8 de octubre de 2010

La Basura del Everest

Una de las curiosas consecuencias del Cambio Climático es el retroceso de las zonas glaciares de todo el planeta. Uno de los sitios emblemáticos donde este proceso se da, es en el Everest.

Pese a que los estudios realizados por las autoridades nepalíes y que llegaron a determinar que la basura acumulada en los alrededores del campamento base del Everest y sobre todo en el collado sur a casi 8000 metros de altitud, superaban de largo las setecientas toneladas,  cuando han transcurrido más cinco décadas desde que Sir Edmund Hillary y el sherpa Tensing Norgay hollaran por primera vez la cumbre de la montaña (8.848 metros), el Everset sigue siendo hoy, el vertedero más alto del mundo.
Los centenares de  expediciones que han intentado desde 1953 la ascensión al techo del mundo, por las rutas de la vertiente nepalí, han dejado tras finalizar su aventura una media de 400 Kgs de desechos cada una de ellas, pese a que esta actitud está penalizada con una multa, que las expediciones pagan como paga y señal antes de iniciar su aventura.
La degradación que supone para el medio natural la acumulación de desperdicios, en una montaña tan significativa para el montañismo mundial, ha supuesto la puesta en marcha de un buen número de expediciones, que pese al trabajo realizado no han conseguido reducir de una forma importante la situación, sobre todo en lo que se refiere en los campos de altura. Una de las primeras expediciones que afrontaron una acción masiva de limpieza fue española y que lideró, honoríficamente, el propio Hillary.
Paralelamente, la Asociación de Montañismo de Nepal afrontará, entre 1993 y 1995, la limpieza del Everest tras unas campañas piloto realizadas en otros sectores del Himalaya.
La basura acumulada incluye materiales plásticos, latas, botellas, cilindros de oxígeno, ropa e incluso un helicóptero que se estrelló en 1973 durante el desarrollo de una expedición italiana.
También en algunos puntos del glaciar, visibles sólo en algunas ocasiones -cuando la nieve se derrite-, se encuentran no menos de dos decenas de cadáveres de quienes no pudieron alcanzar la cima.
En 1987 Hillary sugirió a las autoridades de Nepal la anulación de permisos durante cinco años, con el fin de que la propia naturaleza degradase buena parte de los desperdicios, aunque hasta la fecha su propuesta no ha sido tomada en consideración.
También Asociaciones como Eco Everest Expedition y Extreme Everest Expedition han llegado a bajar hasta 7 toneladas de basura acumuladas durante 60 años por los abandonos de los escaladores. Además los Sherpas empiezana  estar preocupados por los cadáveres de escaladores que hen ido apareciendo (desde 1996, unos 80) y que quedan enterrados en los glaciares.



Nacho Padró y  Manuel Cabanillas

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