17 de agosto de 2016

La acuicultura ya aporta la mitad del pescado que consumimos



Sin embargo, el estado de los recursos marinos mundiales no ha mejorado. Casi un tercio de las poblaciones de peces con valor comercial se capturan hoy con una presión biológicamente insostenible: el triple de la que existía en 1974.
FAO

El mundo está comiendo más pescado que nunca.  Y el incremento es fruto del auge de la acuicultura de las últimas décadas, más que de la pesca clásica. Así lo confirma el reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación  y la Agricultura (FAO) que se publica cada dos años.
El 2014 fue el primer año en el que el consumo de pescado proveniente de la acuicultura superó a la pesca de captura. En ese año,  a escala mundial se consumieron una media de 20,1 kilogramos de pescado, frente a un promedio de 9,9 kilogramos en la década de 1960. La cría de crustáceos, moluscos y algas marinas también ha crecido considerablemente a lo largo de las últimas décadas. Estos son algunos de los resultados del informe «Estado mundial de la pesca y la acuicultura» (SOFIA, por sus siglas en inglés), que evidencia un aumento en la producción y el consumo de pescado, impulsado en gran medida por los animales criados en piscifactorías.
Producción mundial de la pesca de captura y la acuicultura. [FAO]
Producción mundial de la pesca de captura y la acuicultura. [FAO]

China sigue siendo de lejos el principal productor acuícola, seguido por Noruega y Vietnam. Otros países que han experimentado un crecimiento notable son Nigeria, el África subsahariana, Chile e Indonesia. El salmón y la trucha son los principales productos básicos, lugar que ocuparon durante décadas las gambas y otros crustáceos.
La implementación de nuevas normativas de gestión está dando datos positivos en el Atlántico noroccidental, donde se ha conseguido disminuir a la mitad las capturas, en relación con la década de 1970. Como resultado, las poblaciones de de halibut, platija y eglefino en esta zona están mostrando signos de recuperación. No es el caso, en cambio, del bacalao. La mejora en la gestión también parece haber favorecido la astromerluza negra (un pescado antártico comercializado a menudo en EE.UU. como lubina chilena).
En contraposición, el 59 por ciento de las capturas examinadas en el Mediterráneo y el Mar Negro reflejan una intensidad biológicamente insostenible. El informe califica la situación en estas zonas de «alarmante» y apunta la frágil situación de algunas especies como la merluza, la liza, el lenguado y los espárridos. Otra preocupación que se desprende del reciente trabajo es el aumento del número de especies invasoras asociadas al cambio climático.
Más información: FAO
Fuente: FAO y Nature News

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