10 de enero de 2024

AVES EN PELIGRO EN LA PALMA DE TU MANO

 HACE MÁS DE QUINIENTOS AÑOS el neerlandés Hieronimus van

Aken, mundialmente conocido como Hieronimus Bosch, pintó su

célebre tríptico El jardín de las delicias. La obra, pintada al óleo

sobre madera de roble de la región del Báltico, la más apreciada

por los pintores flamencos, mide 220 centímetros de alto por 389 de

ancho. Su significado está plagado de simbolismos y, según la

define la historiadora del arte Pepa Corbacho, está «cargada de

humor grotesco, de una irreverencia brutal y de una originalidad

aplastante que demuestra una delirante y prodigiosa imaginación».

Una de las muchas cosas que llama la atención es la inmensa

cantidad de aves que alberga: hasta 1.015 se dan cita en él; 793 en


el panel izquierdo, 209 en el central y 13 en el derecho. Esa profu-

sión ornitológica inspiró a Corbacho y al ilustrador Manuel García


a crear una guía para identificar a estos habitantes alados de uno

de los jardines más singulares y visitados del mundo, una pieza

universal que tantas reacciones sigue provocando en las personas

que acuden a contemplarla al Museo del Prado. La obra se halla en

el museo madrileño desde 1933, tras pasar mas de tres siglos en el


monasterio de El Escorial, en Madrid, formando parte de la colec-

ción de arte privada de Felipe II. «La totalidad de las aves perte necen


a 94 especies distintas, o 101 si tenemos en cuenta a los híbridos,

mezcla de aves y otras criaturas», dice Corbacho. La guía, en la que

aparecen ilustradas todas ellas, distingue las especies reales, que

son 24, de las imaginarias, a las que Corbacho y García se refieren

como esas «especies no reconocidas fuera de El jardín».

No es de extrañar que, en este contexto, la Sociedad Española de

Ornitología, SEO BirdLife, haya elegido el cuadro del Bosco para

transmitir un mensaje rotundo: conservar nuestra biodiversidad,

y en concreto las aves y sus hábitats, es una prioridad urgente y

absoluta. «Para ello optamos por poner en marcha una acción que

fundiera tres elementos clave, como son la naturaleza, el arte y la


tecnología –explica Olimpia García, coordinadora del Área de Comu-

nicación de SEO BirdLife–. En nuestro trabajo vemos que las aves


son centinelas de lo que está ocurriendo en el planeta, nos avisan


con mensajes claros. Su declive no solo nos alerta de que sus pobla-

ciones descienden. La pérdida de especies nos habla de las causas


que lo producen, íntimamente relacionadas con el estado de los

hábitats, los campos, los mares... del estado en el que se encuentra

la naturaleza». Con esta idea en mente, pensaron que su mejor aliado

era el Museo del Prado, con el que ya habían trabajado anteriormente.

«No en vano la naturaleza y las aves son la fuente de inspiración de

muchos de los autores de los cuadros de su colección», recalca.

Así fue como ambas entidades, en colaboración con la empresa

Meta y su tecnología SparkAR, idearon un proyecto que, mediante

un filtro de realidad aumentada, nos acerca literalmente a la palma

de la mano tres especies de aves presentes en la obra que actualmente

están en declive. Una es el martín pescador


(Alcedo atthis), en peligro porque su pobla-

ción ha sufrido en los últimos 20 años una


reducción de más del 50 % debido a la trans-

formación y pérdida de sus hábitats, los


ecosistemas fluviales. La segunda es otra ave

acuática, la espátula (Platalea leucorodia),

considerada en situación vulnerable por el

mismo motivo que la anterior y con el mismo

índice de regresión. Por su parte, el también

vulnerable vencejo común (Apus apus) ha

experimentado un descenso poblacional de


un 40 % y su recuperación pasa por la crea-

ción de unas ciudades más naturalizadas y


sostenibles.

«Con este filtro de realidad aumentada,

desde SEO BirdLife queremos llegar a más


personas a través del arte para atraer la curio-

sidad sobre lo maravillosas que son las aves,


por sus colores, sus formas, sus cantos y la

sensibilidad que despiertan en cualquiera


que se detenga a observarlas», declara Olim-

pia García. A ver si aumentando la realidad


se nos agranda también la concienciación.

No hay comentarios: