30 de junio de 2020

¿Tendremos empresas más resilentes y sostenibles después de la pandemia?

En biología se entiende por resiliencia como  capacidad de cualquier organismo vivo de adaptarse a una situación contraria y de extrema dificultad. En términos empresariales, se dice que una organización es resiliente cuando cuenta con la capacidad (expresada en la suma de conocimientos, habilidades y actitudes) para sobrevivir a situaciones cambiantes, impredecibles o desfavorables.
Es necesario contar con recursos abundantes y redundantes para situaciones de emergencia
Si esta capacidad se percibe como buena para las empresas, promover la resiliencia empresarial pasa por trazar un plan de continuidad de negocio adecuado a las excepcionales circunstancias presentes y venideras. Y si este plan es sostenible, perfecto.
Así, el objetivo principal de ese plan de continuidad de negocio es facilitar la toma de decisiones en un contexto de riesgo elevado, como es el motivado por la pandemia Covid-19 o por la crisis climática que haciendo cada día más patente.
Porque es importante tener presente que, cuando esta situación pase, problemas como el cambio climático, la contaminación atmosférica en las grandes ciudades o la pérdida de biodiversidad seguirán siendo desafíos de enorme magnitud, tanto para el ciudadano como para los distintos tipos de organizaciones.
La gestión de estas organizaciones, públicas o privadas, en este tipo de escenarios complejos deberá centrarse en lograr una resiliencia organizativa basada en la sostenibilidad (económica, social y ambiental)que asegure que se pueden alcanzar tanto su misión como sus objetivos.
Y cuando hablamos de empresa, debemos asegurar la sostenibilidad de su negocio frente a la incertidumbre
De ahí que aparezcan 6 principios que pueden guiar a las empresas para conseguir esa resilencia y sostenibilidad en este nuevo horizonte y los que le sigan.
Vamos a repasarlos:

1. Disponibilidad de recursos

El confinamiento y las medidas para frenar la propagación del virus durante la primera oleada de contagios subrayaron la necesidad de contar con recursos abundantes y redundantes para situaciones de emergencia.
Por ejemplo, muchos sistemas sanitarios descubrieron demasiado tarde que sencillamente no estaban preparados para una situación de emergencia de tal envergadura, sobre todo en términos de material fungible y equipamiento.
Cina emplea inteligencia artificial y big data en la lucha contra el Covid-19
Una primera lección que sacar de la gestión de la crisis COVID-19 es que hay que asegurar que cada empresa cuenta con recursos suficientes para la viabilidad de su negocio en situaciones límites, sobre todo en lo relativo a la cadena de suministro.

2. Diversidad

Una forma de garantizar la resiliencia de la empresa en un contexto de incertidumbre tan marcado es apostar por la diversidad de recursos e ideas en el diseño de estrategias y tácticas.
Conviene evitar las soluciones basadas en una sola vía frente a los posibles peligros o desafíos que salgan al paso.
Involucrar a todos los agentes relacionados (desde trabajadores hasta proveedores) en la búsqueda de soluciones frente a los retos que aparezcan, además del diálogo comprometido con otros grupos de interés (por ejemplo, accionistas), puede ser una buena forma de asegurar que esa diversidad es efectiva.
Esto posibilita que se reciban ideas nuevas de otros canales, y se puedan contrastar y examinar las propias con otras fuentes.

3. Acción en módulos

Los sistemas fuertemente integrados pueden ser especialmente vulnerables a situaciones de emergencia.
Por eso, una gestión empresarial resiliente debe (además de lograr una diversificación en los sistemas)apostar por la acción modular, que limite los efectos de contagio en la cadena de suministros y la interrupción de aquellas actividades indispensables para que las operaciones fundamentales continúen operando.
Una acción diversificada en compartimentos estancos y autónomos servirá como posible medida de contención ante nuevas situaciones de emergencia, aunque puedan ser poco eficientes en situaciones de normalidad.

4. Evolución y aprendizaje constantes

En un contexto posterior a la crisis COVID-19, la gestión empresarial deberá evolucionar y responder de un modo dinámico a los nuevos desafíos, integrando los conocimientos y oportunidades que se abran camino después de la situación de emergencia.
Esto puede significar, por ejemplo, optar por una gestión descentralizada, que dote a los departamentos de una mayor autonomía e iniciativa.
Más allá de los propios departamentos, fomentar esta capacidad de evolución y aprendizaje, también en la cadena de suministro, puede ayudar a fomentar su agilidad y adaptación ante posibles situaciones de emergencia.
Es fundamental, para generar este carácter dinámico, aprovechar al máximo cualquier nuevo conocimiento y oportunidad que surja durante el proceso de desescalado.

5. Previsión

A nivel de gestión, la prudencia recomienda considerar los peores escenarios posibles a la hora de definir la propia estrategia, y es de suponer que muchas empresas hayan realizado este ejercicio durante la presente situación de emergencia.
Aunque de la impresión de que la propagación del virus se ha frenado y que los países han conseguido controlar la primera ola de contagios, una gestión resiliente exige también imaginar escenarios en los que surjan nuevos focos de contagio.

6. Cooperación

En un contexto como el actual, las empresas deberían evitar la tentación de buscar soluciones en solitario.
Es muy posible que en el mundo pos-COVID-19la cooperación entre personas y empresas ocupe el hueco que hasta ahora ocupaba la competencia.
Afirmar que COVID-19 afecta a todos no solo se ha convertido en una idea común, sino en una experiencia real. Por eso, cabe esperar que el impacto no afectará solo a unos pocos. En un mundo poscoronavirus, las empresas deben enfocar su labor de forma holística y cooperar en su propio ecosistema.

Este escenario abre la puerta a un mayor compromiso con el ODS 17, que promueve las alianzas para lograr objetivos.
En situaciones de alarma se interrumpe el tránsito de mercancías y personas
Para terminar nos gustaría resaltar que muy probablemente esté naciendo una conciencia sostenible que será determinante para encarar los muchos desafíos que nos quedan por abordar, tanto en el plano empresarial como en el de individuos pertenecientes a la sociedad.
En nuestras manos está aprovechar lo que podemos aprender para prepararnos ante los próximos retos, que sin duda aparecerán en nuestras vidas.

Castilla y León expresa su “rechazo total” a una protección especial del lobo

El consejero de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha expresado este martes su “rechazo total” a que el lobo ibérico sea incluido en el listado de Especies con Protección Especial de España, ya que su población está “en expansión” hacia el sur del Duero y tiene una “buena conservación”.
Suárez-Quiñones ha respondido así, ante el Pleno de las Cortes, a una pregunta formulada por el procurador de Ciudadanos, Javier Panizo, quien ha compartido la visión de la Junta de Castilla y León sobre la gestión del lobo.
El consejero se ha alineado con el contenido de la estrategia nacional de gestión aprobada en 2004, orientada a la conservación de la especie, mientras que ha acusado al Ministerio de Transición Ecológica de aceptar “sin mayor estudio” la propuesta de la organización conservacionista ASCEL para proponer la inclusión del lobo como Especie con Protección Especial.
Para Suárez-Quiñones la población de lobo “no es vulnerable” y ha confiado en que la mayoría de las comunidades autónomas tomen una posición similar a la de Castilla y León, aunque ha reconocido que la última palabra la tendrá el Ministerio, al que se ha ofrecido para explicar “con pelos y señales” la postura de su departamento.
“No necesita ser incluida en el listado de especial protección y mucho menos eliminar el carácter cinegético al norte del Duero”, ha resumido sobre su defensa de la caza como elemento de control de la población para evitar daños sobre la ganadería o accidentes de trabajo.EFEverde

Las consecuencias de la incorrecta eliminación de millones de mascarillas

La ONU estima que cada año se arrojan al mar 13 millones de toneladas de plástico y que la mitad de este material producido a nivel mundial es para artículos de un solo uso. En el Mediterráneo, se vierten unas 570 000 toneladas de plástico cada año, el equivalente a 33 800 botellas de plástico por minuto.
Si la mitad de la población de España usa una nueva mascarilla quirúrgica todos los días, se utilizarían alrededor de 705 millones de mascarillas por mes. Si tan solo el 1 % de ellas no se eliminan adecuadamente durante un año, se generarían aproximadamente unas 84,6 millones de mascarillas contaminadas, muchas de las cuales terminarán en el mar.
Aunque los guantes no se recomiendan oficialmente para el uso cotidiano, a menudo los supermercados y otras tiendas hacen que los compradores los utilicen para entrar. Los guantes tampoco se reciclan en España. 
Mascarilla en una playa. Ocean Asia

Consecuencias de una mala gestión

Las ciudades españolas ya han notado el creciente problema de la basura derivada de la protección frente al coronavirus.
De hecho, varios municipios han establecido multas para los que no se deshagan de este material de forma adecuada. Van desde 100 € hasta 3 000 € en Toledo.
Según estimaciones de la Politécnica de Turín, durante el levantamiento de la fase de confinamiento, Italia necesitará 1 000 millones de mascarillas y 456 millones de guantes por mes.
En Kalamata, una ciudad griega al suroeste de Atenas, los guantes, las toallitas y los frascos de desinfectante desechados aparecen esparcidos en parques, aceras y carreteras.
Residuos similares están causando problemas en metrópolis más grandes como Nueva York y Londres. Incluso han llegado hasta las deshabitadas islas Soko, a pocos kilómetros de Hong Kong (China).
Mascarillas encontradas en las islas de Soko (Hong Kong). Ocean Asia
Según un informe de WWF, “si solo el 1 % de las mascarillas se desecharan de forma incorrecta y dispersa en la naturaleza, esto resultaría en que hasta 10 millones de máscarillas mensuales contaminarían el medioambiente”.
Además, el informe advierte que, teniendo en cuenta que el peso de cada mascarilla es de aproximadamente 4 gramos, más de 40 000 kilogramos de plástico acabarían en la naturaleza.

Cómo facilitar su gestión

Gran parte del equipo de protección personal (EPP) que usan los trabajadores de la salud, como guantes, mascarillas y batas, se emplea una sola vez antes de desecharse.
Las mascarillas importadas de China están hechas de múltiples capas de diferentes materiales o polímeros. Esta complejidad hace que sea difícil reciclarlas.
Las mascarillas higiénicas deben constar de 5 partes con una gran cantidad de plástico:
  • Dos capas de tejido que constituyen la parte exterior de la mascarilla. Es de tipo spunbond de 40 g/m², con un 100 % de polipropileno hidrófobo.
  • Dos capas de tejidos spunlace de 40 g/m² con 80 % poliéster y 20 % viscosa que constituyen la parte media de la mascarilla.
  • Una capa de tejido spunbond de 20 g/m², 100 % polipropileno hidrófobo, que constituye la parte interior de la mascarilla.
La OMS afirma que lavarse regularmente las manos ofrece mayor protección para frenar el contagio de la COVID-19 que el uso de guantes de goma cuando se está en áreas públicas. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU.indican que las mascarillas de tela lavables ofrecen la protección necesaria para el público.
Según Claudia Brunori, química de la Agencia para las Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Sostenible italiana, “los países deberían tratar de desarrollar productos hechos del mismo polímero, que podamos rastrear y recolectar en contenedores desechables sellados, donde puedan desinfectarse y reciclarse”.
Esto está sucediendo en Italia a pequeña escala a nivel local. Las ONG, las instituciones y los investigadores han creado EPP reutilizables, donde se retiene la estructura de la mascarilla y solo se desecha el filtro.
Mike Bilodeau, director regional de Plastic Oceans para Europa, sugiere que en lugar de importar estos equipos, deben fabricarse localmente y de forma que los elementos plásticos puedan reciclarse y reutilizarse.

Los límites de la legislación sobre plásticos

La UE introdujo el año pasado regulación para abordar la basura marina. La directiva sobre plásticos de un solo uso, que debe convertirse en ley a nivel nacional este año, incluye la prohibición de los plásticos de un solo uso, como bastoncillos de algodón, cubiertos y pajitas. Las mascarillas y guantes médicos no están incluidos.
La asociación europea de convertidores de plásticos ya ha pedido que la legislación de la UE se retrase un año debido a la COVID-19.
Sin embargo, Bruselas ha rechazado la petición. Aun así, hay evidencias del regreso a los vasos de plástico de un solo usodebido a la emergencia sanitaria por COVID-19. En Starbuckshan prohibido las tazas reutilizables.
La Comisión Europea está desarrollando estándares para plásticos biodegradables. Pero incluso si los PPE estuvieran hechos de tales materiales, no servirían para evitar la contaminación marina.
Richard Thompson, profesor de biología marina en la Universidad de Plymouth, afirma que “un estudio reciente sobre plástico biodegradable expuesto a diferentes ambientes mostró que algunos artículos desaparecieron rápidamente, mientras que aún se podían utilizar las bolsas para ir a la compra después de cuatro años en el mar. Para cuando llegan al océano, es demasiado tarde”. Thompson acuñó el término microplásticos en el 2004.
Zero Waste Europe advierte que los países no deberían tener que elegir entre la protección del medioambiente o de la salud pública, como asegura que está sucediendo. “En el futuro tenemos que asegurarnos de estar preparados para pandemias como esta y enfrentarnos a ellas de una manera sostenible. No tiene por qué ser una cosa a expensas de la otra”, concluye.
En España, las directrices para gestionar estos residuos están recogidas en la Orden SND/271/2020, de 19 de marzo, sobre gestión de residuos. 

Efectos en el medioambiente

Dado que el uso generalizado de EPP es un fenómeno reciente, no existen estudios sobre el impacto de sus desechos en el entorno marino y sus habitantes.
No obstante, se han descrito los riesgos que otros plásticos presentan para los animales de los océanos. Pueden, por ejemplo, enredarse con ellos o confundirlos con alimentos. En diciembre de 2019, se descubrió que un cachalote hallado muerto en la isla escocesa de Harris tenía una bola de basura de 100 kilogramos en el estómago.
Además, la degradación de los fragmentos de plástico en el mar libera paulatinamente contaminantes invisibles. Si permanecen intactos, se descompondrán en pequeños trozos o microplásticos. 
Un estudio del proyecto SAPEA de asesoramiento científico a la política europea señala que altas concentraciones de microplásticos causan daños en el medioambiente y a los seres vivos, como procesos inflamatorios y estrés.

Una versión de este artículo fue publicada originalmente en el blog Ciencia marina y otros asuntos, de la Fundación para el Conocimiento madri+d.

Las pandemias que estamos viviendo son consecuencia de la destrucción del entorno: OMS / ONU

Se está pidiendo una recuperación verde y saludable, reformando la agricultura destructiva y las dietas constituidas por animales salvajes.
El informe del WWF dice que el 60-70% de las nuevas enfermedades que han surgido en los seres humanos desde 1990 provienen de la fauna salvaje.
Pandemias como la de COVID-19, son el resultado de lo que hemos hecho nosotros mismos, son la consecuencia de la destrucción de la naturaleza por parte de la humanidad, pero según líderes de la ONU, la OMS y el WWF Internacional, el mundo ha estado ignorando esta cruda realidad durante décadas.
El comercio ilegal e insostenible de vida salvaje, así como la devastación de los bosques y otros lugares salvajes, son todavía las fuerzas motrices detrás del creciente número de enfermedades que saltan de la vida salvaje a los humanos, dijeron los líderes a Damian Carrington Editor de medio ambiente de The Guardian.
Piden una recuperación verde y saludable de la pandemia de COVID-19, en particular reformando la agricultura destructiva y las dietas constituidas por animales salvajes.
Por su parte, un informe del WWF, advierte:
El riesgo de que surja una nueva enfermedad (de la vida salvaje a la humana) en el futuro es mayor que nunca, con el potencial de causar estragos en la salud, las economías y la seguridad mundial.
El jefe del WWF en Reino Unido dijo que los acuerdos comerciales que no protejan a la naturaleza dejarían a los países como: «cómplices en el aumento del riesgo de la próxima pandemia».
Desde marzo, figuras de alto perfil han emitido una serie de advertencias y los principales expertos en biodiversidad del mundo han dicho que es probable que en el futuro se produzcan aún más brotes de enfermedades mortales a menos que se detenga rápidamente la destrucción desenfrenada del mundo natural.
A principios de junio, el jefe de medio ambiente de la ONU y uno de los principales economistas dijo que COVID-19 era una «señal de SOS para la humanidad» y que el pensamiento económico actual no reconocía que la riqueza humana depende de la salud de la naturaleza.
Hemos visto surgir muchas enfermedades a lo largo de los años, como el Zika, el SIDA, el SARS y el Ébola, y todas ellas se originaron en poblaciones de animales bajo condiciones de severas presiones ambientales.
Dijo Elizabeth Maruma Mrema, directora del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, Maria Neira, directora de la Organización Mundial de la Salud para el medio ambiente y la salud y Marco Lambertini, director del WWF Internacional.
En el caso del coronavirus, estos brotes son manifestaciones de nuestra peligrosa relación desequilibrada con la naturaleza, todos ellos ilustran que nuestro propio comportamiento destructivo hacia ella está poniendo en peligro nuestra propia salud, una cruda realidad que hemos estado ignorando globalmente durante décadas.
Mientras que Covid-19 nos ha dado otra razón para proteger y preservar la naturaleza, hemos visto que ocurre lo contrario. Desde el Gran Mekong, hasta el Amazonas y Madagascar, han surgido informes alarmantes sobre el aumento de la caza furtiva, la tala ilegal y los incendios forestales, mientras que muchos países están llevando a cabo precipitados retrocesos ambientales y recortes en la financiación para la conservación. Todo esto llega en el momento en que más lo necesitamos.
Debemos abrazar una recuperación justa, saludable y verde e iniciar una transformación más amplia hacia un modelo que valore la naturaleza como base de una sociedad saludable. El no hacerlo, y en su lugar intentar ahorrar dinero descuidando la protección del medio ambiente, los sistemas de salud y las redes de seguridad social, ha demostrado ser una falsa economía. La factura se pagará con creces.
El informe del WWF concluye que los principales impulsores de las enfermedades que pasan de los animales salvajes a los humanos son la destrucción de la naturaleza, la intensificación de la producción agrícola y ganadera, así como el comercio y el consumo de la fauna salvaje de alto riesgo.
El informe insta a todos los gobiernos a que introduzcan y apliquen leyes para impedir la destrucción de la naturaleza con las cadenas de suministro de mercancías y a que el público haga más sostenible su dieta.
La carne de res, el aceite de palma y la soja se encuentran entre los productos básicos frecuentemente vinculados a la deforestación, los científicos han dicho que evitar la carne y los productos lácteos es la principal forma de que las personas reduzcan su impacto ambiental en el planeta.
Tanya Steele, jefa de WWF Reino Unido, dijo que los acuerdos comerciales deben proteger la naturaleza:
No podemos ser cómplices de aumentar el riesgo de la próxima pandemia. Necesitamos una legislación fuerte y acuerdos comerciales que nos impidan importar alimentos que son el resultado de la deforestación desenfrenada o cuya producción ignora los pobres estándares de bienestar y medioambientales de los países productores.
Los gobiernos tienen una oportunidad de oro para hacer que se produzca un cambio de alto impacto a nivel mundial.
El informe del WWF dice que el 60-70% de las nuevas enfermedades que han surgido en los seres humanos desde 1990 provienen de la fauna salvaje. En el mismo período, 178 millones de hectáreas de bosque han sido taladas, equivalente a más de siete veces el área del Reino Unido.

Contaminación electromagnética: causas, consecuencias y soluciones

Qué es la contaminación electromagnética

Se llama contaminación electromagnética a la presencia excesiva de radiación de cualquier espectro electromagnético. La contaminación electromagnética se produce cuando cualquier organismo vivo pasa un largo período de tiempo en contacto, tanto de forma directa como indirecta, con cualquier fuente de radiación capaz de producir un campo electromagnético.
No existe un consenso acerca de la existencia de la contaminación electromagnética, pero sí que hay teorías que afirman que los campos electromagnéticos pueden afectar al bienestar y a la reproducción de los seres vivos. Según estas hipótesis, los campos electromagnéticos sí que consiguen producir estos efectos de desequilibrio en los seres vivos. No es tan disparatado si pensamos que tanto la electricidad como el magnetismo pueden afectar a los seres vivos y que, de hecho, en nuestro propio cuerpo hay. No obstante, es un tipo de contaminación que todavía está en estudio, pues se conoce des de hace relativamente poco tiempo.
Contaminación electromagnética: causas, consecuencias y soluciones - Qué es la contaminación electromagnética

Causas de la contaminación electromagnética

Hay varias fuentes que son capaces de generar este tipo de contaminación. La mayoría de estas fuentes proceden de la actividad humana y, sobre todo, cuanto mayor es el avance tecnológico de la sociedad, por lo que es una contaminación bastante moderna. Te recomendamos que también leas este otro artículo de EcologíaVerde sobre Cómo afecta la tecnología al medio ambiente para que te hagas una idea más completa de lo que estamos comentando.
Aunque no se conocen todas las fuentes, algunas de las causas del electrosmog o contaminación electromagnética son:
  • Las antenas de telefonía.
  • Las conexiones Wifi.
  • Las líneas de alta tensión.
  • Las subestaciones eléctricas.
  • Los centros de transformación.
  • Las conexiones WLAN.
  • Los radares.
  • Las conexiones de Bluetooth.

Posibles efectos y consecuencias de la contaminación electromagnética

Los efectos que produce este tipo de contaminación aun no se encuentran totalmente definidos. De todos modos, con los estudios ya realizados, por el momento se considera que las consecuencias del electrosmog son:
  • Puede provocar distintos problemas neurológicos: algunos ejemplos de estos problemas pueden ser la astenia, los temblores, la irritabilidad, la migraña y otros.
  • Puede producir algunas alteraciones cardiovasculares: se piensa que este tipo de contaminación puede provocar variaciones en la tensión arterial, frecuencia cardíaca o cambios en la circulación periférica
  • Puede provocar problemas reproductivos: ya que puede modificar los ciclos menstruales en la mujer, lo que puede producir problemas de infertilidad y problemas en la gestación. Además, es posible que disminuyan la libido sexual.
  • Puede estar entre los factores que predispongan al desarrollo de cáncer o tumores: sabemos que la radiación es uno de los factores que afectan al ADN de las células, por tanto, la exposición a elevadas radiaciones, puede afectar a la hora de predisponer al desarrollo de tumores.
  • Puede producir problemas hormonales: es posible que la radiación produzca cambios en la producción de hormonas sexuales. Además, los seres vivos son capaces de adaptar sus ciclos biológicos al momento del día, a través de la hormona melatonina y la radiación puede afectar a la producción de esta hormona, produciendo alteraciones asociadas.
  • Puede producir problemas dermatológicos: como dermatitis o alergias cutáneas.
  • Puede provocar problemas en el sistema inmune: estos problemas pueden predisponer al desarrollo de enfermedades infecciosas o tumorales.
  • Puede producir fuertes dolores de cabeza, cefaleas o migrañas.

Posibles soluciones a la contaminación electromagnética o electrosmog

Se conoce que hay varias posibles soluciones para reducir o disminuir este tipo de contaminación y sus efectos sobre los seres vivos. Algunas de estas soluciones para reducir el electrosmog son:
  • Intentar reducir la presencia de antenas de telecomunicación, transformadores urbanos o líneas y torres de alta tensión en las proximidades de nuestra zona de trabajo o vivienda.
  • Intentar reducir el uso del teléfono móvil al tiempo que sea necesario. Evitar que los niños pequeños usen teléfonos móviles.
  • Intentar no colocar aparatos como microondas, hornos, lavadoras o calderas cerca del dormitorio, puesto que estos aparatos emiten radiaciones, aunque no se encuentren funcionando.
  • Vigilar y comprobar las emisiones electromagnéticas de nuestros aparatos.
  • Reducir el uso de algunos materiales como granito, basalto, cerámica o gres, ya que son una fuente de gas radón, que emite radiación.
  • Reducir el uso del aire acondicionado, ya que también es fuente de radiación electromagnética.
  • Reducir el uso de materiales como moqueta, encimeras o algunos tejidos, ya que son una gran fuente de electricidad estática.
  • No colocar aparatos eléctricos en la mesilla como móviles cargándose o radiodespertadores, ya que emiten radiación electromagnética mientras dormimos. Tampoco usar camas articuladas eléctricas.
  • Intentar no usar ordenadores portátiles, laptops o tablets directamente apoyados sobre nuestras piernas.

Contaminación electromagnética: causas, consecuencias y soluciones - Posibles soluciones a la contaminación electromagnética o electrosmog