16 de septiembre de 2024

El descubrimiento que podría acabar con los plásticos en los océanos y el grave problema que suponen para el medio ambiente

 Todo llega al mar, también la basura. La contaminación de los océanos es un tema que ha pasado de la observación, al seguimiento, para terminar por alarmar a biólogos, naturalistas y políticos de más de una ideología. Y es que el impacto que tiene un océano sucio se ve reflejado en más aspectos de los que pensamos. Hay que coger aire primero. Afecta al turismo, la pesca, la alimentación, salud humana, salud animal, la salud vegetal,  el clima, degradación de los hábitats -coger aire otra vez- islas de plástico, acidificación de los mares, impacto económico que puede llegar a 695 millones de dólares, etcétera. 

Pero el descubrimiento de un hongo capaz de disolver los plásticos en forma de CO₂ ha supuesto un paso adelante en llegar a una solución de este problema. Sin embargo, verter toneladas de este microorganismo en el mar y dejar que solucione el problema por nosotros. La ciencia aún tiene que sortear un gran obstáculo para lograr este objetivo.

El hongo que prometía salvar el mundo

El descubrimiento del Parengyodontium album, nombre científico de este hongo “come-plástico”, no estuvo relacionado por la extraordinaria capacidad de eliminar los compuestos con polietileno. Se detectó al analizar la descomposición de algunas piezas de arte en museos, por lo que, en un principio, se identificó como potencialmente peligroso.

Se identificó como peligroso, por su papel en el deterioro de piezas de arte
Se identificó como peligroso, por su papel en el deterioro de piezas de arte Istock / Camilo Concha

Sin embargo, el descubrimiento de este organismo cerca de la isla subtropical Vortex, en el Pacífico Norte, con una gran cantidad de plásticos en sus costas.

Todo se confirmó en un laboratorio: el hongo era capaz de desintegrar muestras de poliestireno, un polímero que se encuentra en la mayoría de objetos de plástico utilizados en el día a día. Sin embargo, durante el estudio de este nuevo ser, se observaron dos factores que suponían un problema a su aplicación como “barracuda” de los océanos. En el proceso de desintegración, transforma el polímero en CO₂, un gas que no es precisamente beneficioso para la atmósfera.

Solo un 15% de los plásticos permanecen en la superficie de los oceanos
Solo un 15% de los plásticos permanecen en la superficie de los oceanos Istock / panaramka

Pero el verdadero gran impedimento es la necesidad del Sol, concretamente de los rayos uva, para “comerse” el plástico. Este tipo de radiación es absorbida en un 40% en el agua, pero solo llega a penetrar a un metro de la superficie. Mientras tanto, el 70% de los plásticos se encuentran en el lecho marino.

La búsqueda continua

El hecho de que el hongo no pueda servir como una solución permanente es solo un bache en el camino, según afirman los investigadores. El estudio de los hongos marinos es un área poco desarrollada y los organismos conocidos capaces de desintegrar plástico se pueden contar con los dedos de una mano. Además, frenar estas investigaciones no es una opción.

Los efectos de la contaminación irán creciendo con el paso de los años
Los efectos de la contaminación irán creciendo con el paso de los años Istock / tunart

Los datos divulgados por el Parlamento Europeo no dejan espacio para la duda. Actualmente, hay 150 millones de toneladas de plástico en los océanos y cada año ese número aumenta en millones más. Para 2050, a este ritmo, en los océanos habrá más plásticos que peces en los mares, según unas estimaciones de la Fundación Ellen Macarthur. 

De no hacer nada al respecto, los plásticos pueden llevar a la extinción masiva de especies y a la exposición química en humanos a través de la cadena alimenticia. Frente a esta premisa, el descubrimiento del Parengyodontium album es visto como una buena noticia, que debe servir como motivación para seguir trabajando en una solución definitiva.

15 de septiembre de 2024

16 de Septiembre: Día Internacional de la Capa de Ozono

Día Mundial de la Capa de Ozono

El 16 de Septiembre, se celebra el Día de la Capa de Ozono. El seguimiento observacional de la capa de ozono llevado a cabo en los últimos años, ha llegado a la conclusión de que dicha capa atmosférica está considerada seriamente amenazada. Por este mismo motivo, el 16 de Septiembre del año 1987, la Asamblea Nacional General de las Naciones Unidas se reunió para firmar el protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, aunque ya antes, en 1985 se adoptó la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono. Más tarde, en el año 1994proclamaron el día 16 de Septiembre como el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono o Día Internacional de la Capa de Ozono, celebrando el año 201932 años de recuperación.

No obstante, antes de los años setenta, la comunidad mundial no era consciente de que la capa de ozono estratosférico estaba agotándose, con efectos negativos para la salud humana y el ambiente. Hoy, la importancia de proteger la capa de ozono es reconocida por todos los países, tanto los desarrollados como los en vías de desarrollo. Hasta la fecha, 197 países y la Comunidad Europea, son parte en el Protocolo de Montreal, el cual representa el único tratado ambiental internacional ratificado por todos los países del mundo y que provocó una respuesta inmediata de los políticos y las industrias.

Dia Internacional de la capa de ozono 2019

Recordamos que la capa de ozono es una franja frágil de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta. Sin embargo, la utilización durante años de ciertos productos químicos, la han ido debilitando y dañando hasta provocarle un agujero, poniendo en peligro nuestra propia existencia y la del resto de seres vivos del planeta.

El protocolo de Montreal tomó dos medidas importantes contra esas sustancias químicas agotadoras de la capa de ozono (SAO): la prohibición del uso de compuestos clorofuorocarbonados (CFC) y la prohibición del uso de halones en extintores, hasta lograr su eliminación. En gran proporción, los CFC fueron sustituidos por hidroclorofluorocarburos (HCFC). Estos últimos no suponen una amenaza para la capa de ozono, pero sí son gases que potencian el efecto invernadero.

Cabe indicar que el PNUMA  (Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente), tiene la certeza de que si no se hubiese firmado el Protocolo de Montreal, para el 2050 el agujero de la capa de ozono podría haberse multiplicado por 10 respecto al momento en el que fue descubierto.

agujero capa de ozono

Desde que el Protocolo de Montreal entró en vigor, las concentraciones atmosféricas de los clorofluorocarbonos más importantes y los hidrocarburos clorinados se han estabilizado o se ha reducido. La concentración de halones ha continuado en aumento a medida que éstos que se encuentran almacenados en los extinguidores de incendio son liberados. Sin embargo, la tasa de aumento ha disminuidoy se espera que comience a declinar su presencia. No obstante, por otro lado, la concentración de los HCFC ha aumentado significativamente, en gran parte debido a los múltiples usos en los que reemplazan a los CFC (por ejemplo, como solventes o refrigerantes). Para respaldar el Protocolo, la Enmienda de Kigali, que entró en vigor en 2019, trabaja para reducir dichos hidrofluorocarbonos (HFC).

Las reducciones de las sustancias agotadoras de la capa de ozono, están logrando que se cierre el agujero de la capa de ozono poco a poco, aunque se está viendo, que la capa de ozono se ha debilitado en latitudes inferiores, donde hay grandes poblaciones humanas. Además, la ONU ha comprobado que el calentamiento global también altera la capa de ozono, lo que a su vez favorece el cambio climático. Por ello, hay que seguir investigando y concienciando sobre este problema ambiental. 

7 de septiembre de 2024

6 de septiembre de 2024

Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul

Esta fecha nos recuerda la importancia de trabajar juntos para reducir la contaminación atmosférica, factor crucial no solo para nuestro bienestar y salud, sino también para el de nuestro planeta. Un aire más limpio significa cielos más claros, ecosistemas más saludables y una mejor calidad de vida para todos. 




4 de septiembre de 2024

El efecto ‘bosque vacío’ y la defaunación: hablemos de la extinción masiva de animales en el planeta

 Mucho se habla de la deforestación de los bosques y selvas, pero muy poco de la actual ‘defaunación’. Durante los pasados 550 millones de años, en el planeta Tierra ocurrieron cinco grandes extinciones masivas. En promedio, según los cálculos de la comunidad científica, cada 110 millones de años se registra una. Por otro lado, de acuerdo con datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, con 42,000 especies en peligro de extinción y contando, en pleno 2024 estamos en el umbral de la sexta extinción masiva. Aunque no hay reglas escritas, cabe decir que se está adelantando 45 millones de años.

El informe Planeta Vivo 2022, el análisis más extenso sobre el estado de los ecosistemas del mundo elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund, WWF), indica que en 48 años —de 1970 a 2018—, se registró un descenso del 69% en las poblaciones de animales silvestres monitoreadas, entre las que se incluyen mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces. En las zonas tropicales, como las de Asia, América Latina y el Caribe, el promedio del declive de especies alcanza hasta un 94%.

La pérdida de animales salvajes de los ecosistemas es conocida como el efecto de ‘bosque vacío’. Se trata de una de las crisis ecológicas más graves de la actualidad. Pese a que aún no existe consenso absoluto sobre sus causas, la Secretaría del Convenio sobre Diversidad Biológica ha señalado cinco factores principales: la transformación de los hábitats (cambios en los usos del suelo), la sobreexplotación, la contaminación, la introducción e invasión de especies exóticas y el cambio climático. Todas ellas son causas antropogénicas.

Jaguar
JaguarUDELL JIMENEZ / GETTY IMAGES

Naciones Unidas fue más allá al indicar que la actividad humana ha causado que uno de los ocho millones de especies animales y vegetales registradas en el mundo esté en peligro de extinción y que la abundancia de especies nativas haya disminuido al menos 20% en la mayoría de los hábitats terrestres.

“Este declive en la abundancia de especies a nivel local —lo que llamamos la extinción de las poblaciones—, es verdaderamente masivo y es el preludio de lo que va a ocurrir en términos de la extinción global, donde las especies raras o las endémicas serán las que primero desaparezcan”, alerta el Dr. Rodolfo Dirzo Minjarez, prestigiado ecólogo mexicano, investigador y profesor de Ciencias Ambientales en la Universidad de Stanford, en California. Hace más de tres décadas, Dirzo Minjarez acuñó el término ‘defaunación’ para referirse a la pérdida de animales silvestres en el planeta. “Vivimos un fenómeno de aceleración brutal de pérdida de especies", agrega.

Un ejemplo es el del jaguar, que antes se encontraba en gran parte del continente americano. A pesar de que la especie aún existe, está en peligro de extinción en muchas localidades de su antiguo territorio, que abarcaba desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina. A la fecha, la cantidad de ejemplares en el sur de Estados Unidos es tan baja que se considera que sus poblaciones se han extinguido.

Según el experto en ecología, en los últimos 40 años la abundancia de especies a nivel local ha caído en un 50% y, de seguir a este ritmo, la extinción de las poblaciones dará paso a un inminente proceso de extinción masiva de especies.


Albatros de Laysan junto a su polluelo adoptado de albatros de patas negras
En la isla mexicana de Guadalupe, un grupo de científicos está logrando algo extraordinario: salvar a los albatros de patas negras al buscarles padres adoptivos en los nidos de otra especie.

Un mundo sin animales

La extinción de los animales nos pone en peligro a nosotros, los humanos, junto a nuestro hábitat. Con ella, quedan comprometidas la polinización de las plantas que nos rodean, la continuidad de la cadena alimenticia y el control de plagas, solo por mencionar algunas consecuencias.

Desde el 2005, en el Laboratorio del Dr. Dirzo, estudiantes procedentes de todo el mundo analizan y trabajan en el diseño de mejores métodos y tecnologías para el rewilding, es decir, la refaunación: hacer otra vez silvestres ecosistemas donde se han extinguido ciertas especies. Lo que la reforestación es para los bosques, la refaunación es para los animales.

En Kenia, los estudiantes demostraron la correlación entre la salud de la población y el declive de elefantes. Sin elefantes y otros grandes mamíferos como jirafas o cebras, se incrementa hasta tres veces más la abundancia de pequeños mamíferos como los roedores, vectores naturales de patógenos zoonóticos, pulgas y parásitos que, en abundancia, se convierten en potenciales detonadores de epidemias. De acuerdo con datos de WWF, en el último siglo, África pasó de tener 12 millones de elefantes a solo 400,000.

Otro caso es el de los anfibios, el grupo más antiguo de vertebrados terrestres, con 400 millones de años de existencia en el planeta. Su papel ecológico en la cadena trófica es esencial para el control de insectos que, en abundancia y sin depredadores naturales, podrían ser un riesgo para los humanos al ser transmisores de enfermedades como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla, entre otras.

“La contaminación de sus hábitats, como son arroyos, ríos y lagos, y la falta de cobertura vegetal son sus principales amenazas. Sin anfibios, el flujo biogeoquímico en la Tierra cambiaría, ya que son transmisores de nutrientes, materia y energía de medios acuáticos a terrestres”, señala la Dra. Leticia Ochoa, experta en herpetología y profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.

México ocupa el quinto lugar mundial entre las naciones con mayor diversidad de herpetofauna (conformada más por anfibios que por reptiles) y, de ésta, el 60% es endémica. Entre las especies locales se cuenta el icónico y emblemático ajolote. Su pérdida no solo sería una lástima ecológica sino también cultural, pues al igual que otra especies como el jaguar, el colibrí o infinidad de plantas, dan identidad a cientos de pueblos y comunidades en nuestro país

Sumada a la acelerada pérdida de hábitats y a la contaminación, hay otra amenaza: el tráfico ilegal de especies. De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), México ocupa el cuarto lugar mundial en el comercio ilegal de especies. Los pericos, loros, guacamayas, tucanes, monos, peces, tarántulas, iguanas, cactáceas y orquídeas son las especies más traficadas.

Ajolote mexicano
Ajolote mexicanoPAUL STAROSTA / GETTY IMAGES

La refaunación sí es posible

Para algunos expertos en vida silvestre, la refaunación sí es posible y aún estamos a tiempo para desacelerar la pérdida de biodiversidad. Después de la última extinción —la de los dinosaurios no aviares, hace 66 millones de años—, la recuperación de la biodiversidad fue imparable… hasta la aparición de los humanos. Sin embargo, así como somos parte del problema, también lo hemos sido de la solución.

Hay casos de éxito de reintroducción de especies, como el cóndor de California, el pez de la cuenca del río Lerma, el ajolote mexicano, el venado de cola blanca, el berrendo penínsular o el bisonte. En todos estos casos, el trabajo conjunto entre academia, autoridades de gobierno, sociedad civil y comunidades locales ha sido la clave.

Lobo mexicano
Lobo mexicanoMARK NEWMAN / GETTY IMAGES

En el norte del país, en la Sierra Madre Occidental, entre los estados de Sonora y Chihuahua, ya existen 24 mil hectáreas de tierras privadas dedicadas a la conservación y recuperación de hábitats para especies como el jaguar, el lobo mexicano, la guacamaya verde, el oso negro, los castores, las nutrias, el águila calva, los pecaríes y coatíes, entre otras especies de flora y fauna.

Naturalia, organización civil con 33 años de trabajo de conservación de vida silvestre es pionera en la creación de áreas protegidas privadas en México. El lobo mexicano fue una de varias especies exitosas en su reintroducción El proyecto inició en 2009 que y seis años después fue considerado un éxito, con la existencia de 40 individuos.

La refaunación de monos aulladores en las selvas de Brasil, el estudio del papel ecológico de los animales carroñeros en Etiopía, la salvaguarda de plantas medicinales en el Tibet, la regeneración de encinos en California o la conservación ecológica y cultural de especies mexicanas como el jaguar, el colibrí o el ajolote, son algunas de los proyectos a los que el laboratorio del Dr. Dirzo ha aportado para contrarrestar la defaunación mundial.

Finalmente, la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2, que durante dos años mantuvo a la población mundial en desaceleración productiva, demostró la capacidad de recuperación de la naturaleza, y con ella, la de las especies.

La humanidad ya está asimilando que su propio bien depende del cuidado de su biodiversidad, al menos así lo sugieren los principales líderes mundiales agrupados en el World Economic Forum (WEF) al aceptar el impacto de la crisis biológica y climática en las actividades productivas.

En el Global Risk Report 2024, elaborado cada año por WEF, los cuatro principales riesgos mundiales a largo plazo (10 años) están asociados al cambio climático, entre ellos la “pérdida de biodiversidad y el colapso ecosistémico”.