15 de agosto de 2017

Ya reciclábamos hace 13000 años

Es la primera vez que se hace un estudio sistemático de este tipo sobre artefactos quemados
El reciclaje de herramientas de piedra durante la Prehistoria ha sido un tema poco tratado tradicionalmente debido a las dificultades para identificar esta práctica en el registro arqueológico, ya que hay que diferenciar dos momentos en la secuencia de manipulación de un objeto, separados por un intervalo durante el cual el artefacto ha sufrido algún tipo de alteración. Ahora un estudio del IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social) y del Área de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona (URV) demuestra que el reciclaje de herramientas era ya un hecho habitual hace 13.000 años (Paleolítico superior). Así se ha visto con el estudio de restos quemados procedentes del yacimiento El Molí del Salt (Vimbodí i Poblet), siendo la primera vez que se hace una búsqueda sistemática sobre artefactos quemados. La investigación se ha publicado en el Journal of Archaeological Science .
Piezas recicladas. Las líneas remarcan la zona donde se ha efectuado el reaprovechamiento de las piezas – IPHES
“En Molí del Salt hemos analizado la práctica del reciclaje a través de los artefactos quemados, ya que en éstos se puede identificar fácilmente cuando se ha producido una modificación posterior a la exposición al fuego”, comenta Manolo Vaquero, director de las excavaciones que cada año se están llevando a cabo en este yacimiento. “En el yacimiento de Molí del Salt esta búsqueda se ve favorecida por el alto porcentaje de restos quemados que hay en el, las piezas corresponden al Paleolítico Superior final, con una antigüedad cercana a los 13.000 años.
Los resultados obtenidos señalan que el reciclaje de artefactos fue un fenómeno habitual durante el Paleolítico Superior. Sin embargo, esta práctica no se documenta de la misma manera, para todas las clases de artefactos. “El uso de herramientas recicladas es más común en el caso de aquellos destinados a las actividades domésticas y parece asociado a necesidades inmediatas”, puntualiza Vaquero. El reciclaje se asocia a un comportamiento expeditivo, una forma fácil y rápida de disponer de una herramienta cuando surge la necesidad. En cambio, las herramientas empleadas en la caza, como las puntas de proyectil, no fueron casi nunca fabricadas a partir de artefactos reciclados.
Excavaciones en el Molí del Salt la pasada primavera – Jordi Mestre / IPHES
Otro resultado importante es que los artefactos dobles (es decir, los que combinan dos herramientas en una misma pieza) muestran una mayor incidencia del reciclaje. Esto indica que una parte importante de estos artefactos nos fueron concebidos desde el comienzo como artefactos dobles, sino que primero se fabricó una herramienta y la segunda fue añadida posteriormente, cuando el artefacto fue reciclado. Esto indica la historia de los artefactos (es decir, la secuencia de modificaciones que han experimentado a lo largo del tiempo) es fundamental para entender su morfología final.
El reciclaje es importante desde diferentes puntos de vista, comenta Manolo Vaquero. Por ejemplo, “tiene una importancia económica, ya que incrementa la disponibilidad de los recursos líticos, especialmente en contextos de escasez. Cuando se necesita una herramienta, no es necesario desplazarse hasta los afloramientos de materia prima, que pueden estar alejados del lugar de empleo, sino que se puede simplemente coger un artefacto que había sido abandonado por los grupos que habían ocupado el yacimiento con anterioridad. Además, se puede considerar un ejemplo de sostenibilidad en la gestión de los recursos “, asegura.
Por otro lado, es un factor importante en la interpretación de los yacimientos, ya que estos se convierten no sólo lugares que servían para vivir, sino también lugares de aprovisionamiento de recursos, lo que se intensifica debido a esta función de lugar de aprovisionamiento.
Por otra parte, puede ser un factor de modificación y alteración de los yacimientos, ya que algunos artefactos pueden ser desplazados desde el lugar donde fueron depositados originalmente o incluso los individuos que buscan herramientas pueden excavar o remover sedimentos.
En tercer lugar,  también importa  a la hora de interpretar la morfología de los artefactos, ya que la forma de algunas herramientas puede ser el resultado de diferentes episodios de modificación y no la consecuencia de un diseño inicial. Esto es muy significativo sobre todo desde el punto de vista del valor cultural de los objetos, especialmente en periodos como el Paleolítico superior, en los que se tiende a asumir que la forma de los objetos es siempre el reflejo de una imagen mental bien definida.
Referencia bibliográfica
Manuel Vaquero, Susana Alonso, Sergio García-Catalán, Angélica García-Hernández, Bruno Gómez de Soler, David Rettig, María Soto. “Temporal nature and recycling of Upper Paleolithic artifacts: the burned tools from the Molí del Salt site (Vimbodí i Poblet, Northeastern Spain)” Journal of Archaeological Science , 39: 2785 a 2796, 2012.

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