19 de mayo de 2020

Amigos de la Tierra insta a implantar sistemas de producción de carne sostenible

Amigos de la Tierra reclama la modificación de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea para lo que ha lanzado la campaña ‘Menos carne, mejor carne‘, coincidiendo con el periodo de revisión de los programas del sector por parte de los Estados miembros.
Con la campaña on line Menos carne, mejor carne la organización reclama al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que contemple un “sistema alimentario justo y saludable, así como el apoyo a la ganadería ecológica y extensiva, y una moratoria a la industrial”.

Ganadería y emisiones GEI

La organización recuerda que la ganadería industrial es la causante del 14 % de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), las mismas que provoca “todo el transporte global”, y destaca los “efectos nocivos sobre la salud, debido al uso de antibióticos en el ganado industrial”, con consecuencias como la resistencia antibiótica en los humanos. 
Según un comunicado de Amigos de la Tierra, el modelo actual de alimentación -liderado por grandes empresas- se caracteriza por establecer una producción y consumo intensivos y a gran escala, una de las causas de las crisis a las que se enfrenta la humanidad como la alimentaria, la climática y, ahora, también la sanitaria.
La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con “modelos alimentarios sostenibles y resilientes”, en los que se apueste por “la cercanía, la agroecología y favorecer la economía social, apoyando a las personas que trabajan en el campo”.

Estudio sobre emisiones

Justamente, un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) señala el consumo de carne como uno de los principales responsables de la huella de nitrógeno de las ciudades europeas.
El estudio liderado por la Politécnica madrileña y realizado en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) cuantifica la contribución de la alimentación a las emisiones de nitrógeno reactivo (Nr) en diez de las principales ciudades europeas, entre ellas Madrid.
Según el estudio, “nuestros modelos de nutrición” generan un exceso de nitrógeno reactivo que “tiene graves consecuencias para el medio ambiente y la salud humana”.
“El estilo de vida y los hábitos alimentarios de cada individuo influyen en la contaminación por nitrógeno reactivo. Cada tipo de alimento que ingerimos lleva asociado unos impactos medioambientales tanto en su producción como en su consumo posterior”, explica la investigadora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UPM, Sara Martínez.
A pesar de la contaminación por nitrógeno se achaca al transporte, la investigadora de la UPM destaca que cada persona contribuye en su día a día a la contaminación por nitrógeno reactivo sin necesidad de utilizar ningún modo de transporte, tan solo como consecuencia de su alimentación.
La investigación, liderada por los investigadores la UPM, evalúa la huella de nitrógeno debida al consumo de los principales alimentos en seis ciudades en el sur de Europa (Madrid, Roma, Zagreb, Atenas, Marsella y Lisboa) y cuatro ciudades en el norte de Europa (Cophenhague, Oslo, Estocolmo y Helsinki).
En la investigación han participado además Sergio Alvarez y Rubén Martínez, de la UPM, y María del Mar Delgado, investigadora del Departamento de Medio Ambiente y Agronomía del INIA. EFEverde


Amigos de la Tierra insta a implantar sistemas de producción de carne sostenibleRebaño de ovejas (ganadería extensiva) en la Comarca de Sanabria (Zamora). EFE/J.J. Guillén/ARCHIVO

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