3 de abril de 2014

EL NIÑO TAMBIEN AFECTA AL ECOSISTEMA MARINO:

Los efectos de El Niño no se han
dejado sentir sólo en tierra, con tormentas e inundaciones, e incluso con
incendios. También el océano ha sufrido las consecuencias de su actividad.


            Investigadores de la Scripps Institution of Oceanography creen que las aguas
más calientes que caracterizaron el fenómeno oceánico de El Niño resultaron en
una reducción del fitoplancton, las plantas que son la base del ecosistema
marino. Este afecto se añadiría pues a los múltiples que se dejaron sentir en
tierra firme, donde grandes tormentas e inundaciones caracterizaron el período
de su existencia, entre 1997 y 1998.

            La razón de esta carencia es la falta de nutrientes de las aguas más cálidas,
lo que impide el desarrollo del fitoplancton y por tanto de los animales que se
alimentan de ellos.

            Los científicos han utilizado imágenes en alta resolución y en color de los
océanos, tomadas desde satélites americanos y japoneses, las cuales muestran
claramente cómo El Niño provocó el cese de la llegada desde el fondo marino de
las aguas más frías pero al mismo tiempo llenas de nutrientes necesarias para el
fitoplancton.

            El fitoplancton, precisamente, puede ser comparado a los pastos en tierra
firme. Su abundancia delimita la abundancia de otros organismos, como los peces
que después serán capturados por la industria pesquera. Por tanto, una actividad
económica tan importante se ve afectada por procesos climáticos tan
excepcionales como El Niño o La Niña.

            Sin embargo, la distribución del fitoplancton no es uniforme. Si bien éste se
ve reducido en ciertas zonas, puede incrementarse en otras, menos dependientes
de la llegada de nutrientes del fondo marino debido a la presencia de
cianobacterias, capaces de fijar el gas nitrógeno en materia orgánica.

            La información proporcionada por los satélites durante los últimos 15 años no
deja lugar a dudas: las temperaturas superficiales del océano en algunas
regiones alcanzaron un máximo en 1998, y al mismo tiempo un mínimo en 1999. La
radical diferencia de un año a otro es la más dramática observada hasta ahora y
confirma la importancia de los fenómenos oceánicos El Niño y La Niña.

            Los instrumentos utilizados para captar las imágenes son el Ocean Color and
Temperature Sensor (OCTS), el Sea-viewing Wide Field-of-view Sensor (SeaWiFS) y
el Coastal Zone Color Scanner (CZCS). Los investigadores utilizan relaciones
matemáticas complejas para obtener la máxima información a partir de la
combinación de los datos que proporcionan.

Información adicional en:

http://www.agu.org/

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