Dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, entre otros. Llevamos décadas hablando de los famosos gases GEI o de efecto invernadero, aquellos que al acumularse en la atmósfera terrestre actúan absorbiendo la radiación infrarroja del Sol reteniendo y aumentado la temperatura de nuestro planeta. Menos conocidos son, sin embargo, algunos gases que pueden tener el efecto contrario. Este es precisamente el caso del llamado sulfuro de dimetilo, una molécula liberada por el fitoplancton en el océano que puede desempeñar un papel importante en la regulación del clima de la Tierra.

El sulfuro de dimetilo (C2H6S) es un gas que fomenta la formación de nubes sobre el mar.Las dinámicas atmosféricas de nuestro planeta son complejas, y aunque un aumento en la cantidad de nubes no siempre es proporcional a un descenso de las temperaturas, pues el propio vapor de agua es considerado como un gas de efecto invernadero, a menudo, los científicos se refieren al sulfuro de dimetilo como un "gas de efecto antiinvernadero", ya que las nubes bloquean la radiación del sol gracias al llamado efecto albedo y reducen la temperatura de la superficie del mar. 

En este sentido, ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Hokkaido han descubierto una gran fuente de este gas que podría revertir los efectos del cambio climático. Sus hallazgos se detallan en un artículo que bajo el título Increased oceanic dimethyl sulfide emissions in areas of sea ice retreat inferred from a Greenland ice core se publica recientemente en la revista Communications Earth & Environment.

SULFURO DE DIMETILO, UN POSIBLE REGULADOR NATURAL DEL CLIMA

Desde hace años diversos estudios han barajado la posibilidad de que el deshielo marino podría provocar un aumento significativo de las cantidades de sulfuro de dimetilo en la atmósfera, una afirmación hasta hace muy poco tiempo difícil de demostrar. Ahora, no obstante, el equipo dirigido por el profesor de la Universidad de Hokkaido, Sumito Matoba, ha encontrado el modo de inferir la cantidad de este gas que podría ser liberado a la atmósfera gracias a la cuantificación en el hielo de Groenlandia de un compuesto llamado ácido metanosulfónico (MSA). 

El ácido metasulfónico se produce directamente a partir del sulfuro de dimetilo, por lo que se establece como un parámetro estable que sirve como registro de los niveles del segundo en la atmósfera. Así, el equipo de Matoba, el cual incluye investigadores de la Universidad de Nagoya y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, reconstruyó el flujo anual y estacional de MSA entre 1960 hasta 2014, encontrando que sus niveles primero disminuyeron entre 1960 y 2001, pero comenzaron a aumentar notablemente después de 2002.

Sumito Matoba y Yoshinori Iizuka en el domo sureste de Groenlandia, perforando el núcleo de hielo utilizado en el estudio
SUMITO MATOBA