertido directo al medio natural de aguas residuales domésticas, así co- mo la filtración a los acuíferos de efluentes procedentes de fosas sépticas y pozos negros, son frecuentemente la causa de graves problemas de insalubri- dad en las aguas. La diarrea provocada por beber agua contaminada por este tipo de vertidos es hoy la segunda causa de mortalidad infantil. Se estima en unos 5.000 los niños y niñas menores de cinco años que mueren diariamente por esta razón, en su mayoría en países y co- munidades pobres: cinco veces más que los que mueren por el SIDA.
Por otro lado, la contaminación di- fusa de la agricultura es cada vez más grave. El uso masivo de abonos quími- cos y pesticidas está llevando a que, en muchos lugares, la agricultura pase a ser la primera fuente de contaminación. Una contaminación muy difícil de controlar, dado su carácter difuso que, jun- to a los vertidos urbanos, producen pro- cesos de eutrofización que acaban colapsando, por exceso de nutrientes, la vida en el medio hídrico.
La creciente desregulación y libera- lización de los mercados agrarios está quebrando la viabilidad económica de formas de producción tradicional que, desde el punto de vista ambiental y social, merecerían ser consideradas como buenas prácticas a proteger. Con ello, se está provocando la destrucción del tejido rural y acelerando la migración masiva hacia los cinturones de miseria de las grandes ciudades.
En el ámbito industrial y minero, la ausencia de medidas reguladoras inter- nacionales, junto a la falta de leyes, o la laxitud en su cumplimiento, cuando existen, e incluso los problemas de corrupción, llevan a que en la mayoría de los países empobrecidos y en desa- rrollo se permitan vertidos y técnicas productivas obsoletas, contaminantes y peligrosas para la salud pública. Técnicas que, sin embargo, son “rentables” para las empresas que, en muchos casos, intentan dar una imagen de res- ponsabilidad social corporativa y de respeto al medio ambiente, ante la opinión pública en los países desarrollados de los que proceden.
Es particularmente grave la prolife- ración de actividades mineras a cielo abierto, que contaminan cabeceras flu- viales con lixiviados y vertidos porta- dores de metales pesados, cianuros y otros tóxicos.

  • En la región de Cajamarca (Perú), por ejemplo, la protesta de las comu- nidades indígenas, que sufren graves enfermedades derivadas de la mine- ría de oro a cielo abierto, se mantie- ne firme, aún después de producirse el asesinato de varios de sus líderes.
  • En el río Pilcomayo (Bolivia), la pesca ha desaparecido y la horticul- tura languidece bajo la sospecha fundada de contaminación de las aguas de riego por las explotaciones mineras de Potosí
  • La agresividad expansionista de este tipo de empresas ha llevado a casos como el del glaciar Pascua Lama (Chile), donde una de las grandes multinacionales del sector, la canadiense Barrick, tramita con éxito las pertinentes concesiones an- te los gobiernos chileno y argentino para explotar un yacimiento de oro, bajo un glaciar. En este caso, ni la alarma social generada por el cam- bio climático ni la trascendencia de esos glaciares como reguladores de los ríos que nacen de ellos parecen ser argumentos suficientes para de- tener este tipo de proyectos.
  • En México, la minera San Javier (filial de la canadiense New Gold), ha ignorado sentencias judiciales fir- mes, con la connivencia de las auto-ridades, para seguir arrasando el municipio de San Pedro, junto a San Luis Potosí.
  • En las provincias argentinas de San Juan y Mendoza, la movilización ciudadana está forzando la aprobación de leyes contra la mine- ría a cielo abierto, a fin de proteger, no sólo la salud pública, sino también la economía de la región, basa- da en el prestigio internacional de sus vinos
En resumen, ríos, lagos y humedales están sufriendo la crisis de biodiversidad más profunda de la biosfera. Tal y como subraya la Declaración Europea por una Nueva Cultura del Agua, firmada por cien científicos de los diversos países de la Unión Europea a principios de 2005, ambas realidades son caras de una misma crisis: la crisis de insostenibilidad de los ecosistemas acuáticos y del ciclo hídrico continental

"Crisis Global del Agua"
Pedro Arrojo Agudo
Cuadernos de Cristianismo y Justicia nº 168

5 de julio de 2015

Las praderas de posidonia acreditan el buen estado de las aguas catalanas


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Prados de posidonia oceánica / Matteo Ciani
Un estudio publicado en la revista Ecological Indicators ha evidenciado el buen estado de las aguas litorales catalanes a partir de la evolución positiva de las praderas de posidonia (Posidonia oceánica), unas plantas que actúan como centinelas al ser muy sensibles ante la alteración de la calidad del agua. Esta mejora se ha producido de forma generalizada en toda la costa, pero ha sido especialmente importante en las zonas más degradadas.
Los autores destacan la importancia de tener un 'termómetro' para mediar la calidad de las aguas litorales 
Durante el periodo 2003-2010, los científicos han constatado un avance en varios parámetros fisiológicos y bioquímicos de las plantas que indican, no sólo una clara disminución de la llegada de nutrientes y materia orgánica en el mar, sino también un aumento de la transparencia del agua.
Los indicadores biológicos, como las praderas de posidonia, entre otros, son muy útiles para la vigilancia ambiental, porque permiten obtener una respuesta integrada a las alteraciones que sufre el ecosistema marino.
Hasta ahora, los bioindicadores habían servido, sobre todo, para identificar situaciones de degradación. La detección de mejoras requiere indicadores muy sensibles y el estudio realizado es pionero en este aspecto.
Mejor tratamiento del agua
Desde 1990 hasta 2010, se han construido más de trescientas plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas en Cataluña y se han mejorado muchas de las que ya existían. Unas actuaciones han permitido reducir la llegada de materia orgánica y de nutrientes en las aguas marinas.
Los autores consideran que, teniendo en cuenta las inversiones que se destinan cada año a la mejora de las aguas litorales, resulta básico disponer de un 'termómetro' que permita evaluar su eficacia y que se convierta en una guía esencial para las políticas ambientales.
Referencia bibliográfica
Roca, G. et al. “Detecting water quality improvement along the Catalán coast (Spain) using stress-specific biochemical seagrass indicators.” Ecological Indicators, 2015. http://digital.csic.es/handle/10261/112832

Tejados urbanos verdes

Roof
Foto de Dylan Passmore. Tomada en Toronto, Ontario (Canadá). En: Flickr Commons
El Waldorf Astoria de Manhattan, el Camper de Barcelona o el Hotel Wellington de Madrid. Tres hoteles en centros urbanos que poseen otra característica en común: tienen un huerto. El madrileño, el más reciente, cuenta con una azotea donde 300 metros cuadrados distribuidos en 14 parcelas de cultivo ecológico. Recibe la ayuda del cercano Parque del Retiro, que reduce la contaminación ambiental urbana. Y florecen allí el cardo rojo, las fresas, tomates negros, lechugas de hoja de roble o los apreciados guisantes-lágrima, una cosecha que después se cocina unos pisos más abajo en el restaurante del hotel, el Raíces Wellington.
Y es que, los tejados verdes pueden actuar además como aislante, de forma que durante el invierno reducen el gasto energético necesario para calentar el edificio, y en verano el coste de enfriarloAyudan también a retener el agua de la lluvia y a proporcionar a las aves, y otros tipos de seres vivos, un pequeño oasis donde descansar y vivir en un entorno urbanizado. Oxigenan además un aire que en las ciudades presenta altos índices de contaminación. Por eso, recientemente en Francia, una nueva ley obliga a que los tejados de las nuevas construcciones estén parcialmente cubiertos por plantas o paneles solares. Un paso importante hacia una edificación urbana más sustentable y basada en la eficiencia energética. El Parlamento francés se acerca con esta medida a países como Dinamarca, que vista a vuelo de pájaro, es cada vez más verde. De hecho, Copenhague, la ciudad danesa más poblada, y elegida capital verde europea en 2014, implanta una política medioambiental innovadora que afecta a su vida urbana, y ha sido consensuada por los diferentes partidos políticos. El objetivo: convertirse en 2025 en la primera capital del mundo neutral en cuanto a emisiones de carbono. Desde 1990 ya han reducido las emisiones un 40%, y desde 1980 el PIB de Dinamarca ha subido un 80%. Y sus tejados poco a poco florecen.
Desde el año 2000 la cantidad de tejados verdes, o green roofs, cada vez es mayor en las grandes ciudades del mundo. En ocasiones se trata de azoteas ocupadas por pequeñas huertas vecinales y en otros casos se diseñan auténticos jardines ornamentales. Y los cultivos, generalmente de huerta e hidropónicos, es decir que usan disoluciones minerales en vez de suelo agrícola para que las raíces reciban una solución nutritiva equilibrada y disuelta en agua con todos los elementos químicos esenciales para el desarrollo de la planta. Algunos de los ejemplos más llamativos de estas cubiertas verdes urbanas podrían ser: el Dreamhouse en Róterdam (Holanda), el museo Historial de la Vendée en Les Lucs-sur-Boulogne (Francia), los techos del City Hall de Chicago, o el edificio The Solaire en Nueva York. En España, algunos de los pioneros se consideran la Villa Bio en Llers (Girona), la OS House en Santander. Sin olvidar la propuesta innovadora del artista Marc Grañén: techos verdes en autobuses urbanos en Barcelona y Girona. ¿Caminamos hacia ciudades ecológicamente más sostenibles?

Roof1
Foto de SPUR, Sergio Ruiz. En: Flickr Commons

Mar Toharia

Reciclar para Crecer.

Kalundborg (Dinamarca) es desde hace 40 años un pequeño puerto y una referencia en ecología industrial. Aquí la llaman ‘simbiosis industrial’. Dicho de otro modo: los desechos de unasempresas se convierten en los recursos de otras. Para guiarnos está Mette Skovbjerg, la referencia en simbiosis industrial en el país, ¿cuáles son las ventajas de este sistema?
Mette Skovbjerg
“Entre los siete participantes que tenemos en Kalundborg reducimos las emisiones anuales de CO2 en torno a las 275.000 toneladas y ahorramos 80 millones de euros anualmente.
La idea es extender el sistema a otras empresas. Vamos a visitar una de ellas. La de Ken Gaarde, especializada en la limpieza de cisternas, consume una cantidad muy importante de agua. Tras 6 meses Ken trabaja con Mette para encontrar una manera de reutilizar el agua consumida, lo que le permitiría reducir los costes de producción. “Integrándome en la simbiosis podríamos reducir a la mitad la factura de electricidad en el proceso de filtrado de agua. Además queremos ser una empresa verde. Es muy importante para nuestros clientes”, explica Ken.
Él espera encontrar solución para los otros desechos plásticos y metálicos. Está convencido: integrar la simbiosis pemitiría desarrollarse a su pyme: “Con el ahorro que tendríamos podríamos invertir en una segunda línea de limpieza, lo que permitiría crear nuevos empleos para la región de Kalundborg”, asegura.
Acabamos de ver el potencial de la empresa de Ken… ¿cuál es la siguiente etapa para él ahora mismo. Mette los explica: “El siguiente paso es ayudar a Ken a encontrar a sus socios de simbiosis. Primero, para el metal, es muy sencillo, nos costará unas semanas. Segundo, lo más importante para Ken es saber qué hacer con el agua residual. Esto costará probablemente un año”. 
Además del aspecto medioambiental, la simbiosis permite a las empresas aumentar su competitividad, dando valor a sus productos derivados, pero también evitando la importación de recursos naturales. El Centro para la Simbiosis de Dinamarca trata de replicar este sistema. El objetivo es conectar a unas 60 empresas de unas treinta redes de simbiosis en el país.
¿Cuáles son las claves del éxito para una empresa que se quiere unir a este programa?: “Primero debes identificar que desecho quieres reciclar como recurso, tienes que tener valor para asociarte y tienes que mantener la mente abierta a nuevos modelos de negocio”, concluye Mette

Los Germoplasmas

Semillas
No solo animales como el lince o el urogallo están en peligro de extinción. 

Más del 20% de las 380.000 especies botánicas conocidas en el mundo están amenazadas por diversos motivos: por causas climáticas, por la presión humana y la de vegetales invasores o por una combinación de todas ellas.

Para preservar la biodiversidad verde y tratar de salvarlas se han creado los bancos de semillas, cuyo objetivo es guardar para la posteridad el mayor número posible de plantas. Hoy existen unos 1.500 en el mundo, entre los que destacan el Svalbard Global Seed Vault, en una isla del norte de Noruega, y el Millennium Seed Bank, en Wakehurst, al sur de Londres en Inglaterra.

Las simientes de los ejemplares se conservan en unas condiciones de humedad estable, baja temperatura constante –en torno a -20 ºC–, sin apenas luz o en la oscuridad y en frascos con etiquetas que detallan la variedad, el lugar donde fueron recolectadas y sus características.

Algunos de estos bancos tienen registrados más de 1.000 millones de semillas, entre ellas, variedades de trigo silvestre cuyo cultivo ya no es rentable, pero que, si se demuestran resistentes a los parásitos, se podrían resucitar para su plantación en el futuro.