15 de julio de 2012

Alvin Maker

En la saga de Alvin Maker, de Orson Scott Card, se hace una preciosa narración sobre la relación que existe entre los pieles rojas americanos y la tierra. Tiene una reminiscencia al famosos texto del Indio Seattle, un texto que da de pensar en como hemos tratado a la Tierra ¿no creeis?:


"Pero el hombre blanco jamás adivinaba lo que el piel roja sentía, veía y oía. El hombre blanco había traído la muerte y la desolación a este lugar. Los blancos talaban árboles antiguos y sabios, que podían contar muchas cosas. Derribaban jóvenes retoños con muchas vidas por delante. Y los blancos jamás preguntaban: «¿Te gustaría ser un albergue para mí y mi tribu?» Hachar, cortar, talar y quemar. Así se comportaba el hombre blanco. Tomaban del bosque, tomaban de la tierra, tomaban del río, pero no devol­vían nada. Los blancos mataban animales que no ne­cesitaban, animales que no habían hecho ningún da­ño; pero si algún oso se despertaba con frío durante el invierno y se llevaba siquiera un lechón, los blancos lo perseguían y lo mataban en venganza. Jamás sen­tían el equilibrio de la tierra.
¡Cómo no iba la tierra a odiar al hombre blanco! Con razón todas las cosas naturales de la tierra se re­belaban a su paso: bajo sus pies, crujían; se inclinaban del modo incorrecto; le gritaban al indio «por aquí anduvo el enemigo; por aquí pasó el intruso, por es­tos arbustos, por esta colina». Los hombres blancos decían en broma que un indio era capaz de rastrear a un hombre a través de las aguas, y reían como si no pudiera ser cierto. Pero lo era, pues cuando un blanco cruzaba un lago o un río, a su paso dejaba sobre las aguas una estela de burbujas, espuma y oleaje".

Nacho Padró


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