21 de octubre de 2020

Karmele Llano: El trabajo con comunidades locales mitiga la pérdida de orangutanes

 Karmele Llano Sánchez es directora del programa de conservación de orangutanes de la Fundación International Animal Rescue (IAR) en Borneo, galardonada con el Premio a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA en su XV edición.

Conservación de los orangutanes

Un orangután con la boca llena de batatas en Kalimatan (parte Indonesia de la isla de Borneo). EFE/Barbara Walton/ARCHIVO

El jurado ha reconocido a la Fundación IAR en la categoría Actuaciones en el Mundo por “abordar con un enfoque integral e innovador” la protección de la biodiversidad del Parque Nacional Bukit Baka Bukit Raya en Borneo y de “sus especies emblemáticas”.

Karmele Llano, nació en Bilbao en 1978, y se radicó en Borneo hace 17 años, donde llegó para hacer unas prácticas sobre orangutanes, tras estudiar veterinaria en León y un máster en Australia sobre veterinaria de conservación.

Llano explica en entrevista con EFEverde que en los últimos años “han disminuido el número de rescates de orangutanes”, algo que “es un orgullo decir que los esfuerzos que hemos hecho en los últimos diez años están dando fruto”.

Sin embargo, durante la época de incendios forestales “el número de rescates se disparan”, porque los orangutanes “se quedan sin su hábitat, están en peligro de quemarse y de quedarse sin alimento”.

Y la búsqueda de alimento conlleva “un incremento en el conflicto entre humanos y orangutanes que causan destrozos en los cultivos y son perseguidos por los agricultores, ya que es su medio de vida. Un problema que se ha acentuado” con el incremento de los incendios.

Trabajo de campo con las comunidades locales

Un problema que están logrando atajar con los equipos de campo que trabajan con las comunidades locales utilizando “técnicas de mitigación de conflictos y evitando la muerte de orangutanes”.

“Esto nos está ayudando a disminuir el número de crías de orangután que recibimos en el centro, donde actualmente tenemos 99 ejemplares”, dice la veterinaria bilbaína quien vive en Kalimantan, la parte indonesia en la isla de Borneo compartida con Malasia y Brunei.

Sin embargo, alerta, “el problema es que las poblaciones se están perdiendo demasiado rápido para que se puedan recuperar”.

“Estamos viviendo unos momentos críticos para poder asegurar que los orangutanes no se extingan y puedan tener suficiente hábitat para sobrevivir”. Por ello, la labor de la Fundación IAR es la “conservación in situ”, es decir la “recuperación en su hábitat”.

Rescate para la vida en la selva

La veterinaria Karmele Llano Sánchez camina por un bosque quemado en la isla indonesia de Borneo. EFE/ARCHIVO

La misión principal de la Fundación IAR es trabajar “al cien por cien para que las poblaciones salvajes se puedan proteger”, porque “los orangutanes que nos llegan y son rescatados vuelven a su medioambiente para que puedan seguir reproduciéndose en la selva, no en cautividad”.

Explica que los cultivos de palma, otro de los problemas para la desaparición de los orangutanes, “no se han incrementado más en los últimos años”, en parte gracias a “la presión de Europa”, lo que supone un respiro para parar la expansión de la frontera agrícola en Borneo, una zona donde “quedan entre 35.000 y 37.000 orangutanes”.

Aunque “es muy complicado hacer un recuento exacto” de la población de orangutanes, sostiene, y asegura que, no obstante, no es una cifra halagüeña porque “el ciclo de reproducción de esta especie es muy lento”.

Deforestación e incendios

La deforestación para los cultivos de aceite de palma y, en menor medida, para la industria papelera y la minera, han causado entre 1999 y 2015 la desaparición de más de 100.000 orangutanes en Indonesia, según un estudio publicado en la revista Current Biology en febrero de 2018.

Aunque fue un problema en crecimiento en Borneo durante muchos años, actualmente “la mayor amenaza para la biodiversidad en Borneo, al igual que sucede en la Amazonía, son los incendios forestales, porque afectan a los hábitats y a las especies que viven en estos ecosistemas”.

En concreto, al ecosistema de “bosques de turberas, que es muy frágil y con gran riqueza en biodiversidad” y cuando “se secan y son altamente inflamables”.

Este factor unido a fenómenos climáticos como la sequía, con “periodos más largos y extremos”, facilitan la “propagación de los incendios forestales” que entre 2015 y 2019 han afectado a los “hábitats de los orangutanes y de todas las especies”.

Agradece  la Fundación BBVA por el reconocimiento y tras 17 años de trabajo, dice recordar especialmente el de Jojo (Yoyo), el primer orangután que rescataron después de encontrarle encadenado a un poste y sin protección.

“Conseguimos traerle al centro donde ahora está mucho mejor”, y donde le están construyendo un espacio con árboles y un habitáculo para que pueda “vivir en semilibertad, casi como en la selva”.

Son animales que han sobrevivido gracias a la labor de Llano y las 270 personas que trabajan conjuntamente en el centro, donde se pretende mantener el instinto salvaje de los orangutanes o “si lo han perdido devolvérselo”. Por ello, es muy importante evitar el “apego al humano”, a no ser por motivos de atención veterinaria, concluye.

Se estima en 71.640 la población de orangutanes en las islas de Sumatra y Borneo, según un estudio del Gobierno indonesio de 2017.  EFEverde

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