18 de diciembre de 2017

Se nos acaba el tiempo para salvar la Tierra

En el estudio, liderado por el equipo de William Ripple, de la Universidad del Estado de Oregón (EE. UU.), los científicos revelan que la única materia que se ha abordado con éxito es la capa de ozono. El resto, en particular, la trayectoria actual del cambio climático, la deforestación y la producción agrícola, en particular el consumo de carne, son especialmente preocupantes.

Los datos


El informe destaca una reducción del 26% en la cantidad de agua dulce disponible por habitante.
Una reducción en la captura de peces salvajes
Un aumento del 75% en el número de zonas muertas en los océano
Una pérdida de más de 121 millones de hectáreas de bosque
Continuos aumentos en las emisiones globales de carbono y en las temperaturas promedio
Aumento del 35% de la población humana
Una reducción del 29% en el número de mamíferos, reptiles, anfibios, aves y peces. 


Respecto a esto último, el artículo advierte acerca del evento de extinción masiva que la humanidad ha desencadenado, el sexto en aproximadamente 540 millones de años, que 
coloca la biodiversidad de nuestro planeta en riesgo excepcional. 

Como ejemplo alarmante, en Australia, la pérdida de biodiversidad es particularmente evidente. En 2017, Australia ocupa el segundo lugar del mundo en pérdida de diversidad biológica mundial, justo detrás de Indonesia, con la pérdida de hábitat como principal amenaza para la biodiversidad (la tala de árboles es inquietante).

Gran parte de estas catástrofes ambientales se deben al aumento de la población en el planeta. Desde 1992, la población humana se ha disparado, aumentando en un 35%, lo que equivale a otros 2.000 millones de personas. Según las tendencias actuales, para 2050 la población humana podría aumentar a más de 9.000 millones de personas. Si no estabilizamos el número de personas, el estrés al que sometemos a nuestro entorno continuará empeorando y acabaremos condenándolo.

"Al no limitar adecuadamente el crecimiento de la población, reevaluar el papel de una economía enraizada en el crecimiento, reducir los gases de efecto invernadero, incentivar la energía renovable, proteger el hábitat, restaurar los ecosistemas, frenar la contaminación, detener la defaunación (reducción de grandes y medianos vertebrados) y restringir las especies exóticas invasoras, la humanidad no están dando los pasos urgentes necesarios para salvaguardar nuestra biosfera en peligro", exponen los autores.

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