28 de noviembre de 2016

España, a la cabeza en el coste de la energía y el aumento de emisiones contaminantes

El último informe sobre Energía de Eurostat ha vuelto a sacar los colores a España: es uno de los países de la UE con la electricidad más cara, además de uno de los estados miembros del organismo comunitario en los que más se incrementó la emisión de gases de efecto invernadero entre 1990 y 2014.
 
Según el documento 'Energía, transporte y e indicadores ambientales 2016', publicado este jueves por la entidad comunitaria de estadística, los hogares españoles pagaron casi 0,24 euros por cada kilovatio/hora (kWh) en el segundo semestre de 2015, el quinto precio más elevado de los Veintiocho, tan sólo por detrás del registrado en Dinamarca (0,30 euros), Alemania (0,29 euros), Irlanda (0,24 euros) y Portugal (0,24 euros). La media en la UE fue de 0,21 euros por kWh.
 
Si se introduce la variable del poder adquisitivo de cada país, es decir, si se compara con el coste de otros bienes y servicios, las familias españolas afrontaron la cuarta energía más cara de la UE. En esta caso, solamente Portugal, Alemania y Rumanía superaron a España.
 
“Para el consumidor doméstico medio, los precios del gas durante el segundo semestre de 2015 fueron más altos en Suecia, Portugal y España”, destaca además el informe de Eurostat en cuanto al coste del gas natural para los hogares europeos.
 
Incremento de las emisiones
 
España se sitúa a la cabeza en otro ranking recogido en el informe de la entidad europea de estadística, el del incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero: entre 1990 y 2014, el último año del que tiene datos el organismo, se dispararon un 16,9%. Únicamente Malta (+48,7%), Chipre (+36,4%) registraron un crecimiento de emisiones contaminantes mayor al de nuestro país.
 
Las cifras son aún más preocupantes si se comparan con el resto de Europa, pues de acuerdo al informe, “en 2014, las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE se redujeron en un 22,9% en comparación con los niveles de 1990, lo que representa una reducción absoluta de 1.136 millones de toneladas de equivalentes de CO₂ equivalente”.
 
Así, España se descuelga de los avances europeos para cumplir con los objetivos fijados da cara el 2020. La meta para dicho año era rebajar las emisiones de estos gases en un 20% en relación a 1990, una marca ya alcanzada por el conjunto de la UE, pero a la que nuestro país, teniendo en cuenta la evolución registrada en los últimos años, le será muy difícil llegar.
 
Entre estos datos demoledores en el apartado de indicadores ambientales, se puede sacar una nota positiva. España se situó en 2014 por debajo de la media europea en la generación de residuos, con 435 kilogramos per cápita, frente al promedio de 475 kilogramos de la UE. Fue así uno de los países que más redujo la generación de residuos respecto a 1995, un 15%.
 

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