6 de enero de 2020

Especies extintas, baterías de litio y gestos para luchar contra la crisis climática

¿Cuántas especies animales se han extinguido?

Una de las preguntas que nos plantearon los estudiantes en la COP25 fue cuántas especies animales han desaparecido de la Tierra hasta el momento. Se trata de una pregunta muy amplia a la que no es posible contestar con tan solo una cifra, teniendo en cuenta que aún hoy existen especies que la humanidad desconoce. Ahora bien, sí podemos estimar qué porcentaje de especies se encuentran en peligro de extinción en la actualidad respecto a las ya conocidas y qué sabemos sobre la sexta extinción. 
"He tenido la oportunidad de ver y fotografiar gran cantidad de especies en peligro de extinción que forman parte de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés)", comenta en este vídeo Mattias Klum, fotógrafo y miembro de la IUCN. Además, explica la importancia de esta lista, que recoge la preocupante situación en la que se encuentran numerosas especies terrestres.
Se trata de una poderosa herramienta utilizada como base, incluso por parte de los gobiernos, para la toma de decisiones. "Esta sirve para guiar las investigaciones científicas, elaborar políticas y planes de conservación y guiar las decisiones de cara al mantenimiento de los recursos naturales, aquellos de los que todos dependemos", explica Klum. 
De esta forma, la Lista Roja es un indicador de la salud de la biodiversidad mundial que va más allá de una simple lista de especies y su situación, según explican en su página web. A pesar de que esta lista está en continuo movimiento (nuevas especies añadidas, cambios de categoría en las especies revaluadas y especies totales reconocidas), podemos hablar sobre los resultados que muestra actualmente. 
Esta herramienta trata de evaluar a las especies, agrupándolas en tres categorías en función de la amenaza que sufren: en peligro crítico, en peligro o vulnerables (CR, EN o VU, por sus siglas en inglés). Dado que el riesgo de extinción se ha evaluado en menos del 5% de las especies descritas en el mundo, la IUCN no puede proporcionar una estimación precisa de cuántas en el planeta están amenazadas. Sin embargo, las cifras para las especies evaluadas de manera más exhaustiva se recogen en este gráfico. 
Fuente: IUCN Red List
Con respecto a especies animales, encontramos que, entre otras, se encuentran amenazadas alrededor del 41% de las especies de anfibios; el 36% de las de reptiles; el 33% de corales formadores de arrecifes; el 30% de tiburones, rayas y quimeras; el 27,5% de determinados crustáceos; el 25% de mamíferos; el 14% de aves y el 8% de peces óseos seleccionados. Si buscamos valores absolutos, en esta actualización de la Lista Roja de 2019 de la IUCN detallan que, de las 150.732 especies evaluadas, 873 se han extinguido. 
La evidencia científica muestra que las extinciones masivas se han producido en varias ocasiones a lo largo de la historia de la Tierra. "En los últimos 540 millones de años, la Tierra ha padecido cinco episodios de extinción masiva, cada uno de los cuales ha coincidido con procesos que han trastornado el ciclo natural de absorción de carbono en la atmósfera y los océanos", explica este artículo de National Geographic. 
¿Qué sucede con la sexta extinción? Aunque algunos estudios han indicado que ya estamos entrando en ella, según esta otra investigación posterior publicada en la revista Science Advances en 2017 y basada en las emisiones de carbono actuales, el evento dependerá del momento en el que el océano llegue a absorber una cantidad crítica de carbono, lo que podría ocurrir alrededor del año 2100

¿Sirven los pequeños gestos para luchar contra la crisis climática?

Otro asunto que inquietaba a los estudiantes es si sirven para algo las pequeñas acciones para combatir la emergencia climática. Precisamente una investigación de 2018 publicada en la revista Nature Energy analizó esta cuestión.
Según los autores, el calentamiento global puede limitarse a 1,5 ºC (tal y como establece el Acuerdo de París) si transformamos la forma en la que nos desplazamos, en que calentamos nuestros hogares o en cómo consumimos y usamos los diferentes dispositivos electrónicos.

El estudio, dirigido por el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (Austria), examinó diferentes innovaciones basándose en distintos estudios de la energía utilizada en el transporte, hogares y oficinas y en la fabricación de bienes de consumo. De esta forma, encontraron que la cantidad de energía requerida se reducía de dos a cuatro veces con cambios en estos tres ámbitos.
Los científicos señalan como medidas que utilizar vehículos compartidos eléctricos puede reducir la demanda mundial de energía para el transporte en un 60% para 2050, a la vez que disminuye la cantidad de vehículos que hay en las carreteras. Además, según el estudio, el uso de dispositivos inteligentes, que agrupan diferentes funciones en un mismo aparato, en lugar de tener más de uno, limita el crecimiento mundial de energía a un 15% en 2050.
En cuanto al rendimiento energético de los nuevos edificios y las renovaciones de los ya existentes pueden disminuir la demanda de energía de calefacción y refrigeración en un 75% para 2050. El estudio también se refiere al tipo de dieta e incide en que comer menos carne roja puede reducir las emisiones de la agricultura y aumentar la cobertura forestal en 2050 en un tamaño aproximado de Italia y Bangladesh juntos.

"Los cambios en la forma en que nosotros, como usuarios finales de energía, hacemos en nuestras vidas diarias tienen efectos colaterales en la forma en que se fabrican y transportan los bienes, se construyen oficinas y centros comerciales y se cultivan alimentos", señala en esta nota de prensaArnulf Grubler, autor principal del estudio.
Los científicos resaltan que, más allá de las acciones individuales, para hacer realidad este escenario harán falta "esfuerzos sin precedentes" por parte de los políticos, que deben impulsar los nuevos estándares, y de las empresas, para que desarrollen innovaciones bajas en carbono que las personas puedan incorporar en sus actividades cotidianas.

¿Qué sabemos sobre el fin de la especie humana debido al cambio climático?

Los estudiantes también nos preguntaron por algo que les preocupa en este contexto de crisis climática: el fin de la especie humana. Lo primero que hay que tener en cuenta es que resulta muy difícil establecer una fecha exacta y más con un entorno tan cambiante, puesto que dependerá en gran medida de los escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero.
Hace unos meses un informe publicado por el Breakthrough National Center for Climate Restoration de Australia dibujaba un escenario para 2050 más que preocupante. Los autores (el director de investigación del organismo y un antiguo ejecutivo de la industria del carbón, el gas y el petróleo) partieron de la premisa de que no se van a tomar acciones globales para reducir las emisiones en la próxima década, por lo que el pico máximo se alcanzaría en 2030.
Eso provocaría, según los autores, que las temperaturas promedio lleguen a alcanzar los 3 ºC por encima de los niveles preindustriales para 2050, con el consiguiente deshielo en algunas regiones, el aumento de la temperatura de los océanos y del nivel del mar. 
En este contexto, el informe destaca que en 2050 "un 35% de la superficie terrestre mundial y un 55% de la población mundial están sujetos a más de 20 días al año en condiciones de calor letal, más allá del umbral de la supervivencia humana". También habría "pérdida generalizada de permafrost y sequía y muerte a gran escala en la Amazonía".
Más allá de este informe, el físico Stephen Hawking alertó en varias ocasiones de la extinción de la especie humana debido al cambio climático, el aumento de la población, los asteroides y las epidemias. En una entrevista para la BBC declaró que tenemos los próximos 100 años para encontrar un nuevo planeta donde vivir si queremos sobrevivir como especie

En cualquier caso, desde el punto de vista científico es muy difícil dar una fecha exacta pues, como decimos, dependerá de los escenarios de emisiones a los que nos enfrentemos y de si somos capaces de reducirlas.

El litio de la batería de los coches eléctricos, ¿se puede reciclar?

Los estudiantes también nos preguntaron sobre las baterías de litio que llevan los coches eléctricos, en relación a su posible reciclaje. La mayoría de los vehículos híbridos enchufables y los totalmente eléctricos utilizan baterías de iones de litio, cuyo ciclo de vida se extiende entre 400 y 1.200 cargas y descargas, indican desde el RACE.
Como explican en la web del Centro de Datos de Combustibles Alternativos (que depende del Departamento de Energía de Estados Unidos), este tipo de baterías se utilizan actualmente en la mayoría de los dispositivos electrónicos portátiles, como los smartphones o los ordenadores portátiles. 

Entre sus principales ventajas destaca su alta eficiencia energética, su buena relación potencia/peso, su buen rendimiento a altas temperaturas y su baja autodescarga, comparada con otros dispositivos de almacenamiento.
¿Qué hacer con ellas cuando termina su vida útil? Desde este organismo estadounidense admiten que sigue siendo "un desafío" para la industria porque, aunque la mayoría de los componentes de estas baterías se pueden reciclarel coste de la recuperación del material sigue siendo muy elevado
Aunque se trata de un campo muy incipiente, puesto que muchas de estas baterías todavía no han llegado al final de su vida útil, distinguimos tres procesos al hablar de su reciclaje. Uno de ellos es la fundición, que recupera elementos básicos y que es viable para muchos tipos de baterías, incluidas las de iones de litio. Los materiales orgánicos se queman como combustible y los valiosos se recuperan y se envían a refinación.

Otro proceso es la recuperación directa que, a diferencia de la fundición, se realiza a baja temperatura, lo que supone una demanda de energía mucho menor. Como su propio nombre indica, se basa en recuperar directamente materiales aptos para otras baterías pero, hoy por hoy, no puede usarse para todos los tipos de almacenamiento
Y en el término medio tendríamos un tercer tipo de proceso, llamado intermedio, válido para muchos tipos de baterías y que incluye diversos materiales de la cadena de producción.
Una investigación publicada en la revista Nature hace unos meses ponía sobre la mesa el reto de conseguir estandarizar este sistema de reciclaje, lo que ayudaría a los países en los que no existen esos materiales. "En muchas naciones, los elementos y materiales contenidos en las baterías no están disponibles y el acceso a los recursos es crucial para garantizar una cadena de suministro estable", destacan los autores.


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