4 de abril de 2016

La desertificación en el sudeste ibérico

La desertificación comprende un conjunto de procesos de degradación que afectan a los distintos componentes del ecosistema (suelo, flora y fauna) y disminuyen su capacidad productiva. En las etapas finales de este fenómeno se pueden incluso alcanzar situaciones semejantes a las de un desierto. Por definición, el término desertificación se limita a las regiones áridas, semiáridas y seco-subhúmedas del planeta, es decir, las que presentan un balance negativo en sus recursos hídricos. En estas condiciones de déficit hídrico, los ecosistemas son muy frágiles y vulnerables, y tienen una escasa capacidad de recuperación, tanto frente a las perturbaciones antrópicas (cambios en el uso del suelo o excesiva presión sobre los recursos), como frente a las naturales (cambio climático).
Debido a la coincidencia geográfica de las regiones áridas y semiáridas con las áreas más deprimidas del mundo, la desertificación, además de su componente físico, posee un marcado componente socioeconómico. En los casos más extremos, la sobreexplotación de los recursos en la lucha por la supervivencia humana acelera la desertificación y, en un círculo vicioso, conduce a una mayor pobreza. Dada la complejidad de las causas del fenómeno, la evaluación y control de los procesos de degradación, así como la recuperación de las áreas afectadas, deben abordarse desde diferentes aspectos y siempre con un enfoque multidisciplinar.
En nuestro país, se estima que más de dos terceras partes de la superficie se halla expuesta a la desertificación, según datos del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Las Comunidades de Murcia, Andalucía y Canarias son las más afectadas, con más del 40 por ciento de su territorio en situación de alto riesgo. Le siguen Castilla-La Mancha, Valencia, Madrid, Extremadura y Aragón, con un 30 por ciento de su superficie gravemente amenazada. En el resto del territorio español, menos del 15 por ciento de la superficie sufre problemas de desertificación.


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