3 de junio de 2014

Algo extraño le ocurre a nuestros cereales

¿Qué es la manipulación genética?

La manipulación genética consiste en el reordenamiento de los elementos básicos de la vida. Implica tomar material genético (también conocido como ADN) de un organismo y ponerlo en otro. Se utiliza para cambiar las características naturales de un organismo, por ejemplo se han trasladado genes humanos a cerdos y peces para hacerlos crecer más rápidamente. Con frecuencia se transfieren genes de una especie a otra, por ejemplo se han introducido genes de escorpión en el maíz para que la planta desarrolle su propio insecticida.

¿Qué efectos secundarios tienen los alimentos manipulados genéticamente?
Es imposible predecir a largo plazo los efectos que tendrá un nuevo gen o grupo de genes sobre el organismo, el medio ambiente y nuestra salud. En una liberación a gran escala de organismos manipulados genéticamente, lo único cierto es que ocurrirán sucesos sumamente extraños.
Las plantas manipuladas genéticamente pueden cruzarse con variedades cercanas silvestres, y pasarles algunas de sus nuevas características. Una vez que esto haya ocurrido, será imposible controlarlo.
Las plantas transgénicas pueden convertirse en malezas (especialmente los cultivos resistentes a los herbicidas) o cruzarse con especies silvestres que luego producirán supermalezas muy difíciles de controlar.
Un estudio de la colza manipulada genéticamente y su pariente silvestre demostró que el gen para generar la resistencia al herbicida se pasaba fácilmente de una variedad a otra.
Los cultivos transgénicos que producen su propio plaguicida (por ej. el maíz) obligan a las plagas a desarrollar resistencia a los plaguicidas, lo que requerirá un aumento del uso de productos químicos tóxicos cuyos residuos se acumularán en nuestros alimentos. Por su parte, las compañías ya se están preparando y quieren aumentar los niveles de residuos autorizados. Todo esto puede terminar en una situación incontrolable.
El Comité Asesor sobre Alimentos y Procesos Nuevos (ACNFP) evalúa y recomienda los alimentos transgénicos que serán lanzados al mercado, pero, en lugar de realizar estudios independientes, se basa en la información que le proporcionan las compañías biotecnológicas.

Experimentos con la naturaleza
Los últimos errores evidencian la inseguridad y peligros de la manipulación genética. Investigadores del gobierno de Estados Unidos insertaron genes de hormonas de crecimiento humanas en cerdos para que fueran más grandes y magros. Los cerdos luego desarrollaron problemas de visión, artritis, úlcera estomacal, debilidad muscular, letargo e impotencia. Y no fueron más grandes que los cerdos comunes.
En una investigación científica se insertó un gen de una nuez de Brasil en un grano de soja. Los científicos no habían previsto que la soja podría provocar serias reacciones alérgicas en personas alérgicas a la nuez de Brasil, pero eso fue lo que arrojaron las pruebas de suero de sangre humana.
En otro experimento, los científicos pensaron que habían mejorado una bacteria del suelo que en su estado natural era un morador benéfico del suelo. Pero la nueva bacteria modificada produjo resultados totalmente inesperados y negativos: la muerte de hongos benéficos.

¿Estamos comiendo alimentos manipulados genéticamente?
Sí, soja y maíz manipulados genéticamente (o transgénicos).
Ambos productos son utilizados en más del 60% de los alimentos procesados (ver infra). La soja y el maíz transgénicos también pueden ser utilizados sin procesar como ración para animales de consumo.

La soja Roundup Ready
La trasnacional Monsanto (la misma compañía que creó y produjo el Agente Naranja, el tristemente célebre desfoliante utilizado en la guerra de Vietnam) desarrolló la soja Roundup Ready, concebida para ser resistente al herbicida "Roundup", también fabricado por Monsanto. La soja manipulada genéticamente contiene genes de una bacteria, un virus y una flor, la petunia. Se sabe muy poco de la interacción de este tipo de secuencias nuevas de genes, tanto entre sí como con el ambiente.

¿En qué terminará la soja transgénica?
La soja (aceite, harina y lecitina) se utiliza como ingrediente en más del 60% de los alimentos procesados. Constituye un ingrediente común en alimentos tales como pan, margarina, comida para bebés, helados, mayonesa, galletitas, tortas, chocolate, fideos, comida vegetariana y cerveza.
Este año, sólo el 1-2% de los cultivos de soja de Estados Unidos fueron de semillas transgénicas. No obstante, Monsanto le ha dicho a los productores de alimentos y comerciantes que es imposible separar estos granos del resto del cultivo. Algunas compañías, incluso Kraft Jacobs Suchard, que se oponen al uso de soja transgénica (es decir, manipulada genéticamente) en sus productos, han demostrado que no es así y han asegurado su mercadería con soja no transgénica. El consumidor podrá tener alguna incidencia en la medida que ejerza presión sobre los vendedores y los obligue a tomar una posición de defensa de opciones reales para los consumidores.

La soja se utiliza en:
Cremas para café, aceites de cocina, leches enteras, margarina, mayonesas, productos medicinales, aderezos de ensalada, aceites de mesa, pastas de untar para, shortenings, agentes emulsionantes en productos de panadería, chocolates y golosinas, usos nutricionales en productos dietéticos y medicinales, como semilla, ración para animales, pan, mezcla para rosquillas, postres congelados, bebidas lácteas instantáneas, harina para panqueques, tarta preparada para pastel, dulces, galletitas dulces, galletitas saladas, comida oriental, comida para bebés, cereales, leche hipoalérgena, productos cárnicos tales como hamburguesas, tofu, comida vegetariana, fideos, embutidos, cerveza, bebidas "ale". Prestar especial atención a la harina de soja, el aceite de soja y la lecitina de soja (con frecuencia no están etiquetadas explícitamente como derivados de la soja.)

Quién se beneficia?
Los consumidores no se beneficiarán en absoluto con la soja manipulada: no será más barata, ni más sabrosa ni más saludable. Los cultivos de alimentos manipulados genéticamente ofrecen muy pocos beneficios al consumidor o al productor, y los peligros son desconocidos y los sufren el medio ambiente y la sociedad en su conjunto. El cruzamiento con variedades cercanas o malezas parientes podría hacer que el factor de resistencia al herbicida Roundup, por ej., pasara a las mismas, con resultados impredecibles.
Las ganancias potenciales de la manipulación genética son para las compañías privadas, que experimentan con nosotros y nuestro medio ambiente.
Son muchos los interrogantes de este experimento mientras que los beneficios para los consumidores y el medio ambiente son cero. Nadie nos preguntó si queremos esto y nadie nos dirá en qué productos estará. Todos tenemos el derecho a alimentarnos con alimentos auténticos, y están por negarnos ese derecho.

Muchos más ases bajo la manga
La soja Roundup-Ready es tan sólo el principio de la pesadilla. Otros productos manipulados genéticamente ya están esperando para ingresar a los supermercados e instalarse en nuestras mesas y nuestro medio ambiente. En algunas salsas de tomate ya se está usando un tomate manipulado genéticamente conocido como "Flavr Savr", que contiene genes de una bacteria y un virus que ayudan a prolongar el tiempo de vida de anaquel. Si bien el "Flavr Savr" fue lanzado al mercado en una época de mucha conciencia de los consumidores (se ofrecían alternativas, todo estaba etiquetado) y no prosperó, ahora se empezó por la soja -muy difícil de evitar en la elaboración de numerosos productos- como forma de irse granjeando poco a poco la aceptación de los alimentos manipulados genéticamente.
Por eso la industria de la biotecnología está muy alerta observando la reacción de los consumidores a la soja Monsanto. Si no hay reacción, seguramente en breve los siguientes productos serán los que sigan en la lista de la experimentación genética.
Algodón: Monsanto desarrolló un algodón resistente al gorgojo con la introducción de la Toxina Bt en su configuración genética, pero que finalmente resultó un fracaso. No produjo toxina suficiente y desde entonces ha servido de alimento para los gorgojos con la amenaza de que se incremente su inmunidad.
Maíz: es otro ingrediente que está muy presente tanto en nuestra dieta alimenticia como en la ración para animales. La trasnacional suiza Ciba-Geigy (Novartis) desarrolló un tipo de maíz que produce su propio plaguicida, letal para un acárido llamado barrenillo del maíz. La Unión Europea ya ha expresado su preocupación por que que este maíz también contiene un gen que transmite resistencia a los antibióticos.
Semilla de colza: Ya hay por lo menos dos compañías bioquímicas que están cultivando semilla de colza resistente a los herbicidas, que será utilizada en aceites vegetales, margarina y en cientos de alimentos enlatados y procesados. Los investigadores descubrieron que los genes se transfieren a las variedades silvestres y malezas.
Papa: Mediante manipulación genética se está desarrollando un tipo de papa con bajo nivel graso y alto grado de almidón, que absorbe menos grasa. McDonalds se ha mostrado sumamente interesado.
Azúcar de remolacha: Desarrollada por Monsanto para ser resistente al Roundup. Ya existen campos de experimentación en el Reino Unido.
También están a la espera versiones manipuladas genéticamente de achicoria , tabaco, melón, semilla de colza y papas, lino y levadura de cerveza.

Y la gente responde...
Un campo experimental de cultivo de colza de la trasnacional Monsanto, en Staffordshire, próximo a Coventry, Reino Unido, fue destruido por vecinos del referido establecimiento agrario Tibs Hall, en Kingsbury, cerca de Tamworth,.
El 6 de agosto, un grupo de personas arrancó el cultivo alterado genéticamente, según declaró, "en bien de la seguridad pública" y antes de que se mezclara con las plantas "normales".
Los vecinos del lugar emitieron una declaración en la que expresaron: "El ADN mutante de este cultivo de colza podría esparcirse fácilmente al área circundante a través de la polinización o la infección de algún virus. Nadie puede garantizar que no vaya a ocurrir. Se está manipulando la naturaleza para beneficio privado de algunos y sólo es cuestión de tiempo antes que pase algo realmente grave. No estamos dispuestos a que se utilice a la gente y las plantas de Staffordshire -o de cualquier otro lugar del Reino Unido- como conejillos de Indias."
A pesar de que Monsanto aseguró que sus campos de experimentación de cultivos manipulados genéticamente están libres de todo riesgo, varios estudios han demostrado que el polen de la colza transgénica puede cruzarse con las especies tradicionales o silvestres, esparciendo la contaminación genética.
Los críticos de la ingeniería genética dicen que las nuevas leyes de patente están dando a los inventores de los cultivos manipulados genéticamente un grado de control peligroso sobre nuestra fuente alimentaria. También varios científicos han expresado su preocupación por considerar que la ingeniería genética -el proceso de combinar material genético de especies no relacionadas entre sí- es intrínsecamente insegura y podría producir nuevas toxinas en los cultivos de alimentos o incluso causar alergias en los consumidores. La contaminación genética, además de irreversible, tiene grandes posibilidades de aumentar exponencialmente a medida que las plantas transgénicas se vayan cruzando con las variedades silvestres.

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